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La opinión de Fernando Gómez: Sigan a las checas, son las mejores

Fernando Gómez

Actualizado 05/10/2022 a las 13:37 GMT

Katerina Siniakova y Barbora Krejcikova se convirtieron en el pasado US Open 2022 en la segunda pareja de la historia del tenis femenino en completar el Golden Slam, tras el logro de las hermanas Williams en el año 2001. Las checas, viejas conocidas y que han completado un año perfecto, han llegado para quedarse y están destinadas a marcar una época.

: Barbora Krejcikova and Katerina Siniakova of the Czech Republic celebrate with the trophy after their victory against Caty McNally and Taylor Townsend of the United States in the Women's Doubles Final match on Arthur Ashe Stadium during the US Open

Fuente de la imagen: Getty Images

Desde hace más de un mes el tenis mundial, con ampliación en el caso del español, ha vivido momentos de una intensidad muy elevada. La anunciada retirada de Serena Williams, la que pareció su marcha definitiva a lo largo del US Open, la victoria en el torneo, con estreno del número 1 mundial ATP añadido, de Carlos Alcaraz, la emotiva retirada de Roger Federer al final de la primera jornada de la Copa Laver en Londres y esta semana la presencia, con Alcaraz y Rafa Nadal, por primera vez de dos españoles en las dos primeras plazas de la clasificación mundial. Pero no, no nos hemos olvidado del hecho global más destacado que ha dejado el último campeonato de Grand Slam del curso.
Si con la retirada de Serena Williams (su hermana Venus no ha hecho ningún comunicado sobre su futuro inmediato) al llegar el primer fin de semana de Nueva York el tenis en activo se quedaba sin la única pareja que podía presumir de haber completado el bautizado como Golden Slam cuando Steffi Graf conquistó el 1 de octubre de 1988 la medalla de oro individual en el retorno del deporte al programa olímpico en Seúl. La alemana había ganado esa misma temporada los cuatro torneos de Grand Slam. Era el Golden Slam de calendario o anual. En dobles no lo ha logrado nadie en la historia. Sí el de carrera o acumulado. Las hermanas Williams no solo ganaron los cuatro Majors, sino que se proclamaron juntas campeonas olímpicas en Sídney 2000, Pekín 2008 y Londres 2012, con lo que superaron en la competición de los cinco aros al que había sido el dúo femenino más exitoso de la historia, una historia que en dobles damas solo incluyó antes de la cita surcoreana las de Amberes 1920 y París 1924. Me refería a las también estadounidenses apellidadas Fernández (acentúo, aunque ellas no lo hagan) Gigi y Mary Joe, que revalidaron en Atlanta 1996 el oro que habían conseguido cuatro años antes en la tierra batida de Barcelona cuando se impusieron a Conchita Martínez y Arantxa Sánchez Vicario.

Siniakova y Krejcikova, para la historia

Llegado el tercer párrafo es el momento de presentar a las protagonistas de este artículo. Se llaman Katerina Siniakova y Barbora Krejcikova, tienen 26 años, son checas y si el lector consulta la clasificación mundial actual individualizada de dobles de la WTA las encontrará en los más alto, en el orden en el que han sido citadas. En el Abierto de los Estados Unidos se convirtieron en la segunda pareja de la historia del tenis femenino en completar ese Golden Slam de carrera. En categoría masculina contamos con dos parejas también que lo han logrado, la australiana que formaron Todd Woodbridge y Mark Woodforde (bautizados como los Woodies) y la estadounidense de los hermanos Mike y Bob Bryan. A estos solo les faltó conquistar el Open de Australia en dobles mixto con sus parejas femeninas para añadir a los logros históricos el Grand Slam de esta modalidad, pero los norteamericanos sí fueron capaces de lograrlo cada uno de ellos.
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Siniakova/Krejcikova - McNally/Townsend - US Open resumen y resultado del partido

A medida que nos íbamos acercando al desenlace del pasado US Open leí quejas a la WTA, como organismo que dirige el tenis profesional femenino, sobre la nula promoción que realizaban de la posibilidad que tenían Siniakova y Krejcikova de entrar en la historia para siempre. El domingo 11 de septiembre de 2022 se podía asistir a algo que el tenis femenino solo había visto una vez y habían pasado ya más de 21 años. En enero de 2001 las hermanas Williams derrotaron en la final del Abierto de Australia a las sus compatriotas Lindsey Davenport y Corina Morariu para ser las primeras en tener el Golden Slam de carrera. Las checas habían llegado a Flushing Meadows con los deberes hechos en las otras cuatro grandes citas. Se trata de una pareja que quizás no haya alcanzado todavía la mitad de su carrera juntas. Ambas jugadoras llevan desde el inicio simultaneando sus trayectorias de individuales y de dobles. En 2021 Krejcikova consiguió un impactante doblete en París al conquistar en menos de 24 horas los títulos de Roland Garros en solitario y con su compañera. Habían pasado 21 años desde la última vez que una jugadora levantaba en la misma edición la copas Suzanne Lenglen y Simonne-Mathieu. Fue la francesa Mary Pierce. En la parte final de un año complicado para ella, por lesiones y el positivo en Covid, que le impidió disputar el doble en París, Krejcikova acaba de proclamarse vencedora del Open de Tallin el pasado domingo. Siniakova tampoco ha descuidado su carrera individual. Es la número 53 esta semana, ha rozado el top-30 y tiene tres títulos en solitario después de siete finales disputadas.

Viejas conocidas y un 2022 perfecto

Las checas ya fueron juntas campeonas júnior de Roland Garros, Wimbledon y US Open. Aunque a lo largo de la historia hemos asistido a muchos modelos de parejas exitosos en las tres modalidades de dobles, incluidas aquellas con mucha diferencia de edad que provoca un contraste interesante o la de jugadores o jugadoras que se centran en el doble cuando su carrera individual ha iniciado el declive. Ha quedado claro que el modelo que representan las checas con la misma edad es el más exitoso. La sala de trofeos como doblistas de Krejcikova y Siniakova muestra más calidad que cantidad. La primera, además de los 4 individuales (aunque la WTA no haya actualizado su perfil todavía con el último), tiene 13 y su compañera 19, pero unidas la cifra es de 12. La relación que sigue es la de los más destacados: Roland Garros y Wimbledon en 2018; Toronto en 2019; Madrid, Roland Garros, Juegos Olímpicos y el Masters en 2021; y Abierto de Australia, Wimbledon y US OPEN en 2022. Este último tampoco ha tenido nadie de la WTA tiempo para actualizarlo en sus respectivas fichas. Este año, por la salud de Krejcikova, no pudieron jugar en Roland Garros para defender el título de 2021, de modo que han acumulado tres Majors seguidos ganados y sin ninguna derrota en ellos en el ejercicio 2022.
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Barbora Krejcikova (l.) und Katerina Siniakova

Fuente de la imagen: Getty Images

El primer gran destello como pareja, como ha quedado expresado, les llegó en 2018 cuando encadenaron los títulos en París y Londres. En Roland Garros levantaron el trofeo tras derrotar a las japonesas Eri Hozumi y Makoto Ninomiya por un doble 6-3 y en Wimbledon despacharon a dos especialistas como la estadounidense Nicole Melichar y la checa Kveta Peschke con un marcador de 6-4, 4-6 y 6-0. En las dos últimas temporadas se han convertido en el dúo de referencia en el circuito al repetir el año pasado triunfo en Roland Garros, derrotar en la final olímpica de Tokio a las suizas Belinda Bencic (ganadora individual de la cita) y Viiktorija Golubic y vencer en el torneo de Maestras de Guadalajara, México, con pleno de cinco victorias. Su año 2022 en Grand Slam no ha tenido ningún tropiezo. Se estrenaron en Melbourne con una dura victoria con remontada incluida en el encuentro de la definición frente a la kazaja Anna Danilina y la brasileña Beatriz Haddad Maia por 6-7,6-6-4, tras su imposibilidad de competir en París, en Wimbledon retomaron la racha al ganar de nuevo en el All England Club con solo un set perdido. Esta vez encontraron menos resistencia en la final por parte de la belga Elise Mertens y la china Shuai Zhang, que cedieron por 6-2 y 6-4. Y se presentaron en Nueva York para dar el mordisco que les faltaba en su colección, pero no lo tuvieron nada fácil. Solo ganaron en sets corridos dos de los cinco encuentros que las llevaron a la final y ambos fueron antes de los cuartos de final. No obstante, nunca habían estado tan cerca de la derrota en el curso como en la final, donde sus oponentes, las estadounidenses Catherine McNally y Taylor Townsend, llegaron a dominar el encuentro por 6-3 y 4-1 antes de que el duelo girara por completo. Si las checas solo habían sumado 4 de los 14 primeros juegos, después subieron a su marcador 12 de los 14 siguientes para cerrar el Golden Slam por 3-6, 7-5 y 6-1. Ya están en la historia, son las mejores del momento, pero quizás sigan echando en falta un reconocimiento mundial acorde con sus méritos en la pista.
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