Alcaraz maravilló en Roland-Garros y cayó con una derrota optimista que evidencia un prometedor futuro

La derrota de Carlos Alcaraz ante Jan-Lennard Struff en tres sets (4-6, 6-7 (3) y 2-6) en la tercera ronda de Roland-Garros deja una visión muy optimista sobre lo que está por venir en la carrera del español. El murciano, a pesar de caer antes de acceder a los octavos del Grand Slam de París, ha dejado muy buen sabor de boca desde la fase previa del torneo.

Tras una cómoda fase previa, en la que Alcaráz se encargó de dejar bien claro porque es ya un tenista que está dentro del top 100 del Ranking ATP, el español arrancaba la primera ronda midiéndose al español Bernabé Zapata.

Ambos llegaban con la ambición de avanzar por primera vez a la segunda ronda de Roland-Garros, pero sería el tenista tutelado en la Rafa Nadal Academy el que lo haría en cuatro sets (7-6, 6-1, 2-6, 6-3) en un partido duro, como son la mayoría de los comienzos de Grand Slam. Alcaraz supo leer perfectamente las necesidades del partido, mantener la cabeza fría en momentos clave, algo que ha caracterizado al propio Nadal a lo largo de su carrera, y asestó los golpes claves para dejar a Zapata sin respuesta en el partido.

Una vez clasificado y logrando la segunda ronda de Roland-Garros por primera vez en su carrera, el de El Palmar tendría que medirse al georgiano Nikoloz Basilashvili, número 28 del mundo. A pesar del claro favoritismo del georgiano, Alcaraz no se achantó y derrotó al mismo sin cedes un set en el encuentro (6-4, 6-2, 6-4) en un partido que duró una hora y 56 minutos y convirtió al español en el mejor joven de Roland-Garros de los últimos 29 años.

Esta victoria convirtió al muciano en el tenista más joven en la tercera ronda de Roland-Garros desde Andrei Medvedev en la edición de 1992. Además, es el jugador más precoz en superar los dos primeros partidos de un 'major' desde que Rafael Nadal lo logró en el Open de Australia de 2004 con 17 años y 243 días, por los 18 años y 29 días de Alcaraz.

Además de esta dato histórico y motivador para el tenis español, también se ganaba el derecho de competir por estar en los octavos de final de Roland-Garros para seguir demostrando que, pese a su corta edad, este tenista está llamado a ser de los grandes nombres del circuito ATP.

El sueño parisino de Alcaráz terminó cuando Jan-Lennard Struff despertó del sueño al murciano en tres sets. Sin embargo, las sensaciones exhibidas ante el alemán fueron muy positivas a pesar de no poder ganar ningún set en el partido.

El español exhibió desparpajo, se le vio muy centrado en todo momento y se atrevió con puntos que pocos tenistas de su edad se atreverían a ejecutar en un partido de estas dimensiones. Un ejemplo, globos continuos a un alto y bien posicionado Struff o dejadas que, a pesar de quedarse en la red, seguía intentando, confiando en los golpes que lo habían llevado hasta ahí. Incluso el característico “¡vamos!” de Nadal también fue pronunciado por Alcaraz cuando lograba resultados en los momentos más tensos del choque.

Tampoco se arrugó y siguió remando hasta el final, forzando el tie break en el segundo set y rompiendo el servicio del alemán en la tercera manga cuando ya el partido parecía decidido.

Este joven tenista ya exhibió en el pasado Open de Australia de lo que era capaz superando la ronda previa y alcanzando la segunda ronda del torneo, donde cayó ante el sueco Elias Ymer logrando ganar el primer set. En este Roland-Garros, Alcaraz se ha encargado de confirmar que no es una promesa efímera, que su tenis va muy en serio y es capaz de doblegar a las mejores raquetas de circuito y, cómo no, que lo mejor está por llegan el al carrera del murciano.