Blog Murciego: El fin de Simona Halep

Aunque éramos conscientes de que el final era inminente, no deja de ser doloroso ver como una jugadora generacional como Simona Halep cae rendida en la línea de meta con apenas 33 años. Desfondada, herida, completamente vacía, la rumana conmocionó este martes al mundo del tenis anunciando su retirada.

Tennis - WTA Miami - Highlights - Simona Halep loses to Paula Badosa on return from doping ban (SNTV

Autor del vídeo: Eurosport

Otoño de 2013, Madrid. Tan solo han pasado un par de meses desde que hiciera las maletas hasta la capital de España para cursar un Máster en Periodismo Deportivo que me abriera las puertas al sueño que sigo viviendo hoy, aunque hace semanas que duermo sabiendo que estoy en el lugar correcto. El el taller de redacción de cada jueves –momento donde cada alumno buscaba siempre el titular más original–, un compañero reclama la atención de toda la clase para compartir una noticia inverosímil. Según cuenta la nota, una tenista de 22 años habría aceptado reducirse la talla de su busto para aumentar su agilidad y ser más competitiva dentro de la pista. Tras un sondeo somero –y unos cuantos chistes de mal gusto–, uno de los tantos sinvergüenzas que habitábamos el aula se lleva el premio al mejor encabezado: "Simona da el ‘do’ de pecho". Aquel día supe por primera vez de Simona Halep, una jugadora que estaba dispuesta a hacer lo que fuera con tal de nadar en éxitos.
Más allá de esta curiosa alusión a su pasado que poco tiene que ver con lo tenístico, lo cierto es que aquella operación fue el primer punto de inflexión en la trayectoria de la rumana, lo que le permitió cambiar su condición de potencial top10 a convertirse en una de las mayores líderes del vestuario. Una guerrera que nos lleva acompañando desde entonces a lo largo de toda una década, demostrando que la regularidad no era una virtud inalcanzable, solo un habilidad que requería de un sacrificio extra. Una leyenda de nuestro tenis que anoche nos dejó helados tras su derrota en primera ronda del WTA 250 de Cluj-Napoca. Delante de su gente, entregando las armas por doble 6-1 ante Lucia Bronzetti, sin ya nada que demostrar pero con un plan claramente orquestado en su cabeza, la oriunda de Constanta agarró el micrófono para avisar al público presente de lo afortunados que eran. Aquel había sido su 822º partido como profesional, el último de una carrera prodigiosa. Era el momento de irse. Con solo 33 años, sí, pero con un historial de desdichas durante las dos últimas temporadas que finalmente provocaron su rendición.
"No sé si con tristeza o con alegría, creo que ambos sentimientos me están poniendo a prueba, pero tomo esta decisión con el alma en paz, siempre he sido realista conmigo misma. Ahora mismo siento que mi cuerpo necesita mucho para llegar al lugar donde probablemente estaba, pero es difícil llegar allí, sé muy bien lo que significa llegar hasta la cima. Por eso quería venir hoy aquí, a Cluj, para jugar delante de vosotros y despedirme en la pista de tenis. Aunque mi actuación no haya sido muy buena, lo hice con todo mi corazón y me alegro mucho de que hayáis venido. Quién sabe si volveré en un futuro… por ahora, esta es la última vez que juego aquí"
Duele escuchar cómo deja la puerta abierta a un posible regreso sabiendo que esto jamás sucederá, ocupando por momentos su mente y reconociendo que la franqueza de sus palabras todavía no fueron asimiladas en sus entrañas. Se nos va la mujer que tanto luchó por ganar un Grand Slam, pero lo deseó con tanta fuerza que acabó amarrando dos: Roland Garros 2018 y Wimbledon 2019. El primero en París, su tierra favorita, donde necesitó perder un par de finales (2014, 2017) para hacer cumplir el refrán. Aunque realmente el premio no llegó hasta el cuarto intento, ya que también se quedó a las puertas en el Open de Australia 2018. Tuvo que tocar el cielo para desprenderse de la mayor carga que un deportista puede tener, una que no requiere pasar por el quirófano. Aquel triunfo la liberó de tal manera que la hizo invencible, o eso creía ella. ¿Cuántas pueden contar que tumbaron a Serena Williams en una final de Wimbledon por un doble 6-2? Solamente ella, poseedora de 24 títulos individuales y 64 semanas en la cima del ranking mundial.
Ojalá deciros que la pandemia fue la causante de su descalabro, pero el destino le tenía preparado un capítulo todavía más turbio. Roxadustat, esta es la palabra que le acompañará toda la vida, una sustancia prohibida por la que dio positivo en un control antidopaje el 21 de octubre de 2022, dos meses después de ganar el WTA 1000 de Toronto y estando ubicada entre las diez mejores de la clasificación. Cuatro años de sanción que terminaron siendo nueve meses, aunque la duda seguía latiendo con fuerza. ¿Inocente o culpable? Tuvimos que esperar para saberlo, todo lo que quisieron estirarlo los organismos oficiales, encaprichados en retrasar el juicio mientras el desgaste de la rumana se iba acrecentando. Después de condenarla por un accidente involuntario, de apartarla de su profesión, manchar su imagen y marcarla por siempre ante la mirada pública, la ley acabó anunciando que era inocente. Demasiado tarde, el daño ya estaba hecho.
Tuvieron que pasar 560 días para volver a Halep competir en una pista en tenis, allá por marzo de 2024 en el torneo de Miami. Desde aquel día, su balance marca una victoria en seis partidos disputados. En su mente palpitaba ese deseo de venganza contra el mundo, el reto personal de demostrarse que todavía podía ser competitiva, pero la realidad fue señalándole día a día que aquel escenario eran tan solo un boceto engañoso. Pesó lo físico y pesó lo anímico, pero sobre todo pesó lo físico. En un ejercicio de honestidad consigo misma y también con las personas que le rodeaban, Simona no tuvo más opción que dejar las expectativas a un lado y aparcar su sueño, aunque este llevara cumplido desde hacía tiempo. Ya con el pulso controlado, el último lance era elegir la fecha (febrero) y el lugar (Cluj-Napoca). Un momento íntimo donde desnudar todos sus males y cerrar la etapa más inolvidable de su vida… aunque asaltado por un último capítulo aterrador.
"Me he dado cuenta que el tenis no lo es todo en mi vida, hoy tengo muchos deseos y metas más allá del deporte. Todo lo que hice en el pasado fue extraordinario, puede que ni siquiera soñara con convertirme en número uno del mundo o ganar dos títulos de Grand Slam, pero trabajé muy duro para ello y logros así me han hecho sentirme realizada como tenista. Ahora quiero hacer algo más, no solo en el tenis. La primera parte de mi vida se basó únicamente en el tenis, pero ahora quiero explorar otros caminos".
¡Gracias por todo, Simo!
*No te pierdas nada de lo que viene en nuestro nuevo hogar de streaming: Max, donde puedes ver de nuevo todo el Open de Australia 2025, el primer Grand Slam de la temporada.
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