ATP World Tour Finals 2016: Monfils, el genio incomprendido (15:00)

Gaël Monfils es el mejor exponente de jugador de culto en cualquier disciplina deportiva. El francés, dotado de un estilo peculiar y buscando siempre la complicidad con la grada gracias a sus puntos vistosos y su admirable elasticidad, no ha asomado la cabeza entre las ocho mejores raquetas del año hasta que ha entrado en la treintena, y por lo visto en su primer partido ante Milos Raonic, no ha conseguido mostrar hasta el momento una competitividad real.

Los constantes gestos de cara a la galería del tenista francés, regalando smashes más propios de un globetrotter o lanzándose en plancha a bolas prácticamente imposibles levantan aplausos, pero también críticas. Este aspecto se pudo ver en toda su magnitud en el último US Open, cuando John McEnroe criticó su aparente apatía en el partido frente a Novak Djokovic. Monfils se mostró extrañado cuando le trasladaron la opinión de la leyenda estadounidense, y se justificó diciendo que era una estrategia para intentar sacar a Djokovic del partido, lo que por momentos consiguió.

El tenis de Monfils siempre ha tenido difícil acomodo en la actualidad de su deporte. Aunque siempre ha sido un tenista competitivo, siempre se le ha tenido por un jugador por explotar, mientras Monfils ha seguido su propio camino, atendiendo a su instinto y no a los cánones establecidos.

En 2012 hubo quien dio su carrera profesional por finalizada por los problemas que padeció en la rótula, pero Monfils se las arregló para salir adelante y cuatro años después, ya con 30 años en su carné de identidad, ha conseguido alcanzar la condición de maestro en unas World Tour Finals, aunque aterrizó en Londres con varias semanas de inactividad que lo apartan de cualquier pronóstico serio por la lucha por el título.

Después de no ser capaz de plantar cara en ningún momento ante Milos Raonic, el carácter alegre y desenfadado de Monfils se las tendrá que ver con Dominic Thiem, la perla del futuro del circuito ATP y más en la línea de la seriedad del canadiense que de la anarquía del galo. Monfils tiene por delante una nueva lucha de estilos para demostrar que sigue siendo, además de un incomprendido a tiempo parcial, un genio permanente. Gaël Monfils nunca ha derrotado a Thiem, hubo un enfrentamiento previo y un partido en el que el galo se retiró antes siquiera de comenzar, por lo que en Londres está en disposición de derribar dos barreras de un golpe: su primer triunfo ante el joven talento austriaco y su primer triunfo como maestro oficial de la ATP.