Garbiñe Muguruza, los orígenes de una leyenda

8 de octubre de 1993, Venezuela. A 50 kilómetros de la capital Caracas, se encuentra la ciudad de Guatire. Allí, nacía la primera hija del empresario vasco José Antonio Muguruza y la venezolana Scarlet Blanco.

A los cuatro años empezó ya a dar pelotazos, quienes la conocieron en Venezuela aseguran que la pasión por este deporte llegó de la mano de sus dos hermanos mayores, Igor y Asier. En el Club Mampote, ubicado en la ciudad de Guarenas, la cita era fija de lunes a sábado. Allí la esperaba su primer entrenador René Fajardo.

Independiente, disciplinada, y con un temperamento y una personalidad impropia para su edad, no pasaba desapercibida en aquellas ‘canchas’. Pero en 1999, José Antonio y Scarlet tuvieron que emprender un viaje a Barcelona para seguir desarrollando el tenis de su hija. Por aquel entonces, en Venezuela el tenis no era tan valorado.

La pequeña siguió practicando en la prestigiosa Academia Bruguera, fundada y dirigida por Lluís Bruguera y su hijo Sergi (bicampeón de Roland Garros en 1993 y 1994). Con el paso de los años, allí conocería a Alberto López Núñez quién moldeó su carrera hasta 2011, cuando Garbiñe alcanzó la mayoría de edad. El rumor sobre la aparición de una nueva tenista prodigio corrió como la pólvora.

Eurosport estuvo con el entrenador vigués rememorando los momentos en aquellas pistas que ya quedan en el recuerdo de un camino hasta alcanzar la gloria soñada.

Bueno, solemos seguir los torneos y resultados del circuito tanto masculino como femenino, por lo tanto sabíamos que si Pliskova perdía, no defendía los puntos del año pasado, por lo que seria automáticamente numero 1 en la nueva lista.

Creo que no solo los de la academia, sino muchas jugadoras del mundo son las que se fijan en ella, pues es una jugadora de máximo nivel y con un tipo de juego agresivo que atrae al espectador.

Desde siempre ha sido una jugadora muy competitiva y con mucha hambre de ganar. Ella ya se entrenaba en la academia Bruguera, de Lluís Bruguera, desde muy pequeña. Nos reunimos y llegado el momento empezamos los entrenamientos.

Los entrenos y objetivos iban cambiando a media que iba creciendo y mejorando. El tenista está siempre en constante evolución; evolucionan los objetivos, las presiones, el nivel de exigencia, por lo que siempre hay trabajo por hacer. Comenzamos con entrenamientos más técnicos, cuando ya tenía la técnica asimilada pasaron a ser más tácticos, a momentos más mentales... es el conjunto de todo eso, lo que va creando y haciendo más completo al jugador/a con el paso del tiempo.

Garbiñe siempre ha tenido un talento innato y una competitividad tremenda, lo que unido al trabajo le ha proporcionado ir quemando etapas con quizás más velocidad de lo habitual.

Los primeros torneos internacionales no fueron buenos. Había que vivir esa experiencia, ver el nivel de jugadoras que había y lo que exigía. Fue después cuando hizo semifinales y final en dos torneos, donde se puede decir que empezó a entender que aun quedaba un camino largo por recorrer, había muchas posibilidades de hacer algo grande, como enseguida se fue confirmando al empezar a ganar los primeros torneos ITF de 10000$ de una forma bastante seria y autoritaria.

A medida que iba mejorando y subiendo en el ranking, veías que era un largo camino y que requiere mucho esfuerzo y sacrificio, pero al mismo tiempo la línea era muy buena. con 17 años estaba la numero 235 WTA, siendo la numero 2 de su edad en el ranking WTA, etc. Habían resultados y situaciones que te hacían pensar en lo mas alto. El tenista siempre aspira a lo máximo, con la máxima ambición. Todos estábamos convencidos de que iba a llegar a ser la tenista que es hoy. Pero también es gracias al esfuerzo y al trabajo que ha realizado durante estos años.

Indudablemente sus ganas de competir y su determinación para conseguir ser la jugadora que es hoy en día. Recuerdo muy bien por ejemplo cuando hace unos años se enfrentó a una jugadora con mucho más ranking que ella. Su alegría duro muy poquito porque enseguida estaba con la cabeza y la mente puesta ya en su siguiente rival. O por ejemplo, creo recordar otro partido en segunda ronda o en cuartos que le tocaba enfrentarse a otra jugadora muy por encima de ella en el ranking, que era muy sólida, apenas cometía errores no forzados y te obligaba a jugar cada punto. Antes del partido Garbiñe estaba muy nerviosa, hicimos un buen ejercicio mental, comentamos como afrontarlo y lo preparamos tácticamente. Ella apenas habló, no se si dijo más de dos palabras. Acabó ganando el partido 6-2 y 6-1, jugando a un nivel de lo más alto que había visto en ella hasta la fecha.

No sucedió nada en particular. Se van quemando etapas y siguiendo el camino con nuevos proyectos y nuevos retos. Era el momento para que tuviese algo mas privado e individual, como así terminó siendo. Hoy en día es algo que en la academia se proporciona, teniendo jugadoras jóvenes que ya están en el top200 WTA por ejemplo.

Es una jugadora que no ha parado de evolucionar, hecho que estoy seguro seguirá haciendo. Tiene un tenis muy agresivo, con un gran saque y unos golpes de fondo muy fuertes y a la vez solidos, pudiendo variar las direcciones con ellos. Esto es algo que ha ido evolucionando, atreviéndose mas con los paralelos y con una mayor decisión. Al mismo tiempo, ha ido adquiriendo una fuerza mental que le ha permitido ir exprimiendo el tenis que tiene en los partidos.

Después de trabajar con ella, estuve viajando en el circuito ATP, por lo tanto en los Grand Slam charlábamos unos minutos cuando nos veíamos. Siempre hemos tenido una relación muy buena con ella y su familia.

El único consejo que le puedo dar es el de seguir trabajando y siendo ambiciosa. El resto, ya se los están dando muy bien su entrenador y su entorno, pues a la vista esta que la están llevando muy bien y seguro que continuara cosechando éxitos.

El entrenador considero que se tiene que sentir orgulloso tanto de si un jugador llega a lo más alto como si va mejorando por ejemplo un golpe en particular. Todo lo que signifique sumar y ayudar a mejorar tenísticamente al jugador, te llena. Es indudable que haber aportado nuestro granito de arena en su carrera es todo un orgullo. Desde la Academia Bruguera le deseamos siempre lo mejor y los mayores éxitos posibles.

Garbiñe Muguruza ha convertido en realidad el sueño de aquella niña que empuñaba la raqueta como nadie. Ahora, en la Bruguera Academy de Barcelona, Alberto espera que algún día una pequeña Garbiñe llegue hasta él para iniciar un nuevo camino al que le quedan muchos kilómetros por recorrer.