Roland Garros 2016: Djokovic, el sacador estratégico

Novak Djokovic no es el mejor sacador del circuito, pero sí uno de los tenistas más versátiles, capaz de adaptarse a cualquier superficie y ser un claro dominador en cada una de ellas. No en vano, es el líder destacado de la clasificación mundial de la ATP y lleva 27 victorias consecutivas en torneos del Grand Slam, además de haber alcanzado ya cuatro finales de Roland Garros, la última en la presente edición.

Para convertirse en el rey absoluto del circuito masculino, Nole ha tenido que evolucionar notablemente en todos los aspectos. Su cambio en cuanto a tenacidad mental ha sido uno de los más destacados, basta sólo con poner en perspectiva los ataques de ira del de Belgrado cuando las cosas no le salían en el pasado, aunque en el presente su genio balcánico aún le juega alguna mala pasada, bordeando la descalificación en su partido frente a Tomas Berdych. Físicamente, el cambio de dieta le ha beneficiado notablemente; y técnicamente también ha habido avances hasta llegar a la máquina casi perfecta de tenis que es hoy día. El saque ha sido uno de los aspectos que más ha trabajado.

Paul Annacone, en unas declaraciones efectuadas a The Wall Street Journal, describe a Djokovic de una forma bastante peculiar: “Está cómodo siendo lo que yo llamo un sacador estratégico. Golpea todas las bolas, menos velocidad, más variedad”, asegura el que fuera entrenador de Roger Federer, uno de los grandes rivales históricos del serbio.

Su saque ha sido profundamente analizado por los profesionales del departamento de biomecánica de Tennis Australia, y las conclusiones del estudio han sido meridianas: Djokovic saca mucho mejor hoy que en 2010, año en el que firmó sus peores estadísticas al servicio. Machar Reid, experto en biomecánica, sintetiza así los resultados del estudio: “El brazo estaba extendido demasiado tiempo. No era capaz de obtener lo que necesitaba de su hombro”.

Para esta mejora, Djokovic no duda en fijarse en lo más granado del circuito. Si después de perder la final de Roland Garros de 2015 ante Stan Wawrinka se fue a entrenar con el suizo para desgranar los elementos de su tenis en los que fue superior, para mejorar el saque buscó a Ivo Karlovic. El croata, valiéndose de sus más de dos metros de altura, es el cañonero más potente que presenta ahora el circuito de la ATP, y Djokovic lo buscó para pulir su servicio. Karlovic recibe peticiones como la del número uno constantemente, pues pocos son los jugadores que no quisieran sacar como él, y se muestra reservado cuando se le pregunta: “Siempre me está preguntado sobre el aspecto mental, sobre lo que yo pienso ante esta y aquella situación. No quiero decírselo a todos”, desliza lacónico Karlovic.

El segundo saque de Djokovic llegó a su culmen durante el segundo set de su semifinal frente a Dominic Thiem, cuando consiguió meter en pista el 100 %. En todos los partidos ha alcanzado como mínimo el 50 % de acierto con el segundo servicio, alcanzando el 74 % en su partido de primera ronda y el 70 % frente a Thiem. Su rival en la final, Andy Murray, ha alcanzado como mucho, un 61 % de acierto en el segundo saque -también en la semifinal contra Wawrinka-, y bajó incluso del 47 % en su partido de segunda ronda frente a Mathias Bourgue, que lo llevó al quinto set.

En favor de Murray cabe destacar que se ha convertido en uno de los jugadores más pacientes del circuito, manteniendo la paciencia ante los grandes sacadores en espera de errores que terminen dándole ventaja. Ha dejado incluso en la cuneta a Ivo Karlovic, el cañonero en el que se ha basado Djokovic para convertirse oficialmente en el sacador estratégico del circuito para asaltar por fin el Grand Slam que tanto se le resiste.