Medvedev-Nadal: La guinda sigue estando prohibida

Rafael Nadal. Lo tuvo en su mano pero tendrá que posponer su sueño de completar su palmarés con las ATP Finals a 2021. El balear afrontó un partido ciclotímico en el que se mostró muy superior en la estrategia en el primer set, con la opción de cerrarlo en el segundo. Su cortocircuito terminó costándole muy caro, ya que superada la segunda hora de partido el físico le empezó a pasar factura. Punto final a un año en el que, sin la guinda, su leyenda ha aumentado con su 13.º Roland-Garros.

Daniil Medvedev. A la cuarta fue la vencida. El ruso se ganó el derecho a pelear por el título de maestro de maestros ante Dominic Thiem después de saber gestionar un partido complejo en el que Nadal tomó la iniciativa. Cuando parecía estar contra las cuerdas, aprovechó un mínimo despiste de Nadal para revivir y a partir de ahí cimentar su triunfo en un tercer set en el que dejó claro que la juventud empieza a ser un factor ventajoso para los jóvenes ante la veteranía del Big Three. El cambio de orden ya está aquí.

Daniil Medvedev parecía no terminar de encontrarle el punto débil a Rafael Nadal. La cuarta mejor raqueta del mundo quiso plantear un partido duro, con la efectividad máxima de sus primeros saques por bandera, pero Nadal fue consciente de que éste iba a ser un partido en el que iba a primar la inteligencia. Sin brillar, el español se limitó a seguir la corriente en los primeros juegos, defendiendo su servicio con alguna que otra dificultad y sin apenas opción al resto. Poco a poco, Medvedev iba cayendo en una tela de araña en la que él parecía tener la sartén por el mango, pero en realidad iba sumando metros que lo iban a castigar.

Nadal supo esperar su momento hasta el 3-4. Con bolas nuevas, Medvedev sólo había errado un primer servicio, pero de repente se encontró con una fiera al otro lado de la pista. Nadal empezó a apretar, hurgando en la herida de esos saques que empezaban a resistirse, y con un juego en blanco se terminó dictando sentencia en el primer set. Nadal lo confirmó en el juego siguiente y despachó por 3-6 la primera manga de la semifinal, con Thiem analizando desde las gradas lo que ocurría en el O2 Arena.

Medvedev quiso sacarse de encima todos los demonios con un inicio fulgurante en el segundo set. No sólo mejoró su eficacia con los segundos servicios, sino que también al resto terminó de ajustar los engranajes que le faltaron en los juegos anteriores. Nadal bajó un poco el pistón y lo terminó pagando, viéndose con un 3-0 en contra a las primeras de cambio. La figura de Medvedev crecía sin contención, pero el español volvió a demostrar su sangre fría justo cuando lo necesitaba.

Con 4-1, cuando Medvedev amenazaba con cerrar por la vía rápida el set, Nadal resurgió con dos breaks consecutivos para ponerse con 5-4 y servicio. Tras el cortocircuito del ruso llegó el del español, que concedió el contrabreak que permitió a Medvedev sobreponerse moralmente. A Nadal se le volvió a atragantar el tie-break y el pase a la final tendría que definirse en el tercer y definitivo set, sin más margen de error que el ya gastado.

Ambos se dieron un respiro de media hora antes de la batalla final a medida que avanzaba la tercera manga. Ahora el gestor impecable fue Medvedev, que sin mostrar ningún alarde llevó a Nadal a un terreno en el que la parte física iba a ser determinante. Cuando se dio cuenta, el número dos estaba acalambrado, con dificultad para moverse por la pista y sin opciones de triunfo. Medvedev cantó victoria y pujará con Thiem por el título que supone el colofón de la temporada tenística.