Blog Murciego: Sinner contra Alcaraz, la rivalidad más ventajista

Qué pereza me da este debate, aunque más pereza me da el motivo que me lleva a escribirlo. De verdad que no lo vi venir, aunque sí pensé que el primer Grand Slam de Jannik Sinner podría acumular cientos de amapolas en el tejado del italiano, aupándole como el mejor tenista del planeta, el que más títulos va a ganar, el mejor de su generación e incluso de todas las anteriores. Ya saben, la exaltación de las primeras veces, tan difícil de templar. Lo que era totalmente innecesario era echar tierra encima de un rival para resaltar las capacidades de tu protegido. Primero porque esto es más típico del fútbol y otros deportes contaminados por la opinión pública; y segundo, porque me parece un detalle feísimo que, además de restar toda credibilidad, deja el plumero de cada uno totalmente al descubierto.

Cuando Carlos Alcaraz se convirtió en el Nº1 más joven de toda la historia al ganar el US Open de 2022, no recuerdo a nadie aprovechando el momento para decir que Sinner físicamente tenía la misma fiabilidad que un coche de tres ruedas, o que Rune tenía la cabeza más endeble que el wifi de un centro comercial. Allí los más osados apuntaron directamente a la punta de la pirámide, asegurando que Novak Djokovic empezaba a estar mayor, que ya no le daba el cuerpo para dominar el circuito, básicamente, que tenía los días contados. Aunque tampoco esté de acuerdo con esta forma interesada de sacar el colmillo, puedo entender las ganas que hay en la industria de empezar a vender a sus nuevos talentos. Pero venderlos de verdad, con números en la mano, no solo con marketing. Pero de ahí, a ver camiones y camiones de barro cayendo en la cara del murciano por simple oportunismo, subrayando que Sinner siempre fue el auténtico elegido, hay un salto de importante de indolencia. Una explosión de alivio de aquellos que tanto silencio tuvieron que guardar.

Que Sinner ganara el Open de Australia trajo un desfile en fila india de algunas personalidades, todas buscando su minuto de gloria. Gente como Paolo Bertolucci, al que entendemos que sitúe a Sinner como la octava maravilla del mundo, ¿pero lo pensaría también hace cinco meses? El italiano cruzó la línea roja analizando a Alcaraz, asegurando que “es una locura a nivel técnico, incluso físicamente, pero mentalmente está a años luz de Sinner”. Aquí es donde me empiezo a mosquear. Paolo estaba metiendo el pie en el charco, pero quiso mojarse hasta la rodilla. “Hay momentos donde puedes dejarte llevar, pero con 3-3 en el tercer set hay que ser concreto, ahí es donde Carlos ha fallado últimamente. Si consigue canalizar este asunto será un jugador espléndido; de lo contrario, será alguien talentoso con picos muy altos y caídas repentinas”. ¿En serio se puede pensar esto de un chaval que con 20 años tiene el palmarés que tiene? Si tus planes pasan por entregar tu credibilidad a cambio de salir en las noticias, por supuesto que se puede.

Adriano Panatta vio a su compatriota y entendió que este era el camino: desprestigiar al español para que el italiano siguiera avanzando casillas en ese pulso popular que han querido generar. “Alcaraz no ha evolucionado, sino que ha dado un paso atrás. Tiene una actitud bastante extraña en la cancha, no le veo tan decidido como hace dos años, no parece importarle. Aún no ha decidido qué tipo de jugador es, mentalmente le veo atrasado, diría que Sinner es de otra categoría, de la misma pasta que Djokovic”. ¿Qué hacemos aquí? Hay que ser un pelín miserable para tirar este discurso y poder conciliar luego el sueño. Y mira que aquí adoramos a Sinner, nos encanta cómo es y la relación que tiene con Carlitos, pero después de escuchar a estos personajes, ¿no os gustaría pensar qué dirían todos estos ilustrados si Jannik tardara un año y medio en ganar su segundo major? ¿O si Alcaraz se hiciera con el título en el próximo Roland Garros? Me encienden estas tonterías, qué le vamos a hacer, pero tampoco quiero atraer baches en el horizonte, de eso ya se encarga el karma.

Por último tenemos a Andy Roddick, alguien al que le encanta opinar, que siempre está en el ojo del huracán, pero al que no tenía yo como un oportunista redomado. “Su saque deja mucho que desear, creo que es el único aspecto del juego en el que no ha mejorado durante los últimos dos años. Recuerdo haberle visto jugar cuando era muy joven y su servicio no era muy potente, pero en 2022 empezó a registrar saques a más de 210 km/h. Ahora apenas supera los 200km/h, creo que le falta tener un movimiento más fluido al sacar”, tiró el estadounidense, sin pelos en la lengua. Algo que lleva pensando desde hace tiempo, ¿lo sueltas JUSTAMENTE ahora? Ya te vale, Andy. ¿Y en Wimbledon? ¿Ya se nos ha olvidado cómo sacó Carlitos en la última gira de hierba, hace solo siete meses? Al final es lo de siempre, una necesidad imperiosa por escupir un titular y que tu nombre salga en los diarios. En el caso de Roddick, camuflado tras la cortina del aspecto táctico, aunque el valor del comentario sigue estando muy lejos de alguien que conoce el circuito y sabe lo prescindibles que son estas comparaciones absurdas.

Y mientras unos cuantos buscan protagonismo lanzando flechas con alguien que ni siquiera sale en la foto, Jannik Sinner se guarda en salud recordando que el conflicto actual está lejos de ser contra Alcaraz. La diana está en la espalda de Novak Djokovic, el verdadero monstruo de tres cabezas. El resto de jóvenes, independientemente del brillo en su palmarés, tienen que mejorar todas sus armas hasta plantear un discurso firme durante los 11 meses que dura el curso tenístico. "Djokovic está en otra liga por todo lo que ha conseguido, pero creo que es muy bueno para el tenis que haya aparecido ya una nueva generación de jugadores, es bastante revolucionario y necesario para este deporte. Para mí, es fantástico tener este Grand Slam en mis manos, pero ahora lo que toca es trabajar duro para ver qué soy capaz de hacer en el futuro. Voy a seguir disfrutando del proceso porque tengo mucho que mejorar”, confesó el de San Cándido, manteniendo siempre ese perfil bajo. Con los pies en el suelo y con el máximo respeto, con esa humildad que no todos los italianos han sabido cuidar en un momento histórico.

Lo único que tenemos claro ces que estos dos son mejores que el resto de su generación, aunque alguno se empeñe en abrir una brecha entre ambos. Como especialista podría dar mi opinión sobre quién me parece mejor ahora mismo, pero justo he venido aquí a denunciarlo. Aunque bueno, si miramos los números, solo hay uno que repitió éxito en Grand Slam. Si miramos el ranking, solo hay uno que irrumpió en el top3 y se adueñó de la clasificación. Si miramos su evolución, solo hay uno que ha demostrado –en dos temporadas consecutivas– ser regular durante seis meses, sin fallo. Y si miramos la edad, solo hay uno que puede presumir de haber roto algunos récords de precocidad. Yo no sé quién tiene que mejorar el saque, quien va dando pasos hacia atrás o quién apunta a ser “un jugador talentoso con picos muy altos y caídas repentinas”, esto se lo dejo a los que saben. De verdad, no tengo ni idea. Lo que sí voy entendiendo es que el entorno de esta rivalidad no siempre será sano, aunque ellos no tengan culpa. Lamentablemente, aquellos que con su experiencia sacan pecho asumiendo el rol de expertos en tenis, hoy solo son expertos en opinar.