Blog Murciego: Ante la duda, Rusia

Se habló de Estados Unidos, casi obligados por su palmarés en la competición. Se habló de la República Checa, por jugar en casa y sus éxitos recientes en el torneo. Se habló de Suiza, por lo sucedido este verano en los Juegos Olímpicos. Se habló de Australia y Alemania, dos equipos venidos a menos pero con experiencia y ambición. Se habló de Francia, por ser las defensora del trono y también de Bélgica, aunque esto ya era hablar por hablar. Por supuesto que también se habló de Rusia, o mejor dicho, de la Federación de Tenis Rusa (RTF), sobrenombre adoptado tras la sanción sufrida en 2020 por dopaje. Pero no se habló de ella como una de las más firmes candidatas a la gloria en estas Billie Jean King Cup Finals de Praga, algo que toca remediar ahora, diez días después.

¿Y por qué nadie tomó a Rusia tan en serio como a otras potencias? Posiblemente, por la falta de una súper estrella en sus filas. Estamos cansados de ver cómo este tipo de competiciones se pueden pelear hasta el último día si cuentas con una top10 en tu banquillo. Y si tienes la suerte de contar con dos, entonces será casi un milagro que se te escape el título. Pero Rusia llegaba a Praga sin ninguna top15 en su lista, por lo que su nivel de peligrosidad era templado. Así fue como, sin apenas generar ruido, Kasatkina y compañía se pusieron manos a la obra y a construir su camino desde la fase de grupos. Un 3-0 contra Canadá y un 2-1 contra Francia las empujaban directamente a semifinales, sin necesidad de sacar la calculadora ni realizar operaciones. ¿En serio que este equipo no era candidato a todo? Estados Unidos en la penúltima ronda nos despejaría la duda.

Lo que descubrimos en semifinales fue el fondo de armario el equipo ruso, una plantilla de un nivel medio muy alto donde todas estaban listas si el capitán requería su presencia sobre la cancha. Del mismo modo que Daria Kasatkina podía abrir una serie, también lo podía hacer Anastasia Pavlyuchenkova, incluso Ekaterina Alexandrova. Lo que sí que estaba cerrado desde el inicio era la pareja de dobles: Veronika Kudermetova y Liudmila Samsonova. Dos jugadores clásicas del circuito individual, algo que generó ciertas críticas por el hecho de no llamar a una consagrada doblista como es Elena Vesnina. Pero bueno, a toro pasado, nadie se acordó de ella. El equipo daba muestras de una armonía perfecta, de estar todas en el mismo escalón, enfocadas por un mismo objetivo y sin luchas de egos de por medio. Todos estos factores confluyeron en su emparejamiento con Estados Unidos, a quien derrotaron por 2-1 para terminar de confirmar que no habían venido a Praga de vacaciones.

Una vez en la final, pensaréis que en el barco del equipo ruso ya no cabía un alma, que el público por fin había comprendido que ahí había ingredientes para conquistar la nueva Billie Jean King Cup. Pues no, la mayoría de las apuestas daban como principal favorita a la Suiza de Belinda Bencic, Jil Teichmann y Viktorija Golubic. No problem. A estas alturas, el ejercicio de infiltración estaba ya más que asimilado. Primero Kasatkina y después Samsonova (2-0) destrozaron todos los pronósticos, abortando incluso el tercer y definitivo duelo de dobles. No hizo falta saltar por tercera vez a la pista, el trofeo ya tenía dueñas. En total, el reparto de puntos quedó así: dos victorias de Pavlyuchenkova, dos de Kasatkina, tres de Kudermetova y cinco de Samsonova. Esta última, invicta en la competición y vistiéndose de heroína en cada una de las jornadas. Se quedó sin sumar Alexandrova, que solo disputó un encuentro individual ante Francia, donde perdió ante Clara Burel. No todas podían acaparar el mismo protagonismo, aunque todas remaran con la misma fuerza y dirección.

Si lo pensamos en frío, Rusia llegó a Praga con sus cinco mejores jugadoras, las cinco con mejor ranking WTA, todas ellas dentro del top40 mundial. ¿Quién podía apoyar un equipo así? Nadie. La Billie Jean King Cup se vuelve un reto más hercúleo sin no tienes a ninguna top10, pero en esta ocasión no hizo falta. Ni siquiera el fantasma de las tres últimas finales perdidas pudo con ellas, el mal recuerdo de 2011 (R.Checa), 2013 (Italia) y 2015 (R.Checa). Y es que Rusia no levantaba los brazos en este torneo desde el año 2008, cuando fulminaron a las españolas en la última ronda. Trece temporadas después, con un equipo que nada tiene que ver con aquel, el equipo de Andreev sumó su quinto entorchado en la competición gracias a una plantilla sin grandes estrellas, pero con un compromiso y un talento como el de toda la vida.

El triunfo solo hace que reafirmar el buen momento de salud por el que pasa el tenis ruso, ya sea en su variante masculina como femenina. Mucho se hablaba de los chicos y ese tridente llamado a convivir muchos años en el top20, pero han sido las chicas quienes primero han dejado su firma. ¿Veremos un doblete histórico en las próximas Davis Cup Finals de Madrid? Medvedev, Rublev, Khachanov y Karatsev estarán allí buscando el premio, sabiendo que están ante una oportunidad única para doblar la apuesta. A punto se quedaron en 2007, cuando ellas salieron campeonas ante Italia (4-0) y ellos perdieron la final con Estados Unidos (4-1), esa fue la temporada que más cerca se quedaron del doblete. En diciembre, con la dificultad de un formato express donde todo se decide en diez días, la Plaza Roja tendrá listos los fuegos artificiales para la ocasión.