Roland-Garros 2021 | Nadal ya está en cuartos: Las claves de su férreo dominio ante Sinner

Nadal fue el dueño y señor del partido, también en el apartado estadístico, en el que reafirmó las claves que le han vuelto a llevar El duelo ante Sinner tuvo diversas fases, alguna de ellas pudo tener consecuencias negativas para el defensor del título que, por ejemplo, se encontró con break abajo y servicio del italiano para cerrar la primera manga, o desperdició una ventaja de dos breaks en la segunda permitiendo que su joven rival se metiera de lleno en la lucha, pero por lo general podemos estar hablando de su partido más completo del torneo hasta la fecha.

El control sobre el peloteo, el peso de bola y el cambio de alturas tuvo una consecuencia directa, Sinner se pasó la mayor parte del partido más de tres metros alejado de la línea de fondo, minimizando el poder de su estilo plano, conectando únicamente once ‘winners’ durante las dos horas y 17 minutos que duró el choque de octavos. Esto permitió a Nadal estar más metido en pista y sumar 31 ganadores, machacando con la derecha la zona del revés de su rival.

Además, poco le importó si el ‘rally’ se alargaba a más de cuatro golpes o si por el contrario primaba un estilo más directo y agresivo, ya que controló todas las facetas del juego con un tenis muy variado e inteligente, que le permitió acabar en la red el punto hasta en doce ocasiones, de las trece subidas realizadas, un altísimo porcentaje, ya que la volea llegaba después de haber madurado el peloteo con mimo y no de manera forzada por el italiano.

En total, 99 puntos ganados por Nadal, por los 60 de Sinner, una diferencia insalvable que se hizo patente en lo abultado del marcador, sobre todo del segundo set en adelante. Porque Rafa demostró que es uno de los mejores, si no el mejor, restador del circuito, dejando al transalpino en un pírrico porcentaje del 42% de puntos ganados con el primer servicio, a pesar de contar con un buen 66% de saques puestos en juego a las primeras de cambio.

Si hay un pero que hay que poner a Nadal, y que en el mismo partido logró dar con la solución en el tercer set, es en el apartado de las dobles faltas. Siete es un número muy extraño en una estadística final para el español, que curiosamente no realizó ninguna en el último parcial, que acabó con un rosco a su favor. Este lunar no tuvo ninguna importancia en el resultado, aunque es un patrón que, tras la vuelta del balear de su lesión en Australia en el Masters 1.000 de Monte Carlo, se ha ido repitiendo en varias ocasiones durante su temporada de tierra batida.

Nadal sabía perfectamente la manera de hacer daño a un golpeador como Sinner y, sobre todo, supo ponerlo en práctica con una gran movilidad de pies, un buen ‘feeling’ con su derecha y un juego de alturas que acabó por desquiciar al italiano, sin embargo, en cuartos de final la película pasará por un rival diametralmente opuesto al tenista de la ‘Next Gen’, el argentino Diego Schwartzman. Su siguiente compromiso probablemente tendrá un mayor ritmo de bola, imperarán los peloteos largos y se volverán a vivir puntos que a buen seguro levantarán de las gradas a los pocos afortunados que puedan disfrutarlo en directo en la Philippe-Chatrier. Aunque el cara a cara deja un claro favorito, como no podía ser de otra manera, ya que de las once ocasiones que se han visto las caras, diez fueron a parar al lado del español, la última en las semifinales del año pasado (6-3, 6-3 y 7-6(0)).