Muguruza, la doble campeona que fue capaz de seguir los pasos de Arantxa y Conchita

No hay duda de que Garbiñe Muguruza ha sido una de las grandes tenistas españolas de la historia. Con un palmarés envidiable, nunca ha dejado indiferente a nadie, con bajones, sí, pero con grandes títulos que están muy presentes en el recuerdo de los aficionados a la raqueta. La hispana venezolana fue capaz de plantar cara en una etapa dominada por las hermanas Williams, sobre todo Serena, a las que batió para hacerse con los títulos de Roland-Garros en 2016 y Wimbledon en 2017, posiblemente el que más recuerdos le suscite una vez ha puesto fin a su carrera deportiva.

Pero fue en Roland-Garros donde primero se dio a conocer ante el gran público, venciendo a Serena Williams en 2014, cuando la tenista estadounidense partía como gran favorita al título, siendo la número uno del mundo. Acabaría cayendo en cuartos de final ante otra leyenda como Maria Sharapova, pero se instaló por méritos propios en la élite del mundo del tenis.

Un año más tarde se consagraría en el All England Tennis Club de Wimbledon, alcanzando la gran final, siendo superada en esta ocasión por la menor de las Williams. Un avance de lo que estaba por venir en los dos años siguiente con el triunfo en París y en la cuna del tenis. Unos meses más tarde de levantar el “Venus Rosewater Dish”, se aupaba como número uno del mundo en el US Open, tras alcanzar la cuarta ronda.

Primero fue de la mano de Sam Sumyk como entrenador desde el 2015, pasando los últimos años de su carrera junto a Conchita Martínez, que le ayudó a lograr el triunfo en Wimbledon como apoyo al preparador francés, antes de ser el técnico principal de la tenista de Caracas, llevándola en 2021 a lograr el título en las WTA Finals, un trofeo que hasta entonces no había logrado ganar ninguna jugadora de la Armada.

Un palmarés que adornan diez títulos en total, con otras dos finales de Grand Slam perdidas, en Roland-Garros 2015 y el Open de Australia 2020, y la sensación de tener potencial para ser la dominadora de un circuito que se encontraba algo huérfano tras la era de control de Serena. Inconsistente en ocasiones y brillante como pocas, Garbiñe deja el tenis español después de tomar el testigo de otras dos grandes jugadoras como Arantxa Sánchez Vicario y la propia Conchita.

Porque su título en Roland-Garros rompió una racha de 18 años sin que ninguna tenista española conquistara un Grand Slam en la categoría femenina y su triunfo en Wimbledon llegaba tras 23 primaveras de sequía después del logrado por Conchita en 1994.

Quizás su mayor lunar fue el de no ser capaz de brillar en el Mutua Madrid Open, donde la presión de jugar en casa fue una losa difícil de superar, teniendo la segunda ronda como su mejor presencia en un torneo que siempre la recibía con el cariño de los aficionados, como principal referente de la Armada en la categoría femenina.

Ausente desde principios de 2023, donde anunciaba un parón indefinido en su carrera, el paso de los meses acercaba todavía más una posibilidad que se ha acabado confirmando este sábado, con el adiós deportivo a una de las más grandes de la raqueta en nuestro país. Una trayectoria que servirá de ejemplo para las jugadores que tienen el reto de seguir los pasos de Garbiñe Muguruza.