ATP Finals 2019, Djokovic-Thiem: Un matagigantes anda suelto (7-6 (5), 3-6 y 6-7 -5-)

Dominic Thiem. Avisó contra Roger Federer y ante Novak Djokovic se mostró de nuevo a cara descubierta como uno de los más firmes aspirantes al título en estas ATP Finals 2019. Thiem ha dado un salto adelante en cuanto a madurez más que notable en los últimos meses y lo está mostrando en Londres en todo su esplendor. Su precisión con las bolas de break a favor contra un defensor aguerrido como Djokovic hablan por sí solas, así como su pase a semifinales con un partido aún por jugar.

Novak Djokovic. No jugó mal ni mucho menos el tenista de Belgrado, pero es probable que, tras el paseo que supuso su debut ante Matteo Berrettini, confiara demasiado en sus posibilidades ante un Thiem que le planteó una historia totalmente diversa. Djokovic quiso reaccionar en los últimos momentos del tercer set, pero fue demasiado tarde y Thiem mostró carácter para no dejarse avasallar ante el titán que tenía enfrente en los momentos clave.

Novak Djokovic y Dominic Thiem enseñaron a todo el mundo que disputar unas ATP Finals no es tarea para un tenista cualquiera. Su primer set en el O2 londinense fue un recital de buen tenis digno de ser enseñado en todas las academias del mundo, con dos jugadores en un estado de gracia que no deja de ser inusual para la altura de año en la que estamos, con las piernas más que castigadas.

Djokovic tomó la iniciativa y parecía que iba a ponerle las cosas claras a Thiem de la misma manera en la que lo hizo con Matteo Berrettini el pasado domingo, con un break en su segunda oportunidad al resto. Lejos de surtir el mismo efecto, despertó a un Thiem cada vez más convencido de su capacidad como futuro referente de la ATP. Le devolvió rápidamente la rotura y a partir de ahí la afición de Londres vivió un partido de tenis de altísimo nivel, con dos figuras dándolo todo y buscando siempre el punto más espectacular, retando al público Nole cuando conseguía deslumbrar y cerrando el puño con su sobriedad centroeuropea Thiem cuando era él el triunfador.

En el desempate todo parecía encaminarse a un marcador altísimo para dilucidar quién sería el ganador de la manga, pero a Thiem le temblaron las piernas con 5-5 y, con dos errores consecutivos, terminó decantando el parcial del lado de Djokovic. La presión pasaba a estar entonces del lado del austriaco, pero no hubo ni asomo de dudas en su convicción de ser capaz de pelear de tú a tú con el número dos. El segundo set de Thiem rozó la perfección: volvió a disponer de una bola de rotura temprana y, al igual que en la primera manga, no necesitó una segunda oportunidad. Con ese 100 % de efectividad en momentos de tanta tensión, voló sobre la pista para empatar el partido en poco más de media hora.

Todo quedó pendiente para el definitivo set, y Djokovic salió rabioso, con ganas de reivindicarse ante su rival y ante el O2, claramente favorable a Thiem, sin titubeos ante los representantes del Big Three. Si increíble había sido su desempeño hasta el momento, no quedaban palabras para describir lo que supuso empezar el tercer set con una nueva rotura. Pocas veces habrá vivido Djokovic un partido en el que haya tenido tres bolas de break en contra y las haya perdido todas, y no iba a ser la última.

Nole tenía que reaccionar y lo hizo como él sabe, con toda su furia balcánica y la sangre hirviendo ante la rabia que le producía ver nuevamente una grada tomando partido por su rival. A Thiem le empezaron a entrar las dudas, pero supo gestionarlo de forma magistral, rompiéndole una última vez el saque cuando parecía que Djokovic iba directo a cerrar el set con seis juegos, y de nuevo en el tie-break final, cuando levantó un 3-0 en contra para terminar convirtiéndolo en un 5-7 que confirmó una de sus mejores victorias como profesional. Londres aplaudió a rabiar el espectáculo recibido por dos auténticos emblemas del tenis actual, y sobre todo premió a Thiem, el matagigantes oficial de las ATP Finals 2019, que ya luce a Federer y Djokovic en su hoja de servicios en Inglaterra.