Nadal y sus siete semifinales en Wimbledon: Ganó las cinco primeras y perdió las dos últimas

En los siguientes párrafos vamos a recordar las 7 semifinales disputadas por Nadal en Wimbledon. Con la curiosidad de que ganó las 5 primeras, pero cedió en las dos últimas. Solo necesitó 7 participaciones para alcanzar sus 5 finales en el evento, que le permitieron levantar el trofeo mundial más prestigioso en 2008 y 2010.

En su tercera participación. Había ganado tres encuentros en sus presencias anteriores. La primera en 2003 con 17 años. En 2004 no jugó por lesión. Camino de aquella semifinal, el balear tuvo que levantar en segunda ronda una desventaja de dos sets ante el estadounidense Robert Kendrich (6-7, 3-6, 7-6, 7-5 y 6-4). Era la segunda vez que lograba una proeza de este nivel tras su remontada ante el croata Ivan Ljubicic en la final de Madrid 2005. Nadal se jugó el pase a la final con el Marcos Baghdatis. El chipriota había sorprendido a principios de curso con el subcampeonato del Open de Australia, pero no tuvo ninguna opción en Londres. Nadal necesitó menos de 2 horas y media para imponerse. En ese tiempo levantó al de Limassol las 9 oportunidades de break que le obligó a jugar y aprovechó 5 de las 11 que se procuró disputar a favor. El manacorense acumuló 15 sets ganados de forma consecutiva tras imponerse por 6-1, 7-5 y 6-3. Así se clasificó para su primera final contra el dominador del torneo y de la hierba, el suizo Roger Federer.

El año siguiente Nadal atravesó dos puentes con dificultad máxima en la tercera y cuarta ronda. El primero llevó el nombre de Robin Söderling, el sueco que sería el primero en derrotarlo en Roland Garros dos años más tarde. Nadal no tuvo que remontar nunca, pero el duelo se convirtió en una batalla de exigencia mental máxima que duró cinco días por las interrupciones por lluvia más el domingo de descanso tradicional hasta este año (Middle Sunday) y los gestos, sonidos e imitaciones que tuvo que soportar por parte de su rival, que le llevó al quinto set a pesar de haber perdido los dos primeros. Habían empezado a calentar el sábado y concluyeron el miércoles. El más difícil todavía llegó en el paso siguiente en el cuadro, donde el ruso Mikhail Youzhny le obligó por segunda vez en el evento británico y por tercera y penúltima en su carrera (la última fue ante el también ruso Daniil Medvedev en la última final del Abierto de Australia) a levantar otros dos parciales en contra. Nadal aceptó el reto para salir victorioso con el marcador de 4-6, 3-6, 6-1, 6-2 y 6-2. Es decir, cambiando sin mayores sobresaltos el rumbo del encuentro al inicio de la tercera manga al estilo de las últimas remontadas del serbio Novak Djokovic. Este fue su rival en la semifinal. Y empezó dominando al español, pero tras adjudicarse la primera manga solo ganó 2 de los 12 siguientes juegos y acabó abandonando por una acumulación de problemas en la espalda y en el pie izquierdo: 3-6, 6-4 y 4-1 y retirada. El balear se citaba por segundo año seguido con el campeón Federer en el duelo de la definición.

En 2008 Nadal estaba jugando al mejor nivel que se le había conocido en las superficies naturales. Solo una derrota en toda la gira de tierra batida. Fue ante Juan Carlos Ferrero en Roma en un choque en el que el de Manacor tuvo que ser atendido por problemas de ampollas en la planta de los pies. En la final de Roland Garros solo concedió 4 juegos a Federer. Y en la tradicional cita previa a Wimbledon, en el torneo londinense de Queen´s, había acabado con una sequía de títulos en hierba para el tenis masculino español que se prolongaba desde 1972 cuando Andrés Gimeno triunfó en Eastbourne. Y lo hizo imponiéndose en la final a Djokovic, con el que no cedió ningún set, como tampoco lo había hecho en semifinales con el estadounidense Andy Roddick. Y todo ello después de sobrevivir en cuartos de final a los 35 aces que le colocó el croata Ivo Karlovic. Ya en Wimbledon Nadal solo cedió un parcial en la primera semana. Fue ante el irregular y peligroso entonces letón Ernests Gulbis. La velocidad de crucero de Nadal en la semana final le permitió encadenar éxitos en sets corridos frente a Youzhny de nuevo y el británico Andy Murray, que ya tenía marcado su gran reto en conseguir que su compatriota Fred Perry , triunfador en 1936, dejara de ser el último campeón nacional en Wimbledon. En la ronda de los 4 últimos el español tuvo al otro lado al veterano alemán Rainer Schuettler, finalista en Australia en 2003. El encuentro recordó a la semifinal con Baghdatis, pues Nadal se impuso en 3 mangas y solo encontró resistencia seria en la segunda. El germano solo tuvo dos pelotas de break a favor, aunque subió una al marcador, pero la resistencia se redujo a 2 horas y 2 minutos: 6-1, 7-6 y 6-4. Nadal ya estaba listo para intentar el asalto al título por tercer año seguido frente a Federer. Estaba a dos días de su única victoria sobre Federer en Wimbledon y de proclamarse sucesor español del éxito de Manuel Santana en 1966 en el mismo escenario.

Tras su ausencia en 2009, la primera semana de 2010 le planteó dos pruebas duras a Nadal en las que estuvo a punto de quedarse enganchado. Tanto con el neerlandés Robin Haase como con el alemán Philipp Petzschner tuvo que remontar una situación de desventaja al final del tercer set. Por si no fuera suficiente, en cuartos de final le esperaba otra vez Söderling, al que había derrotado en la última final de Roland Garros. El escandinavo incluso se llevó la primera manga, pero Nadal ya no cedió ninguna de las 9 que le quedaban por jugar en ese torneo. En esa ronda se produjo la sorprendente derrota de Federer, que defendía el título de 2009. En la semifinal esperaba a Nadal el que ya era considerado mejor británico en la Era Abierta (desde 1968), el escocés Murray que año a año mejoraba especialmente sobre el césped. Con un ambiente especial en las gradas por la nacionalidad del oponente del balear, pero este penúltimo obstáculo se pareció también a los de 2006 y 2008, pues Nadal ganó de nuevo en 3 sets y solo pasó dificultades serias en el segundo. Sin alcanzarse las 2 horas y media, el jugador de Toni Nadal ganó su decimotercer duelo consecutivo en Wimbledon cediendo solo una vez su servicio y con un espectacular aprovechamiento de las oportunidades de hacer break a favor. Nada menos que 3 de 4: 6-4, 7-6 y 6-4. Estaba listo para ganar su segundo y hasta el momento último título en la Catedral del tenis mundial a costa de Berdych, quien había cortado la progresión de Federer.

La temporada de 2011 había sido de buen nivel para Nadal, pero llena de decepciones. Djokovic le había privado del título en las finales de Indian Wells y Miami, pero también en las de tierra batida de Madrid y Roma. Afortunadamente para Nadal, Federer evitó su esperado duelo en la final de Roland Garros, pero en Wimbledon nadie pudo hacer lo mismo. Para llegar a su quinta semifinal en el evento Nadal solo se dejó dos sets, y ya en la segunda semana, ante el campeón del US OPEN 2009, el argentino Juan Martín del Potro, primero y ya en cuartos de final frente al subcampeón olímpico en Atenas 2004, el estadounidense Mardy Fish. En la antesala de la final le volvía a esperar el mismo obstáculo del año anterior, Murray. El escocés demostró su progresión adjudicándose el set inicial, pero la subida de nivel del bicampeón le llevó a que solo sumara 8 juegos más en lo que quedó de un encuentro al que le faltaron segundos para alcanzar las 3 horas: 5-7, 6-2, 6-2, 64. En su última semifinal ganada en el torneo, Nadal volvió a dejar un gran porcentaje en conversión de puntos de break a favor. Un 63 % (5 de 8). Y ante el que sería ya subcampeón el año siguiente, campeón olímpico sobre la misma hierba, y, por fin, vencedor en 2013 y 2016. Nadal se disponía a perder su quinta final del curso con Djokovic. Lo hizo en 4 parciales.

Podemos considerar que la auténtica travesía del desierto de Rafa Nadal en Wimbledon duró desde 2012 a 2017. En ese período solo faltó a la cita de 2016, pero perdió 5 de los 13 encuentros que disputó, algunos dolorosos por el modo de resolverse o por el nivel del rival, como la derrota frente al belga Steve Darcis, número 135 mundial en ese momento de 2013, en primera ronda y en tres sets. En 2014 le sorprendió su próximo rival, el australiano Nick Kyrgios, en octavos de final en cuatro mangas. Posteriormente, Nadal ha declarado que, en la mayoría de aquellos años, el estado de sus rodillas le había impedido rendir como le hubiera gustado en la gira de hierba. El año de transición fue 2017, en el que volvió a recodar al de finales de la primera década del siglo, pero fue derrotado por el luxemburgués Gilles Muller, muy peligroso cuando la bola iba rápido, en la cuarta ronda, que se impuso por 15 juegos a 13 en el set definitivo después de obligar al balear a una remontada continua tras ceder en los dos primeros. En 2018, año de la sexta semifinal, Nadal volvió a volar en los cuatro primeros compromisos, que pasó sin herida alguna. Estuvo muy cerca de quedarse fuera de las semifinales, puesto solo había ganado uno de los tres primeros parciales ante Del Potro de nuevo. En la semifinal le esperaba otra vez Djokovic. Nadal fue a remolque tras ceder en las mangas impares, pero con una sensación de estar al mismo nivel que su oponente. La clave pudo estar en el tercer parcial, que se llevó el de Belgrado en el desempate por 11-9. El encuentro se tuvo que completar el sábado y se reanudó con el techo cubierto para disgusto de Nadal, tal y como se estaba desarrollando desde el principio y hasta el momento de la interrupción el día anterior en cumplimiento del límite horario acordado con los vecinos de la localidad. Después de 5 horas y 15 minutos, el español concedió el triunfo por 6-4, 3-6, 7-6, 3-6 y 10 a 8.

En 2019 Nadal seguía con la confianza recuperada en Wimbledon. En sus 5 primeras citas solo el propio Kyrgios, en segunda ronda, había podido obligarle a disputar un cuarto set. Después de sus tres finales de 2006, 2007 y 2008, esta vez Federer estaba al otro lado en la sexta ronda del cuadro. Nadal le había vencido en sets corridos en la semifinal de Roland Garros de aquel años, pero en el ambiente estaba la impresión de que el suizo había sido capaz de encontrar el modo de vencer al español en toda superficie distinta a la arcilla. De hecho, la primera vez que Nadal rompió el servicio a Federer en París acabó con una racha de dos años y medio sin ser capaz de conseguirlo ni una sola vez. La reactivación del helvético ante su tradicional rival, no le ha dado para dominar el cara a cara, en el que sigue por detrás 24 a 16, pero sí para maquillar los números, pues había derrotado a Nadal las 5 veces que habían jugado antes de Roland Garros 2019. La cita de Wimbledon de aquel año sigue siendo la última vez que se han enfrentado. Federer partía como ligeramente favorito. Lo fue más tras adjudicarse la primera manga en los 10 puntos que tuvo el desempate, pero menos cuando Nadal se exhibió en los solo 7 juegos del segundo set. Sin embargo, desde ahí el encuentro tuvo un dominador claro. El suizo pareció mucho más fresco y cerró el compromiso en 3 horas y 2 minutos: 7-6, 1-6, 6-3 y 6-4. Es la última derrota de Nadal en Wimbledon, tras la suspensión de 2020 por la pandemia y su ausencia en 2021.