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Mary Pierce

Eurosport
PorEurosport

Publicado 13/08/2009 a las 02:00 GMT

Mary Pierce lleva dos años alejada de las pistas por una lesión en su rodilla derecha, desde entonces vive escondida del mundo en la Isla Mauricio y asegura que "mi vida es la iglesia, eso es todo. Mi único deseo, mi única motivación es Dios". Su grotesco pasado, aviva el misterio.

Poco o nada se sabe de ella. Desaparecida por una lesión en la rodilla desde octubre de 2006, la tenista francesa Mary Pierce, campeona de Roland Garros en 2000, no parece tener mucha prisa por volver.
La diva gala escogió la Isla Mauricio para recuperase de unas molestias que, misteriosamente, no terminan nunca de curarse y que tiene a los médicos desorientados desde hace más de dos años.
A finales del 2008, llegó el último parte del 'misterio Pierce'. Un comunicado que rezaba así: "Es un caso raro, la rodilla debería ir bien aunque el paciente continúa sufriendo sin que sepamos muy bien porqué".
El enigma no acaba aquí
La ex número tres del mundo relató desde la isla paradisíaca que el tenis no es ahora su prioridad. "No lo echo de menos. Vivo día a día. Mi vida es la iglesia, eso es todo. Mi único deseo, mi única motivación es Dios". Estas palabras no han hecho otra cosa que avivar la polémica en torno a una jugadora cuya presencia, dentro y fuera de la pista, nunca dejó indiferente a nadie.
Odiada y venerada por igual, su comportamiento en la pista siempre fue excéntrico. Gritaba, gesticulaba, habla consigo misma, reía, lloraba. Era un torrente de sensaciones que convertían sus partidos en auténticos espectáculos allí donde jugaba. Excesivamente temperamental, excesiva en casi todo lo que hacía. Del gusto de las jugadoras violentas en el golpeo y agresivas por naturaleza. Pierce no dejó demasiadas amigas en el circuito.
La regla Jim Pierce
Su turbio pasado, marcó su carrera desde sus precoces comienzos. Fue iniciada en el tenis a los diez años por su padre, Jim Pierce. La tenista de Montreal pronto destacó en el circuito americano, gracias a sus triunfos y por el grotesco comportamiento de su padre y entrenador. Sonados fueron los abusos físicos y verbales sobre Mary por parte de su progenitor.
Tras un incidente en el que Jim agredió a un espectador en Roland Garros, la WTA le expulsó del circuito durante cinco años y creó una nueva regla conocida como la 'regla Jim Pierce', que prohíbe la conducta abusiva por parte de jugadores, entrenadores o familiares. Pese a su difícil situación personal, Pierce puede presumir de tener en sus vitrinas dos victorias de Grand Slam, ambas las consiguió ante dos españolas, Arantxa Sánchez-Vicario en Australia en Australia 1995 y Conchita Martínez en Roland Garros en el 2000. Hace dos años que el circuito espera su regreso, mientras tanto el enigma Pierce continúa siendo un misterio.
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