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Historias Eurosport: 25 años desde que Graf privó a Arantxa de ser Maestra, pero no orgullo español

Cristian Maxedo

Actualizado 27/10/2018 a las 23:40 GMT

Agotada, acalambrada, pero tirando de orgullo para “jugar el mejor set de mi vida”, Arantxa Sánchez Vicario dio una lección de pundonor en las WTA Finals de 1993 ante otra supercampeona como Steffi Graf en una final con un escenario de lujo: el Madison Square Garden.

Arantxa Sánchez Vicario y Steffi Graf

Fuente de la imagen: Getty Images

21 de noviembre de 1993. Arantxa Sánchez Vicario se planta en la final del Virginia Slims Championships o WTA Championship (ahora renombrado WTA Finals) a sus 21 años de edad en busca de la hazaña de convertirse en la primera Maestra española. Hasta la fecha ninguna otra mujer española ha conseguido semejante gesta en nuestro tenis en categoría individual (solo Manolo Orantes lo ha hecho en el apartado masculino) en una competición que reúne a las mejores del circuito marcando el final de cada temporada en el mundo de la raqueta. Cierto es que la menor de los Sánchez Vicario ya ha saboreado las mieles del éxito un año antes en el dobles junto a Helena Sukova al imponerse a su inseparable Jana Novotna y Larisa Savchenko, pero la del 93’ iba a ser su primera final en ‘singles’.
Arantxa llega con las ganas de coronarse, pero cansada tras una larguísima temporada. Más de 150 partidos (91 en individuales y 60 en dobles) repartidos en una veintena de torneos viajando por cuatro continentes y jugando a tenis 315 días.
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Arantxa Sánchez Vicario, WTA Championship 1993

Fuente de la imagen: Getty Images

Se le ha dado bien el año y sigue progresando. Ha salido victoriosa en cinco torneos (Miami, Amelia Island, Barcelona, Hamburgo y Copa Federación) en una primera mitad de temporada espectacular y ha sido asidua a las rondas finales lo que le ha permitido escalar al puesto número dos del ranking WTA, por delante de grandes tenistas como Martina Navratilova o Gabriela Sabatini entre otras. Pero por delante sigue la que va a ser la gran rival de su carrera: Steffi Graf, quien a la postre iba a ser su rival en la gran final de aquella WTA Finals.
En su estreno en el torneo en Nueva York acaba con Helena Sukova (5-7 y 2-6), su compañera en dobles, sacándose la espina con quien la había apeado en los cuartos de final de Wimbledon y en las semifinales del US Open de ese mismo año.
En la siguiente ronda, llega un partido tan duro como sentimental. Se mide a la añorada Jana Novotna, su mítica pareja en varios de los títulos logrados por Arantxa en Grand Slam en la modalidad de dobles. Con remontada incluida y ciertas dosis de sufrimiento, Arantxa supera a Jana para meterse en semifinales (7-6(2), 6-7(5) y 4-6).
En la penúltima ronda se topa con una sorprendente Mary Pierce que se deshace de la Masters and Commander por excelencia del tenis, Martina Navratilova. Allí la barcelonesa otra vez sufriendo y otra vez dejándose la piel, puede con la francesa (2-6, 7-5 y 2-6) para acceder a su primera final en individuales. Allí espera Steffi Graf, su alter ego y con la que Arantxa ha ido tocando el cielo y el infierno a lo largo de su carrera. El envite no iba a ser nada fácil en un partido con muchos componentes nostálgicos. Quien no recuerda esas lágrimas de la española en 1989 durante la final de Roland Garros ante la ya campeona alemana, la final en Hamburgo en 1993 en un torneo recordado por el espeluznante apuñalamiento de Monica Seles y por supuesto el US Open de 1994 donde una Arantxa en plenitud derrotaba a la por entonces tricampeona en Flushing Meadows.
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Arantxa Sánchez Vicario y Stefi Graff, WTA Championship 1993

Fuente de la imagen: Getty Images

Pese a que Arantxa ya ha demostrado al mundo que es de las pocas tenistas capaces de hacer sombra a Steffi Graf el desafío se presenta como algo casi imposible para la española. La alemana llega habiéndola derrotado 20 veces (12 finales entre ellas) por solo cinco triunfos de la española. Al balance negativo y al hecho de tener que jugarse en moqueta, superficie poco propicia para Arantxa, ha de sumarse el cansancio acumulado de la barcelonesa para alcanzar a la última ronda. Cinco horas en sus partidos de cuartos y semifinales en días consecutivos la han dejado al borde del agotamiento.
Pero Arantxa es mucha Arantxa y salta a la pista con la garra y el coraje que la han acompañado a lo largo de sus años de exitosa carrera. El escenario le da aún más mística al duelo entre reinas. El torneo se disputa en el Madison Square Garden, uno de los mayores emblemas del deporte mundial donde no solo el baloncesto triunfa (NIT: primer gran torneo universitario de Estados Unidos, los Knicks de los primeros 70’ y otros muchos). También brillan otros grandes acontecimientos como las Series Finales Hockey, el boxeo con legendarios combates o multitudinarios conciertos, le han hecho ganarse el apodo de ‘The Most Famous Arena in The World’. Allí se citan 21.000 espectadores para ver otro Graff-Sánchez Vicario.
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Arantxa Sánchez Vicario y Stefi Graff, WTA Championship 1993

Fuente de la imagen: Getty Images

Arantxa es barrida en un primer set muy cómodo para Steffi (6-1), y aunque hubo más igualdad en el segundo, lo cierto es que la alemana también se lo apunta (6-4) quedándose a las puertas de levantar su tercer título de Maestra.
Pero Arantxa no está dispuesta a rendirse. Pese a pedir atención médica por sus evidentes problemas físicos que incluyen una herida en la rodilla izquierda y un dolor agudo en el tendón de su mano zurda, saca fuerzas de flaqueza para doblegar a su rival (3-6) en el considerado por la propia tenista como “el mejor set de su vida”. En honor a la verdad Steffi también llega al tramo final de la temporada tras una operación en su pie y con una infiltración en la espalda, pero lo cierto es que Arantxa presenta signos inequívocos de debilidad física.
Acaba perdiendo el último set (6-1) por extenuación ante el aplauso unánime del público neoyorquino, pero cae con la cabeza alta. Soñando con convertirse algún día en número uno, algo que acabaría logrando al año siguiente.
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Arantxa Sánchez Vicario y Stefi Graff, WTA Championship 1993

Fuente de la imagen: Getty Images

Ese 21 de noviembre probablemente Arantxa puso en el Madison Square Garden otra gran piedra para demostrar al mundo de lo que un ser humano es capaz de lograr con talento y con máximo sacrificio.
Aunque aún no lo sabe su palmarés va a convertirla en la española más laureada de nuestro tenis: 4 Grand Slams en individuales (3 Roland Garros en 1989, 1994 y 1998 y un US Open en 1994) y 6 Majors en dobles y 4 en dobles-mixtos, lo más representativos de los 98 títulos en sus décadas en la élite. Dos medallas olímpicas (bronce en Barcelona 92’ y plata en Atlanta 96’), cinco títulos de Copa Federación con España.
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Arantxa Sánchez Vicario, Lindsay Davenport y Jana Novotna

Fuente de la imagen: Eurosport

A ello, sumará 12 semanas como número uno en individuales y 111 semanas en dobles. Solo números, extraordinarios eso sí, para la mujer que fue capaz de tener a millones de españoles frente al televisor disfrutando de sus batallas y considerándola como una de las grandes deportista de la historia de nuestro deporte.
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