Open de Australia 2020, Thiem-Djokovic: La gran amenaza de Roger y Rafa (4-6, 6-4, 6-2, 3-6 y 4-6)
Actualizado 02/02/2020 a las 14:07 GMT
Novak Djokovic conquistó su octavo Open de Australia tras vencer en una final épica a Dominic Thiem (4-6, 6-4, 6-2, 3-6 y 4-6). El serbio, que estuvo dos sets a uno abajo y pidió tiempo médico, remontó de manera heroica y ya suma 17 Grand Slams, amenazando a Roger Federer y Rafa Nadal en la clasificación histórica.
Personajes
Dominic Thiem: Su espectacular torneo no pudo ser culminado con un título que por el tenis que ha brindado durante estas dos semanas en Melbourne merecía tanto como Djokovic. Comenzó con nervios la final pero se rehizo y llegó a verse a un set del título. Buscará en Roland Garros su ansiado primer Grand Slam.
Novak Djokovic: Con más vidas que un gato. Estuvo fuera de la final durante muchos momentos y despertó como lo hacen los grandes campeones. Su lenguaje corporal y su tenis eran un drama antes de comenzar el cuarto set. Diecisiete Grand Slams y ocho entorchados en Australia. El hambre del serbio no acaba y ya acecha a Roger y Rafa en una rivalidad legendaria.
Nudo
Resulta increíble de creer para quién conectara con el partido en el tercer set que Djokovic se haya hecho con el título en Australia. Desconocido, apático y sin ningún argumento tenístico, el ya número uno mundial caminaba a la deriva ante un inmenso Thiem.
Pero los grandes campeones son así. Y como lo que es, Novak arrancó la final de forma arrolladora ante un Thiem al que le costaba sangre, sudor y lágrimas arañar siquiera un juego en los primeros compases (0-3). Pero el austriaco comenzó a cambiar alturas, a variar sus golpes y sorprendió a su rival con el contrabreak (4-4).
Djokovic tiró de veteranía en el primer momento delicado de la final y con algo de colaboración de su rival, pegó el zarpazo en el momento justo. El serbio propuso un juego muy duro cuando Thiem servía para mantenerse en la primera manga y una doble falta acabó por condenar al austriaco. Remar para morir en la orilla (4-6).
El pupilo de Nicolás Massú no acusó el golpe y evidenció su mejora en la final en el inicio del segundo parcial. Hasta los mejores pueden fallar y una doble falta de Djokovic le dio el break y la primera ventaja del encuentro a Thiem (2-1). Nole había perdido la concentración y la pelota estaba en el tejado de su rival, que tenía que demostrar que de verdad podía hacerse con el título.
El de Belgrado volvió a lanzar uno de sus característicos gritos al lograr la rotura (4-4), justo antes de que llegase uno de los momentos más calientes del torneo. Djokovic perdía nuevamente su servicio tras recibir dos warnings consecutivos. Su cara y la mirada al silla en el descanso entre juegos, lo decía todo. Thiem pescó en río revuelto e igualó la final (6-4).
El peor momento mental de Novak coincidía con el mejor tenis de un Thiem que lograba el break y tomaba ventaja en el comienzo del tercero. La deriva del actual campeón era total, perdiendo nuevamente su saque (3-0), estando absolutamente fuera del partido y teniendo que llamar al fisio ante unos problemas físicos que por el momento se desconocían.
Thiem hacía daño con todos sus golpes y desbordaba a un oponente que era una sombra de lo que había sido durante todo el torneo. Su lenguaje corporal era un drama antes de perder definitivamente la tercera manga (6-2).
Djokovic pidió tiempo médico y se marchó al vestuario mientras todavía se desconocían sus dolencias. Pese a todo, mantenía sus servicios en el cuarto set ante un Thiem que seguía dejando unas sensaciones más que convincentes (3-4).
Todo cambió en el octavo juego. El vigente campeón poco a poco iba cogiendo buenas sensaciones y ello se juntó con un juego dramático del austriaco, que con una doble falta y algún que otro error no forzado concedía el break a un oponente que va sobrado de madera de campeón y que no iba a desaprovechar la oportunidad de mandar la batalla al quinto set.
La película giró por completo. El serbio mostraba otra actitud, no evidenciaba ninguna molestia física y encaraba el camino a su octavo Open de Australia. El mazazo contra Thiem no se hizo esperar con un tempranero break (1-2). Por si fuera poco, Nole salvaba dos bolas de break en el juego inmediato y recuperaba su retadora mirada ante un Thiem que veía como las circunstancias del partido iban cayendo como una losa. El austriaco mostraba toda su fortaleza mental salvando una bola de 5-2 en favor de Djokovic (3-4).
El resto ya es historia. El vigente campeón no tembló y como lo hacen los grandes sentenció su octavo Open de Australia sin sobresaltos. 17 Grand Slams. Se dice pronto. Novak camina imparable a por Nadal y Federer.
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