Roland-Garros 2019, Lóndero-Nadal: La victoria 90 le mete en cuartos (2-6, 3-6 y 3-6)

Juan Ignacio Lóndero. Hizo lo que buenamente pudo ante un rival excelso. No se dejó ir el argentino y lo intentó con más ganas que acierto a la hora de hacer daño a Nadal, pero dejó un buen poso durante todo el torneo, en el primer Grand Slam de su carrera. El 2019 está siendo un sueño para el jugador argentino y el hecho de poder jugar contra Nadal en la Philippe Chatrier es otro gran momento que seguro que recordará para siempre.

Rafa Nadal. Centrado, con un primer servicio demoledor y sin las pequeñas lagunas que le costaron un set ante David Goffin en tercera ronda. La versión más arrolladora del manacorí volvió a aparecer en la Philippe Chatrier en la victoria 90 en Roland-Garros de todo un mito viviente que tiene entre ceja y ceja conquistar por duodécima ocasión el título en el Grand Slam parisino.

Rafa Nadal llegaba a los octavos de final firmando un gran camino en días anteriores, pero con pequeñas dudas que se habían quedado en su cabeza tras ceder un set ante David Goffin cuando había encontrado un enorme nivel de tenis en los dos sets iniciales y en el cuarto que le acabó dando la victoria. Por ello, ante Juan Ignacio Lóndero no quería ningún susto ante una de las grandes revelaciones del cuadro masculino. Un tenista que ha pasado en 2019 del ostracismo a ganar un título ATP y meterse de lleno en el top-10 y, sobre todo, a alcanzar los octavos de final en su primera presencia en el cuadro principal de un Grand Slam.

Los nervios ante una cita desconocida para él le pasaron factura a Lóndero en el arranque del partido, donde Nadal encontró rápidamente una ventaja en forma de rotura, que hacía justicia a lo visto en los primeros peloteos del enfrentamiento. Los puntos eran largos y con ritmo a pesar del viento que puso en dificultades a los dos jugadores durante los tres sets que terminaron jugándose en la Philippe Chatrier.

Con todo a favor, Nadal no tuvo excesivos apuros de cara a adjudicarse la primera manga, pero el juego de Lóndero, quizás por el hecho de verse sin presión y por detrás claramente en el marcador, fue mejorando por momentos. Levantaba el puño cuando conseguía superar las defensas imposibles de Nadal, pero encontraba un auténtico Tourmalet si quería acabar derrotando a Rafa (2-6).

Nadal se encontraba cómodo desde el fondo de la pista y distribuía con autoridad de un lado a otro, a la par que confirmaba sus grandes sensaciones durante la primera semana de torneo con su servicio. Si en la primera manga el argentino llegaba a contar con alguna oportunidad de rotura, en la segunda el manacorí no daba tregua en ese sentido.

Después de presionar al resto, la rotura llegó casi por inercia, aunque en ningún momento se vio que Lóndero bajara los brazos. La diferencia era evidente, pero el pundonor del argentino le permitía mantenerse a flote como buenamente podía ante las acometidas de un Nadal que contaba con bolas de set al resto, pero acababa por cerrarlo con su servicio (3-6).

El tercer set fue una auténtica montaña rusa. Lóndero tenía una oportunidad de ponerse con 2-0 a favor, pero perdía el punto de break y era Nadal el que ponía tierra de por medio con dos roturas prácticamente consecutivas, pero ni mucho menos estaba todo ganado. El argentino terminaría dando guerra ganando por primera vez un juego con el español al servicio, pero el empuje se quedaba en conato de remontada, que desarticulaba el número dos mundial con maestría. En cuartos su rival saldrá del duelo entre Kei Nishikori y Benoit Paire.