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ATP Cup 2020, De Miñaur-Nadal: La resurrección vale una final (6-4, 5-7 y 1-6, ESP 2-0 AUS)

Agustín Galán

Actualizado 11/01/2020 a las 12:09 GMT

Rafael Nadal consiguió el segundo y decisivo punto de la semifinal de la ATP Cup 2020 al derrotar a Alex de Miñaur por 6-4, 5-7 y 1-6. El número uno del mundo tuvo que apretar los dientes ante un De Miñaur que jugó a un altísimo nivel hasta que cedió su saque en el final del segundo set. España disputará mañana (8:30 horas) la final ante la Serbia de Novak Djokovic, que eliminó a Rusia.

Nadal

Fuente de la imagen: Getty Images

Protagonistas

Alex de Miñaur. Toda la compostura que le faltó a Kyrgios le sobró a un De Miñaur que salió convencidísimo de sus opciones frente al número uno del mundo. Exhibición de concentración y mirada asesina por parte del nacido en Sídney, que cuajó uno de sus partidos más completos como profesional, si no el mejor, mostrándose inabordable con su servicio. Un desgraciado punto en el que la red fue protagonista le dio el set de la igualdad a Nadal y la derrota no refleja de ninguna manera el soberbio partido que protagonizó.
Rafael Nadal. Atraviesa momentos difíciles el balear desde que el torneo se mudó de Perth a Sídney para su fase final. El tórrido calor de la ciudad australiana que acoge la final a ocho le está pasando factura y los rivales están consiguiendo hacerle mucho daño. Goffin le enseñó el camino a De Miñaur y el aussie insistió en mostrarnos la versión más humana de Nadal. Por fortuna para la Armada, consiguió enmendar un partido que pintaba a un segundo KO consecutivo.

Nudo

La Ken Rosewall Arena exhibió dos películas completamente diferentes. Si el triunfo arrollador de Roberto Bautista sobre Nick Kyrgios sorprendió a propios y extraños, no se quedó atrás la exhibición de De Miñaur ante su público en Sídney para poner contra las cuerdas a Rafael Nadal. Hizo rápido los deberes el australiano de ascendencia española al romper rápidamente el servicio de Nadal, y a partir de ahí comenzó una escarpada cuesta arriba para el número uno del mundo.
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Alex de Minaur à Sydney pour l'ATP Cup en 2020

Fuente de la imagen: Getty Images

Mientras Nadal intentaba enfriar el partido -y a las gradas- con juegos largos y elaborados, De Miñaur respondía con el fuego que desprendía su raqueta. El juego, poco a poco, empezó a equilibrarse, pero no había ni una sola posibilidad de que el balear le devolviera la rotura, y la energía que transmitía en todo momento no hacía más que disparar el pesimismo en las filas españolas.
Nadal volvía cariacontecido al banquillo cada dos juegos, justificándose ante Francis Roig y el resto de la Armada, que intentaban darle las claves para desentrañar el juego de su rival. No había manera, De Miñaur estaba alcanzando sencillamente un nivel soberbio y el plan conservador de Nadal no le hacía daño en absoluto con el resto, convirtiendo el duelo en una tortura.
El segundo set avanzaba sin que ninguno diera su brazo a torcer, pero llegó el golpe de genio Nadal cuando habían pasado ya una hora y 39 minutos de partido. Ahí consiguió su primer punto de break a favor y al convertirlo puso por fin un dique a la riada de buen tenis de De Miñaur. Un mínimo detalle, una cinta que se alió con el español terminó dándole el set a Nadal y llevándolo todo a la agonía del tercero, un tiempo extra que Nadal agradeció al tiempo que De Miñaur sonreía irónicamente ante la treta que le tenía guardada el destino.
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Rafael Nadal of Spain reacts during his semi-final singles match against Alex de Minaur of Australia on day nine of the 2020

Fuente de la imagen: Getty Images

Esa sonrisa encerraba la certeza de lo que estaba por suceder. Cuando Nadal golpea y resiste hasta la extenuación, lo hace de forma definitiva, y De Miñaur cedió entonces con estrépito. Toda su fortaleza de piernas y mental se vino abajo sin remedio y Nadal lo aprovechó para robarle dos breaks consecutivos. Una vez que el número uno del mundo caza a su presa, lo hace para no soltarla más. Nadal resurgió de sus cenizas como sólo él, experto en retornos inverosímiles, es capaz. De Miñaur quiso responder recuperando una de las dos roturas para que el descalabro no fuera tan espectacular, pero Nadal no quiso perdonar más y pisó el acelerador para asegurar su presencia en la final en la que ya espera la amenazante Serbia de Novak Djokovic.
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