Blog Fernando Ruiz: La forma de la tierra

El undécimo título en el Master 1000 de Montecarlo, sin ceder un solo set, deja abierta la puerta de los límites del ser humano. Jugar 11 veces un Master 1000 es muy complicado. Imaginad ganarlos. Una “marcianada” de un tipo que se desliza por Marte en pantuflas y pijama, como si lo extraordinario fuera un día más en la oficina.

Incluso para los periodistas es fácil caer en la tentación de la rutina. Otro título para Rafa. De nuevo reinando en Montecarlo. Utilizas el increíble para el séptimo título, fantástico para el octavo, maravilloso para el noveno, inmortal para el décimo … ¿Qué decir tras la victoria de ayer ante Nishikori? Uno ya no encuentra palabras.

Se acaban los calificativos para un tipo que llevaba 6 meses sin terminar un torneo. El año 2017 acabó mal. 2018 empezó peor. Tras el abandono ante Cilic en Australia, Nadal se refugió en Manacor (la piscina del monstruo) y se puso en manos de los mejores para dejar atrás sus problemas físicos. Y empezó. Otra vez de cero. Caerse. Levantarse. Ritmo. Más ritmo. Más entrenamientos. Copa Davis. Buenas sensaciones. Hace falta más. Montecarlo. Victoria ante Aljaz Bedene, ante Karen Khachanov, ante Dominic Thiem. Semis. Rafa derrota con contundencia a Grigor Dimitrov. No es suficiente. Quiere más ritmo en su derecha y cambia la pista de juego por la de entrenamiento en apenas diez minutos mandando un mensaje claro al mundo: es insaciable. Tiene hambre. Y así llegamos a la final. Kei Nishikori es solo una víctima más.

Nadie parece detener a Nadal sobre la tierra batida. Quizás Novak Djokovic sea el único capaz de llegar a hacerle sombra, si mejora su físico y equilibra su cabeza. La leyenda de Rafa terminará cuando él quiera. O cuando su cuerpo le diga hasta aquí. Mientras, solo queda afinar la voz y preparar con mimo Roland Garros. Para que cuando llegue el momento, podamos cantar nuevas “Nadaladas” con la satisfacción y la emoción de saber que estás cantando algo que pasará a la historia del deporte mundial. Y para que contribuyamos a que lo excepcional siga siendo eso: EXCEPCIONAL. Rafa Nadal lo es. Ya lo creo que lo es. Es la forma de la tierra.