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Grandes Relatos Eurosport: Arantxa, contigo empezó todo

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PorEurosport

Actualizado 22/03/2020 a las 21:07 GMT

Antes de los Nadal, Muguruza, Moyá o Ferrero, el tenis español no vivió años de gloria sobre la tierra batida de Roland-Garros. Una final, la de 1989, cambió para siempre esta tendencia. Aquel 10 de junio, una adolescente catalana derribó a la leyenda Steffi Graf en un duelo desigual y comenzó a reescribir la historia de un torneo que ahora habla con acento español.

Arantxa Sánchez Vicario

Fuente de la imagen: Getty Images

Por extraño que parezca en estos tiempos, hubo una época en la que el tenis español no daba pie con bola en Roland Garros. Aquello de "soy español, ¿a qué quieres que te gane?" era una mala broma en un país con una democracia en pañales y cuyas gestas deportivas no eran doradas, sino un caduco recuerdo en blanco y negro, acompañadas por la música del NO-DO.
El deporte necesitaba nuevos héroes en España y la Eurocopa de 1984, la plata baloncestística en Los Ángeles o El Tour de Perico Delgado en 1988 dibujaban los primeros trazos de un ambicioso escenario que acabaría por explosionar con los Juegos Olímpicos de Barcelona ‘92. Aunque Nadal sea hoy la viva imagen de la victoria en Roland Garros y la Armada lleve un cuarto de siglo encadenando alegrías sobre arcilla, no fue otra sino Arantxa Sánchez Vicario quien cambió para siempre el devenir de la raqueta patria en tierras galas.
Campeones y finalistas españoles de Roland Garros, tanto masculinos como femeninos
Lo sucedido en aquella edición de Roland Garros fue una de las grandes heroicidades de nuestro deporte, por su inesperada protagonista y por la magnitud de la batalla final. David contra Goliat se antojaría un duelo nivelado comparado con la empresa de derrotar a Steffi Graf en el año 1989.
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Arantxa Sánchez Vicario

Fuente de la imagen: Getty Images

Un torneo memorable

Desde el triunfo de Andrés Gimeno en 1972, ningún tenista español había logrado ganar Roland-Garros. Solo él y Manolo Santana, en dos ocasiones, habían sido campeones en París hasta entonces. En 1989 se cumplían los mismos 17 años de sequía que Arantxa Sánchez Vicario había celebrado meses atrás. El ‘Abejorro’ de Barcelona aterrizaba a orillas del Sena con un par de torneos en su palmarés -Bruselas, un año antes, y Barcelona semanas atrás- y un Top10 en el ránking femenino que ninguna otra española había alcanzado con anterioridad. Ni siquiera eso la convertía en aspirante.
Era la tercera vez que la catalana pisaba la tierra batida de París y sus precedentes anteriores se habían saldado con derrotas en los cuartos de final. Arantxa se había colado en el sorteo como cabeza de serie número siete, aunque muy pocos confiaban en ella como aspirante al título final. Ni siquiera su hermano Emilio -ausente en el torneo masculino por una lesión de espalda- que confesó su escepticismo pero no quiso perderse la gran final y viajó a Roland Garros acompañado de Gema, la inseparable amiga de infancia de su hermana.
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Arantxa Sánchez Vicario y sus hermanos Emilio y Javier

Fuente de la imagen: Getty Images

Después de superar a Regina Rajchrtova, Isabelle Demongeot, Natalya Medvedeva, Amanda Coetzer, Jana Novotna y Mary Joe Fernandez, Arantxa alcanza su primera final de Grand Slam. Es también la primera española en conseguir esta proeza, lo que hace que todo el país se siente a comer aquel sábado 10 de junio de 1989 con la compañía de Matías Prats y la retransmisión de TVE 2.
Al sueño solo le faltaba un muro por derribar y no hubo sorpresas; Steffi Graf era el último escollo, el más difícil, la utopía que reducía las opciones de victoria de Arantxa a la más mínima expresión. En 1989, derrotar a Steffi Graff era una auténtica quimera. La alemana venía de encadenar cinco títulos de Grand Slam. En 1988, además, consiguió el Golden Slam al sumar Open de Australia, Roland Garros, Wimbledon, Juegos Olímpicos y US Open.
A día de hoy, nadie ha vuelto a conquistar ese repóquer de títulos en un mismo año natural, pero Graf amenazaba con repetir. Solo había perdido un partido en todo 1989 -Gabriela Sabatini tuvo el honor de derrotarla- y tenía todo de cara para encadenar su tercer título en París.
La prensa española me preguntaba ¿cuántos juegos crees que ganarás mañana? Les miré y les dije "estáis de broma". Dejadme disfrutar del momento, estoy en la final del French Open, tengo apenas 17 años y solo quiero hacer algo grande para mi país. ¿Sabéis qué? Mañana me volvéis a hacer esa pregunta...".

Un partido para la historia

Fueron dos horas y 58 minutos de emoción, nervios a flor de piel, eufórica tensión. Un abanico de sensaciones que mutaban en caminos opuestos punto a punto hasta el delirio final. Arantxa Sánchez Vicario empezó mostrando todo un catálogo de golpes con una clara misión: no dejarse ir desde el principio. Derechas, reveses, dejadas, globos, subidas a la red… Steffi Graf no sabía por dónde meter mano a una rival cuyo anárquico orden permitió que tomase ventaja (5-3).
Pero la alemana no estaba dispuesta a permitirlo. Dio la vuelta al marcador e incluso gozó de dos bolas de set para cerrar la primera manga. En ese momento, la ilusión fue más fuerte que la presión y Arantxa firmó sus mejores puntos para cerrar el set a la primera oportunidad que tuvo. En España, entre la fascinación y la incredulidad, a millones de personas se les enfriaba la comida con la boca abierta.
Arantxa dio un gran golpe, pero para derribar a la más grande hacía falta otro, el más difícil, el definitivo. Steffi, más nerviosa que de costumbre, recurrió a golpes cortos y a su incontestable derecha para intentar asentar su juego. Lo logró. Mediada la manga, rompió el saque de la española y terminó por cerrar el set más desigual del encuentro (3-6). Muchos pensaron que el final había llegado para Arantxa. El último capítulo, todo o nada, decidiría quién iba a levantar al cielo de París la copa.
Nada puede afectarme, ni su palmarés, ni su nombre. El público tal vez esté con ella porque es la número 1, pero cuando juegas contra las mejores no puedes amedrentarte. Al contrario, debes intentar superarte.
Golpeó primero Arantxa con un break y 3-1. Contestó Steffi con cuatro juegos consecutivos (3-5) y servicio para ganar el partido. Entonces, cuando peor estaban las cosas, volvió la furia. Los “¡vamos!” rugían con fuerza. El dedo de Luis Núñez, su entrenador, señalaba su frente: “Cabeza, Arantxa, cabeza…”. Tras dos breaks y un tercer punto con su saque, la española volvía a dar la vuelta al encuentro. Ahora mandaba 6-5 y servía para llevarse el título. En su brazo derecho, inmortalizado con la muñequera rojigualda que rescató Sergio Ramos en la Euro 2012, estaba el devenir del futuro del tenis español.
Podía haber más tensión y, de hecho, la hubo. Steffi Graf en un gesto polémico y comentado, se retiró a los baños antes de comenzar el juego decisivo. Posteriormente alegó calambres provocados por el periodo pero fueron muchos quienes vieron en esta interrupción un intento desesperado para detener a una Arantxa que iba disparada a por el título.
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Arantxa Sánchez Vicario

Fuente de la imagen: Eurosport

Llegó la bola de partido y se paró el tiempo, se multiplicaron las pulsaciones, faltaba el aire. Arantxa buscó el revés de Graf y encontró una primera respuesta, pero la presión hizo sucumbir a la alemana en el segundo intento. Su revés cortado se quedaba en la red mientras la raqueta de la española volaba por los aires y su cuerpo se fundía con la arcilla ante el delirio de la grada y la respetuosísima felicitación de su rival.
Arantxa acababa de ganar Roland Garros, la más joven de la historia en alzar un título del Grand Slam, la primera española. Además de un premio de 32 millones de pesetas -unos 200.000 euros de los de ahora-, consiguió engrandecer su leyenda al tamaño de la Torre Eiffel pero, sobre todo, abrió una puerta por la que después entraron Sergi Bruguera, Carlos Moyá, Albert Costa, Juan Carlos Ferrero, Garbiñe Muguruza y, cómo no, un Rafa Nadal que acabó por derrumbarla.
Lloré por primera vez. Mis padres saben bien lo que me cuesta. No podía contenerme, ni mis padres tampoco. Fue muy emocionante.
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Arantxa Sánchez Vicario y sus padres

Fuente de la imagen: Imago

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