Blog Murciego: Ane Mintegi, una explosión de talento

Domingo 11 de julio de 2021, una fecha que quedará grabada para siempre en la mente de Ane Mintegi (Idiazábal, 2003). De ella ya habíamos hablado en febrero del año pasado, cuando nos impresionó con sus orígenes y su buen papel en el Open de Australia Junior, aunque nada es comparable a lo sucedido esta vez. La jugadora de Guipúzcoa aterrizó en Wimbledon sin demasiadas expectativas y siete días después posaba en la foto con el trofeo, la confirmación definitiva del talento competitivo que lleva dentro y que le ha servido para adaptarse a la hierba mejor que cualquiera de sus rivales. En ese mismo escenario, mirando hacia el palco, varios rostros conocidos saltaban de emoción ante el triunfo de Mintegi. Entre ellos destacaba la sonrisa de Juan Lizariturry (San Sebastián, 1991), el técnico encargado de acompañar a Ane en este evento, el mismo que amablemente levantó el teléfono 24 horas después para atender a Eurosport.

“Estamos todos muy contentos, sobre todo por Ane y todo el proceso que ha llevado. Hemos sentido que todos los chicos del grupo estaban dentro de esa pista con ella. Quizá en pantalla solamente se nos veía a Ane y a mí, pero te aseguro que dentro de la pista había mucha más gente”, afirma Lizariturry acerca de esas primeras emociones tras el triunfo, aunque siendo consciente en cada momento de todas las personas que pusieron su granito de arena hasta tocar el cielo en Londres. Ese grupo del que habla Juan tiene nombre y apellidos: TEC Carles Ferrer-Salat.

Este nuevo proyecto, fundado en octubre de 2020 y ubicado en Barcelona, nace y se alimenta de un generosa iniciativa de mecenazgo de la fundación Ferrer Talent, teniendo como meta principal la igualdad de oportunidades para el mejor talento nacional. Dentro del equipo encontramos profesionales de la nutrición (Susi Schröder Vilar), la preparación física (Carlos Aguilar) y la psicología (Inés Ferrer), además de un nutrido grupo de entrenadores con una amplia experiencia dentro del circuito: Kike Huelin, Marc Iván Rodríguez, David y Óscar Serrano, Pitu Viloca, Marc Pallarés, Carla Roset, Víctor López, Eloy Abelló, Guillem Burniol y el propio Juan Lizariturry. Todos ellos, dirigidos por Eric Domenech.

“El objetivo que tenemos es integrar la máxima preparación deportiva y humanística para crear una nueva generación de tenistas que se erijan en embajadores de la causa por la equidad social y justicia climática, con los principales valores como respeto, humildad, civismo, formación cultural y solidaridad entre muchos otros”, expone Lizariturry acerca de esa seña de identidad del TEC, donde también se respira el legado olímpico con la creación de las Becas ADO de Barcelona 92, donde Carlos Ferrer-Salat ejerció como uno de los grandes impulsores. Por supuesto, dentro de la ecuación también encontramos una larga lista de jugadores –todos ellos becados–, aunque lo más llamativo es el foco de atención en el talento joven femenino de nuestro país como Marta Custic, Ane Mintegi, Idoia Razquin y Neus Torner.

“El principal entrenador y encargado de supervisar a las chicas es Marc Pallarés, él es quien más horas ha dedicado a trabajar con las mayoría chicas de este proyecto, ya que tenemos otro entrenador para las más pequeñas. Por un tema de logística y calendario, yo he viajado con Ane solo algunas semanas, como la del Mutua Madrid Open o esta de Wimbledon, digamos que nos vamos rotando. Todos representamos lo mismo, simplemente esta semana me tocó salir a mí en la pantallita”, cuenta con humor el de San Sebastián. “Quiero destacar el gran trabajo que está haciendo Marc durante este tiempo, de hecho, esta semana es quien está con Ane en Vitoria, donde va a jugar un ITF 60.000. Detrás de cada jugador o jugadora hay un equipo bastante amplio”.

Mintegi entró a formar parte del TEC a partir de enero, abriendo una etapa que seis meses después ha desembocado en un título de Grand Slam Junior. “Ane ha hecho un cambio muy positivo durante este medio año, un logro así no se consigue de repente, este título solo es la punta del iceberg de todo el trabajo que llevamos haciendo desde enero. Todavía es poco tiempo el que llevamos trabajando, así que nos pone los pelos de punta pensar en lo que conseguido este pasado domingo”, valora el técnico. “Lo que más me impresiona es el ritmo que impone con su juego, tiene mucha fuerza, mucha velocidad de pelota, la aceleración que tiene con la derecha es increíble. En las piernas también tiene mucha potencia, algo que le hace estar un punto por encima de las rivales, un factor diferencial. Además, tiene una visión de juego muy clara, aprende muy rápido, todo el tema táctico lo aplica al instante, es muy fácil trabajar con ella”, señala.

El cuadro en Londres parecía un campo de minas, aunque las más peligrosas se las encontró en segunda ronda con Alexandra Eala y en semifinales con Linda Fruhvirtova. Dos choques que significaron un punto de inflexión para la jugadora vasca. “Diría que el partido con Eala fue incluso más importante, una batalla ofensiva tremenda, ambas hicieron un partido donde acabó ganando Ane, pero perfectamente podía haber caído del otro lado. El juego de la filipina se ajustaba perfectamente a la hierba y a Ane no le quedó otra que obligarse a ser todavía más agresiva si quería ganarle. Lo consiguió y, por suerte, le dio muchísima confianza para el resto del torneo. Ese día se dio cuenta que podía ser tan agresiva como el resto de jugadoras”, recuerda emocionado el técnico de 30 años, retirado en 2018.

Finalmente, esa confianza terminó por romper el techo de nuestra propia historia, consagrando por primera vez a una tenista española en el cuadro individual de Wimbledon Junior. “Llegamos pensando que aquí no haríamos mucho daño, pero tanto la superficie como nosotros mismos nos obligamos a jugar más agresivos de lo normal, para ganar más rápido los puntos. Al final esto le ayudó, ahí está el resultado, pero también le ha servido para mejorar su tenis y tener la confianza de saber que también puede jugar así. Ane siempre había jugado con un perfil más defensivo y de tierra batida, pero desde enero nos planteamos el objetivo de dar un paso adelante en ese aspecto. No sabemos si es porque la superficie le ha obligado a atreverse un poco más, pero ha salido. Ahora estará mucho más convencida de sus capacidades”, concluye Lizariturry.

¿Y ahora qué? Si se piensan que conquistar Wimbledon te da margen para un descanso, se equivocan. Desde hace unos días, Ane Mintegi se encuentra en Vitoria disputando un torneo ITF60.000, evento que podremos disfrutar en Eurosport a partir del próximo viernes. Su explosión de talento en el pasto británico ha provocado que la ilusión en la prensa deportiva se desborde de nuevo, soñando con que esta victoria signifique el despertar de una futura estrella del tenis. La veremos en septiembre en el US Open, disputando su último cuadro Junior de Grand Slam, aunque seguro que no tardaremos demasiado en verla en torneos WTA. Eso sí, lo que no podrá enseñar son las fotos de la cena de campeones en Wimbledon, ya que este año quedó cancelada debido al COVID. No se preocupen, tiene toda la vida por delante para volver a ganar allí.