Wimbledon 2018: Nadal (17:30) y Federer, viento en popa hacia la segunda semana

“En la final prefiero a alguien más fácil que Federer, no soy estúpido” explicaba el manacorí tras deshacerse con facilidad del joven Álex de Miñaur en tercera ronda, en un torneo donde no sabe lo que es ceder un set hasta el momento. Todavía restarían dos partidos para saber sí tras diez años, volveremos a ver al binomio hispano-suizo en la lucha por el título, pero visto el nivel que ambos están mostrando, al público se le hace la boca agua con solamente pensar en la posibilidad, que conforme pasan los días en el All England Club, cada vez va tomando más forma.

Sin embargo, todavía es pronto para ni siquiera soñar con la esperadísima final, y como muestra, lo que sucedió el año pasado. También Nadal y Federer llegaron como un auténtico avión a la segunda semana, pero en el camino del español se cruzó el luxemburgués Gilles Müller, que le apeó del cuadro en los octavos de final. Una barrera, que el balear no supera desde que alcanzara la final en 2011, y donde ha sufrido en este último lustro otra derrota recordada por todos, ante un jovencísimo Nick Kyrgios, que hizo su entrada en escena con una victoria sonada ante el dos veces ganador en Wimbledon.

Aunque Nadal le reste importancia, "Obviamente prefiero ser número uno que dos. No vine aquí a aguantar el número uno, sino a hacer el mejor torneo posible. Lo importante es que cada partido es más positivo", el primer paso del camino ya está dado, y es que pase lo que pase a partir de ahora, Rafa seguirá siendo el líder de la clasificación de la ATP, y es que no hay mal que por bien no venga, beneficiándose de su derrota en la cuarta ronda de 2017.

Su próximo rival será un tenista algo venido a menos, a pesar de que prometía mucho en sus inicios, pero que se transforma al llegar a Wimbledon donde suma su segunda presencia en octavos de final en las últimas tres ediciones, el checo Jiri Vesely. Precisamente su compatriota Tomas Berdych ausente este año por lesión, le apeó de la posibilidad de alcanzar los cuartos de final en 2016, su mejor edición hasta la fecha, en un partido que tuvo que decidirse en el quinto set.

Para Nadal significará el segundo partido de su carrera frente a Vesely, con una victoria en el único enfrentamiento entre ambos hasta la fecha, en Hamburgo 2015 sobre tierra batida, donde superó al checo en dos mangas (6-4 y 7-6(2)). A pesar del precedente, no podrá confiarse ante un jugador que fue premiado en 2013 como el jugador más joven en el circuito en acabar la temporada dentro del top-100, cuando únicamente contaba con 19 primaveras a sus espaldas.

Además, por el camino dejó a Florian Mayer, Diego Schwartzman y Fabio Fognini antes de llegar al duelo ante Nadal, todos ellos rivales de gran nivel, que a buen seguro hubieran puesto en dificultades al número uno del mundo, que sin embargo, de pasar a cuartos, le espera un horizonte muy diferente, con la posibilidad de enfrentarse a Juan Martín del Potro y posteriormente a un crecido Novak Djokovic, en unas semifinales que ya podrían hacer saltar una lágrima de nostalgia a más de uno.

Un camino nada fácil si quiere verse las caras con Roger Federer en la final, que por el otro lado del cuadro quizás tenga el panorama algo despejado, si es que se puede hablar en esos términos teniendo en cuenta la escabechina que está sufriendo tanto el cuadro masculino, pero sobre todo el femenino en Wimbledon. De momento jugará contra Adrian Mannarino en octavos, con unos hipotéticos cuartos con Kevin Anderson y una semifinales ante Milos Raonic o John Isner, antes de que se pudiera dar el tan ansiado Federer-Nadal en la final.