Potencial asombroso, locuras, sanciones: los orígenes del "extraterrestre" Benoit Paire

"Lo increíble de Benoît es que es un jugador de club que ascendió al puesto 18 del mundo. No hablo de talento. Pero, en su cabeza, todavía juega como un jugador de club, que no acaba de controlarse y busca sobre todo el placer. Entonces cuando no quiere jugar, no juega. Eso es una locura. Es vergonzoso, porque hay gente a la que le gustaría estar en su lugar. Pero es Benoit ”. No se engañe, Jérôme Prigent es todo amor y admiración hacia Benoit Paire. Incluso años después de haber sido uno de sus entrenadores, el ex miembro del CNE (Centro Nacional de Formación) sigue entendiendo a su "Benoit".

En las últimas semanas, sin embargo, se necesitó mucha paciencia y psicología para mantenerse al día con el caos que rodea al francés. Entre su cuarentena australiana donde conocimos por sus publicaciones su amor por la comida rápida, sus deprimentes resultados para un ex top 20o su lamentable derrota en Argentina, el francés no hizo que la gente hablara de él acerca de sus logros deportivos. La paradoja de Paire es esa: cuanto menos hace en la cancha, más tiende a estar bajo el foco.

Entonces, ¿qué hay detrás de esta actitud, detrás de este personaje que divide tanto como intriga? Un tipo sencillo que no estaba hecho para el más alto nivel, responden los testigos entrevistados. Pero un tipo cuyo talento, si no don, para el tenis era demasiado grande para no poder explotarlo. Benoit Paire es ante todo una ruta accidentada hacia el máximo nivel. A los 15 años, su amor por el fútbol casi le hizo olvidar el tenis. Pero el "diamante", palabra usada por todos, era demasiado brillante para no probar suerte. El director de la academia de tenis Sofia-Antipolis, Charles Auffray, exjugador profesional, lo acogió en su club y fue amor a primera vista.

"Cuando llegó, nos dejó boquiabiertos a todos con su capacidad para hacer cosas increíbles", rebobina. "Tenía diecisiete años y una clasificación bastante baja. Al verlo, nos dijimos: esto es una especie de alienígena. Tenía cualidades absolutamente únicas. Inmediatamente se puso en marcha jugando partidos en los que confirmó que tenía un potencial asombroso ". Paire crece y comienza a hablar. Desde la federación, se rumorea que en los radares está apareciendo un jugador bastante particular, un "Doctor Jekyll y Mister Hyde".

El entrenador del CNE, Jérôme Prigent acepta el reto de entrenar a "Benoit". Incluso años después, su voz denota admiración: "Un chico educado, que no le falta el respeto a nadie sino que está completamente enfermo dentro de la pista. Al verlo por primera vez nos pareció increíble".

"Un año, vamos a un Challenger de clasificación en Italia el 15 de agosto", se ríe. "Era el final de mis vacaciones, así que estaba un poco desconectado. En la primera ronda juega con un tipo promedio y se empieza perdiendo 1-0, 2-0, 3-0, 4-0. Le digo 'vamos Benoît, empieza a jugar'. Él responde: 'sí, no sé, no quiero'. Yo le digo 'vamos, es 15 de agosto, aquí estamos, piensa en mí'. Y ahí dice 'mira: voy a tirar el primer set, le va a enfadar y luego voy a subir el nivel, ya verás. Se va a volver loco. Y ahí, pierde 6-0. Se sienta y me guiña un ojo. Primer juego del segundo set, aguanta en todos los puntos, como un paciente, haciendo gritos de lucha libre. El tipo de enfrente, se volvió loco. Se quejó al árbitro y todo. Después, gana los siguientes dos sets 6-1, 6-1 o algo así. Ese era Benoît Paire".

Paire sigue creciendo, hasta el punto de que se hable de él en Roland-Garros 2009, el primer verdadero foco de atención. En la clasificación, entonces 606º en el mundo, llegó a la tercera ronda superando a jugadores mucho mejor clasificados antes de caer ante Fabio Fognini. ¿Un gran paso para su carrera? No para el inclasificable Paire.

"Después de perder en Roland-Garros 2009, se va a Eslovenia para un torneo de Futures", dijo Prigent, sin poder dejar de reír. "No pude ir porque tuvimos el seminario de entrenadores la semana después de Roland Garros. El seminario estaba en marcha y creo que él estaba jugando el martes. En medio de una sesión matutina, recibo un SMS de Benoit que me dice 'Jerome, acabo de perder el primer set, mira si hay un avión por la tarde para volver'. ¡¡El chico me envía un SMS para pedirme los horarios desde el campo al final del primer set!! Fue alucinante y yo me digo a mí mismo: 'tengo quince segundos para volver a ponerlo en el torneo'. Le dije, básicamente, que no tiene derecho a perder contra este tipo. Y fue increíble, ganó el partido, claro. Pero es que incluso ganó el torneo. Todavía tengo el trofeo en mi sótano. Me río cada vez que lo veo".

2009 marca un punto de inflexión con Arnaud Di Pasquale recién llegado como director de la federación, que recuerda una atracción inmediata por el niño Paire. "Desde que lo vi jugar por primera vez quedé sumamente seducido, no tengo otras palabras" , explica. "De verdad, insisto, me gusta mucho, mucho. Me encanta. El hecho de que este chico es diferente, me encanta que su recorrido no sea lineal, todo trazado, que no salga de un molde. Precisamente, me dije que es un jugador al que hay que apoyar”.

Hubo un problema, Patrice Hagelaeur, nuevo director, decide excluirlo del CNE porque su comportamiento ya no se corresponde con los estándares. Se va a Aix-en Provence y comienza a trabajar con Lionel Zimbler. Con el se produjo el comienzo de una gran historia, que lo llevará al Top 20. Tras siete años de una gran relación de amistad y éxitos se acaba con una ruptura tumultuosa y cuando Paire quiere volver a entrenar con él, Zimbler dice que no, que no estaba preparado para volver a esa relación.

Arnaud Di Pasquale lo confirma: "instinto", "creatividad" y "sensibilidad" son sobre todo las principales fortalezas de Paire antes de ser límites reales para "Benoît". "Safin también estaba siempre de fiesta, era el número uno del mundo, ganó dos torneos de Grand Slam", recuerda. "Después, siempre está con el 'si Safin tuviera...', también tienes que respetar su ADN, si le quitas eso, tal vez no tenga su historial". Precisamente el ruso es una de las grandes inspiraciones de Paire.

Queda en la mente de todos sus últimas imágenes, especialmente en los últimos meses. "Él juega un pequeño papel, me parece a mí", dice nuestro consultor. "Le encanta la vida y solo quiere hablar de eso. Pero creo que todavía estamos un poco equivocados sobre la realidad de su funcionamiento. Prefiere mostrar fotos de sus bebidas en las vacaciones con sus amigos en lugar de compartir un buen entrenamiento. El 99% de los jugadores prefiere mostrar lo contrario".

"Sus actuaciones se han asentado fatalmente con el tiempo. Pero es casi el mismo chico que sus entrenadores se encuentran cada vez que lo ven en el circuito. La última vez que lo vi jugar fue en Roland Garros", ríe Auffray. "En octavos de final, en el quinto set de 2019, ya no tenía más raquetas y tuvo que pedir que le dejaran una. Nosotros mismos decimos: 'es un friki, pero es Benoit'. Por eso lo amamos".