La vuelta de Federer y su asalto al número uno de Rafa en la hierba, su superficie favorita

Desde el 24 de marzo, en la segunda ronda del Masters 1.000 de Miami, Roger Federer no disputa un partido oficial dentro del circuito de la ATP. Eso supone dos meses y medio sin competir al más alto nivel, después de la derrota sufrida ante Kokkinakis en un torneo donde defendía el título conquistado el curso pasado, y donde evidencio un claro cansancio físico después de tampoco haber podido revalidar la victoria en Indian Wells tras caer en la gran final frente a Juan Martín del Potro.

Lo que sí se puede decir que es igual con respecto al año pasado es su victoria en el Open de Australia donde sumó su título número 20 en cuanto a Grand Slams se refiere, tres más de los alcanzados por Nadal, después de su victoria en Roland Garros, una lucha que seguirá abierta con la llegada de la temporada de hierba tras la tierra batida.

Cien puntos separan a Nadal y Federer en el ránking de la ATP (8.770 por 8.670), una diferencia que podría neutralizar el suizo si consigue llegar a la final del ATP 250 de Stuttgart, donde curiosamente el año pasado cayó en su debut frente a otro viejo rockero del tenis, el alemán Tommy Haas, que se dio el gusto de superar al maestro de Basilea en tres mangas (6-2, 6-7(8) y 4-6). Una derrota que finalmente quedó en una anécdota a tenor del resultado conquistado en Halle y posteriormente en Wimbledon, pero que a buen seguro que le mantendrá en preaviso de cara a no confiarse tras más de dos meses sin competir dentro del circuito de la ATP.

A pesar de que en Alemania Federer tendría bastante al alcance el poder volver a alcanzar el número uno mundial, la cosa se complicará en Halle y sobre todo en Wimbledon, donde el suizo es el actual campeón, ganando sendos torneos sin ceder ni un solo set. En total 2.500 puntos en comparación a los octavos de final que Nadal únicamente tendrá que superar en el All England Club si quiere mejorar la prestación del año pasado, es decir, únicamente 180 puntos.

Por ello, Federer afrontará la hierba en una situación bastante parecida a la que ha tenido que hacer frente Nadal en tierra batida, con bastante éxito para el tenista español, logrando los títulos en Montecarlo, Barcelona, Roma y Roland Garros, manteniendo el número uno mundial, a pesar de que el suizo tuvo muchas opciones de auparse con el cetro de la ATP si el manacorí fallaba perdiendo puntos con respecto al curso pasado.

En definitiva, regresa un mito viviente del tenis, después de que por segunda temporada consecutiva declinara disputar los torneos de la temporada de tierra batida, para desgracia de los aficionados, que buscaban con ansia la posibilidad de que se hubiera podido enfrentar a Nadal en el polvo de ladrillo. Sin embargo, vuelve la oportunidad de que nuevamente se vean las caras, esta vez con el All England Club de escenario, en una final soñada por todo el mundo del tenis. Antes, Federer ultimará su puesta a punto en Stuttgart y Halle, Y es que a sus 36 años todavía hay mucho tenis en la raqueta de Roger.