Roland Garros 2017, Wawrinka-Nadal: Inhumano diez veces 2-6, 3-6 y1-6

Rafa Nadal: Inhumano. No hay palabras para definir el partido que completó Rafa Nadal en esta final de Roland Garros 2017. En su escenario fetiche, tras un largo vía crucis de lesiones y decepciones. Su última victoria de Grand Slam databa de 2014 en este mismo escenario. La lucha, la perseverancia y la autoridad con la que el jugador balear ha reconquistado Roland Garros nos deja sin palabras. Su victoria fue de diez. Sacó a su rival del partido, lo anuló por completo y lo llevó a la desesperación. Nada menos que a uno de los mejores jugadores del circuito ATP y su verdugo en la final del Australian Open 2014. Hoy Rafa Nadal cerró una herida abierta para seguir creciendo. Hoy más que nunca, el mejor Rafa Nadal ha vuelto para quedarse.

Stan Wawrinka: Si hay un jugador en el circuito ATP que es capaz de doblegar el juego de fondo de pista de Rafa Nadal, ese es Stan Wawrinka. Su agresividad y su fortaleza le hacen temible, pero en esta ocasión nunca encontró el modo. Nunca. El efecto endiablado de la derecha del jugador de balear sacó de posición de golpeo al jugador suizo en muchas ocasiones. El bote vivo y alegre de la bola en los golpes del tenista español anuló la eficacia de su poderoso revés. El suizo firmó una pobre final y flaqueó mentalmente en momento claves.

Un mordisco a la historia: Ningún jugador ha ganado diez veces en el mismo Grand Slam. Solo la australiana Margaret Court, ganadora de once Australian Open entre 1960 y 1973 supera la marca del español. El hito que Rafa Nadal ha completado en este Roland Garros 2017 no solo no tiene parangón, además le coloca, más si cabe, en el olímpico de unos pocos elegidos. Los mejores tenistas de la historia.

Primer set: Nada menos que 17 errores no forzados provocó Rafa Nadal en Stan Wawrinka en un primer set que cerró con mucha autoridad. Tuvo un arranque igualado, pero un break desató el mejor tenis del jugador de Manacor. 10 ganadores y un 82% de éxito con su primer servicio fue su carta de presentación al título en Roland Garros. Fue el mejor inicio posible. Un inicio soñado. (45 minutos)

Segundo set: Ante la avalancha de juego que se le venía encima, Stan Wawrinka apostó por ir a por el partido en la red. Intentó cambiar cosas. Tiró de orgullo. Fue más agresivo y aparcó en parte el gesto torcido que le había acompañado en varias fases del partido. De poco sirvió. La derecha de Rafa Nadal siguió imperturbable. El dominio de fondo de pista volvió a decantar el set a su favor. El jugador helvético, ya desesperado en los últimos puntos, acabó estrellando su raqueta sobre la tierra batida de la Philippe Chatrier. (45 minutos)

Tercer set: No es que Stan Wawrinka bajara los brazos. Sencillamente, en pista se vio al mejor Rafa Nadal que nunca se había visto en Roland Garros. Si su autoridad a lo largo del torneo ha sido incuestionable, su despliegue en la tercera manga fue absoluta. Un break de inicio le colocó en el camino hacia la gloria. Esa ventaja ya no la abandonó para alzarse con su décimo título de Grand Slam en París en un partido que fue de diez. (35 minutos)