Nadal-Thiem: De discípulo a bestia negra
Actualizado 17/11/2020 a las 18:03 GMT
Rafael Nadal cayó derrotado en el segundo partido del grupo Londres 2020 de las ATP Finals ante Dominic Thiem por 6-7 (7) y 6-7 (4). El austriaco jugó un partido soberbio en el que apenas dejó resquicios para que lo atacara el balear, por lo que lidera el grupo a falta de un partido. Nadal se jugará el pase a semifinales el jueves ante Stefanos Tsitsipas.
Protagonistas
Rafael Nadal. Es incorrecto decir que Nadal jugó un mal partido en el O2 londinense, sencillamente su rival estuvo un escalón por encima. El español volvió a jugar con mucha solidez con su saque, igual que ante Rublev e incluso un punto por encima en cuanto a frescura, pero Thiem fue un muro inabordable que sólo cedió ligeramente en los albores del segundo set.
Dominic Thiem: Aterriza en Londres dispuesto a demostrar que este año sí es el más firme candidato a ser maestro de maestros. Primero se vengó de Tsitsipas en un complejo partido en el que tuvo que superar unas molestias físicas además de la resistencia del griego y ante Nadal volvió a elevar el listón hasta las cotas de excelencia que ya mostrata en el Open de Australia a principios de año.
La crónica
De esto se tratan las ATP Finals 2020. Las mejores raquetas del circuito frente a frente, jugando con muy poca red de seguridad y, este año, con un punto de frescura extra que se agradece en cuanto al espectáculo. Rafael Nadal y Dominic Thiem sentaron cátedra a orillas del Támesis, con el austriaco demostrando que ya no es aquel admirador que cimentó sus primeros pasos en la élite a la sombra del balear. De especialista en tierra batida ha evolucionado en un supertenista que ha dado un paso adelante también en pista dura de la mano de Nicolás Massú, y a sus 27 años ya no está para alabar a nadie en el circuito ATP, sino a ajusticiar a los que un día fueron ídolos.
Nadal comenzó el partido en la misma línea que ante Rublev, con una solidez notable al saque y buscando en los servicios la forma de hacer daño a Thiem. Resistió el austriaco todo lo que pudo y más, especialmente con 3-2 favorable a Nadal. Salvar ese juego le permitió llegar al primer tie-break, y Nadal consideró que aún no había por qué tener prisa. Las sensaciones en ese momento beneficiaban al manacorí.
Salvó dos bolas de set Thiem en la primera manga y terminó perfilando el partido a favor de sus intereses tras un desempate agónico que se saldó con un 9-7. Nadal no iba a venirse abajo, consciente ya de que Thiem come ya en la misma mesa que él y Djokovic, y siguió insistiendo en el segundo set, donde sí pudo quebrar el saque de su antagonista para ponerse con 4-3. La respuesta no tardó en llegar. Thiem volvió a disparar cañonazos desde su raqueta y golpes inverosímiles que le devolvieron el break acto seguido. Nadal, por primera vez, empezó a no hacer pie en el partido, incrédulo ante semejante nivel y negando incluso hasta al ojo de halcón.
Thiem no volvió a mirar atrás. Pudo cerrar el partido con 4-5 y tres bolas de partido, tres ocasiones para sentenciar que Nadal levantó porque no conviene olvidar de que el campeón de 20 Grand Slams siempre responde. De nuevo, el tie-break dictaría sentencia. El nivel de resistencia mental de Thiem es superior al de otros que han claudicado en situaciones parecidas ante Nadal (Sinner, Schwartzman y un largo etcétera), y de nuevo en la muerte súbita se situó con tres bolas para cerrar el partido y su segundo triunfo en Londres. Nadal llegó a salvar una más, pero sencillamente no era la tarde indicada para más épica. Thiem es, a día de hoy, una bestia negra más para Rafael Nadal, y seguirá siendo un rival a batir en 2021.
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