Blog Murciego: Caroline Garcia, el ave fénix de 2022

La última página del calendario WTA se ha escrito en francés. Caroline Garcia, tras varias temporadas deambulando entre grises, se coronó maestra en Texas para irrumpir en el top4 del ranking mundial. ¿Cuáles son las claves de esta resurrección? Entorno, físico y confianza, en ese orden.

Caroline Garcia of France poses with the champions trophy after defeating Aryna Sabalenka

Fuente de la imagen: Getty Images

De todos los movimientos que se dan a lo largo de un calendario natural, hay dos que siempre son innegociables: jugadoras que dar un paso atrás y jugadoras que dan un paso adelante. Como si de un baile se tratara, Muguruza, Badosa o Kontaveit pertenecen al primer grupo, mientras que Gauff, Kasatkina o Kudermetova viajan en el segundo. Y luego tenemos a Caroline Garcia, que hay que darle de comer aparte. La francesa estuvo al borde de salir del top80 hace seis meses, puntualizando una debilidad que venía arrastrando desde hace tiempo, la no verse apta para la competición. Pero todo era un proceso. Lo que parecía ser un tocar fondo, en realidad acabó siendo un impulso para volver de manera fulgurante al primer orden mundial. Hoy, con el diario del lunes en la mano, podemos afirmar que no ha habido ninguna jugadora en 2022 que haya dado un mayor salto de calidad que la tenista gala, aunque tampoco podemos decir que no estuviésemos avisados.
No hace mucho teníamos a Garcia instalada en el cuarto escalón de la clasificación. ¿Cómo se nos pudieron olvidar aquellas victorias entre 2017 y 2018? Muy fácil, porque el deporte no tiene memoria. Lo de ayer no vale nada y lo de hoy está a punto de ser ayer. A la francesa le vino grande aquella situación de tanta presión, de vértigo y responsabilidad, ingredientes que terminaron empujándola hasta una tercera línea de batalla. Ni siquiera era la primera vez que disputaba el torneo de maestras, ya pisó las semifinales hace cinco temporadas. Ya era campeona de Grand Slam, ya había sido Nº2 del mundo en dobles, ya había ganado una FedCup… vamos, que ya sabía lo que era ocupar portadas. Incluso en sus inicios, cuando le dio por plantarle cara a Maria Sharapova en aquel Roland Garros de 2011, alguno levantó la voz pronosticando el futuro. “La chica que está jugando contra Sharapova será número uno del mundo algún día. Caroline Garcia, qué jugadora. Aquí lo escuchaste primero”, tuiteó Andy Murray en su momento. Hoy su vaticinio vuelve a entrar en las quinielas.
Lo que el escocés vio en aquel encuentro lo terminamos viendo todos, solo nos llevó algo más de tiempo. Esta temporada, por ejemplo, Garcia es la única top10 que ha ganado todas sus finales, la única que ha levantado trofeos en todas las superficies posibles: Bad Homburg (hierba), Varsovia (tierra batida), Cincinnati (dura) y Fort Worth (indoor). La versatilidad hecha dato, una cantidad de recursos y posibilidades que hacen de la francesa uno de los perfiles más polivalentes del vestuario WTA. El plan A es ir por la vía rápida, aunque si toca remar y hacer kilómetros también está disponible. Hoy por hoy cuenta con el servicio más letal del circuito femenino (394 aces en 75 partidos), lo que también le ayuda para ser la segunda raqueta con mejor porcentaje de juegos ganados al saque (80%) y la segunda que más bolas de break ha salvado esta temporada (64%). Un rompecabezas con multitud de piezas, pero cada una de ellas bien definida y puesta en su lugar. Lo que solemos definir como armonía.
CAMBIO RADICAL PARA REENCONTRARSE
¿Pero qué ha cambiado? ¿Dónde empieza esta reconstrucción? Después de muchos años siendo entrenada por su padre, Caroline entendió que era el momento de probar diferentes estrategias y ponerse en manos de un verdadero especialista. Ahí fue cuando entró en la ecuación Bertrand Perret, el hombre que la ha llevado a sacar su mejor versión, una incluso mejora de la que nos mostró en 2017. Al nuevo técnico se sumó también Laura, una preparadora física que ha hecho pura magia, ajustando el físico de Garcia para que pudiera desplazarse, correr, agacharse y golpear en condiciones óptimas durante estos últimos seis meses. Para que abra los brazos y alce el vuelo como solo ella sabe. Siendo su compromiso tan alto como siempre, el nuevo entorno dio a pie a nuevas fórmulas de trabajo más efectivas, atrayendo poco a poco las victorias, los títulos y el ascenso en el ranking. El último paso era recuperar la confianza, algo que solamente te lo da el éxito dentro de la pista. Una vez la tuvo, ya no la soltó, simplemente hay que ver su rostro durante la final contra Sabalenka: concentración, madurez, responsabilidad, hambre y determinación. Ya habría tiempo de tirarse al suelo y celebrar, antes había que rozar la perfección para terminar de sentenciar a su rival.
“Definitivamente, lo que siento ahora mismo es una felicidad gigante. Estoy muy orgullosa del trabajo que hemos hecho durante todo el año, de haber ido a por todas en este último partido. Estoy muy contenta de haber ganado mi título más importante, ahora mismo estoy en una etapa increíble, así que espero continuar mejorando y aumentando mi palmarés. En el deporte, si no te mueves hacia delante, vas hacia atrás, y eso es algo que no queremos en el equipo, aunque sabemos que la perfección no existe. Mi objetivo siempre ha sido ganar un Grand Slam, pero digamos que ahora mismo se ha convertido en un reto mucho más concreto”, valoró la gala tras titularse como maestra, dejando abierta la puerta a futuros retos.
En 2023 cumplirá 30 años, pero no se preocupen, el tema de la edad hace tiempo que dejó de ser fundamental. Miren estas últimas WTA Finals: ¿quién salió campeona? La más veterana del cuadro. Los riesgos que puede traerle el nuevo curso se acercan más a una posible una caída en el ranking si no defiende los puntos de este año, aunque aquí reside la parte más atractiva del plan. Caroline Garcia no defiende absolutamente nada en los cinco primeros meses, donde solamente sumó 7 victorias en el presente ejercicio. Es a partir de junio donde tendrá que volver a escalar el Everest, aunque el margen de mejora en Grand Slams sigue siendo amplio. Hasta entonces, lo mejor será guardar la bola de cristal y disfrutar un poco del momento, que no siempre hay tiempo para ello. El ave fénix francés ha renacido de sus cenizas, esperemos que para no detener su vuelo en muchos años.
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