Blog Murciego: Conchita Martínez, Roma nel cuore

No hace falta hacer un gran esfuerzo mental, es llegar Roland Garros y la mente, inevitablemente, piensa en Rafael Nadal. El Masters 1000 de Roma quizá también te evoque al balear, pero si hablamos del WTA 1000 de Roma, el primer nombre que aparece sobre la mesa es el de Conchita Martínez. Y no solo por ser española, sino por ser la única jugadora que, hasta el día de hoy, puede presumir de haber sido campeona en cuatro ediciones consecutivas del evento. Algo tenía el Foro Itálico que la ex Nº2 del mundo se encontraba como en casa, una historia de amor que hoy recordamos en Eurosport a través de sus victorias y también de sus palabras, rememorando uno de esos idilios que son imposibles de olvidar.

“Roma me hizo sentir muy cómoda desde el primer momento, la cultura italiana y la española son similares, así que encontré allí muchos lugares que me motivaban y muchas personas que me apoyaban”, declara Conchita en la página web de la WTA en un bonito reportaje publicado hace unos días. Y es normal que se hable de ella en estas fechas, un ejercicio vintage que deberíamos tocar en cada mes de mayo. En total fueron 14 participaciones de Martínez en Roma, arrancando con unos cuartos de final en 1990 y acabando con otros cuartos de final en 2005. Su flechazo con el torneo fue inmediato, aunque de aquella primera vez, cuando apenas tenía 18 años, se recuerde su derrota ante Navratilova por 6-2 y 6-0. Se vengaría de la checa la temporada siguiente, para luego caer con Sabatini de nuevo en cuartos. En 1992 no disputó el evento, aunque aquello terminó siendo un parón para tomar el mayor impulso de su carrera.

A partir de 1993, Conchita iniciaría una aventura de éxito que parecía no tener caducidad. En total fueron 24 victorias de manera ininterrumpida en el Foro Itálico, levantando cuatro veces seguidas el título hasta ceder en la final de 1997 ante Mary Pierce (6-4, 6-0). Durante esa racha de 24-1, solamente tres jugadoras lograron arrancarle un set: Adriana Serra Zanetti (R32, 1995), Magdalena Maleeva (QF, 1996) e Iva Majoli (SF, 1996). ¿Y qué paso en las grandes finales? ¿Quienes sufrieron la mejor versión de la española? Tranquilos, que tenemos tiempo de sobra para repasarlo.

1993. Tras superar a Skulj, Herreman, Navratilova y Mary Joe Fernandez, le tocó a Gabriela Sabatini ser la primera víctima de esta saga. “Teníamos un estilo de juego similar, ambas con el revés a una mano, así que podíamos cortar la pelota y golpear con mucho efecto liftado. En aquella final, por ejemplo, ella estaba buscando lo que hubiera sido su quinta corona allí después de ganar en 1988, 1989, 1991 y 1992… pero no sucedió. Contra Gabriela tenías que ser muy agresiva, así que seguro que aquel día jugué un gran partido”, recuerda Martínez.

1994. Después de vencer a Temesvari, Tarabini, Tauziat, Habdusova, en esta ocasión fue Martina Navratilova el último obstáculo del camino. “Vencerla en aquella final me dio mucha confianza, sobre todo de cara a las próximas giras. Sentí que realmente podía ganarla, incluso en Wimbledon, sentí que de verdad podía tener una buena oportunidad contra ella y, meses después así lo hice”, subraya la primera mujer española de la historia que logró conquistar el All England Club.

1995. La ruta en esta ocasión la marcaron Zanetti, Habdusova, Mary Joe Fernández y Pierce. El plato fuerte esperaba en la final, una Arantxa Sánchez Vicario que ya había cedido en la final de 1989 ante Sabatini y que buscaba su primer arañazo en Roma. Era la tercera vez que se enfrentaban con un título en juego, en Barcelona 1993 había ganado Arantxa y en Stratton Mountain 1994 el premio fue para Conchita. Aquí la aragonesa volvió a sacar sus armas para firmar el hat-trick en el Coliseo, confirmando un halo invencible que iba camino de ser histórico.

1996. Ninguna jugadora había encadenado cuatro entorchados individuales en Roma, pero Conchita lo lograría aquel curso tras batir a Jecmenica, Testud, Maleeva, Majoli y Martina Hingis en el quinto y definitivo partido. “Le había vencido el año anterior en la final de Hamburgo por un resultado de 6-0 y 6-1. Por supuesto, todos sabemos lo que sería Martina Hinigis después de aquello, tenía mucha talento y siempre sabía dónde ibas a golpear la bola, pero en 1996 todavía era muy joven. Me había ganado en Australia y me volvería a ganar muchas veces en el futuro, pero aquel día yo fui mejor que ella”, relata con el álbum de los recuerdos en la mano.

La racha de triunfos se prolongó en 1997 con victorias ante Rubin, Likhovtseva, Kruger y Schnyder, hasta que Mary Pierce se encargó de impedir el repóquer en la final. Conchita, que ya no volvería a alcanzar ninguna final en el Foro Itálico, vio como María José Martínez se convertía en 2010 en la segunda española de la historia en conquistar Roma, un objetivo que se le resistió en dos ocasiones a Arantxa Sánchez (1989, 1995) y una a Carla Suárez (2016). La de Monzón levantó 33 títulos en su carrera, en varios lugares se dio el gusto de repetir, pero nada parecido a lo vivido en aquella mística Cancha Centrale.

“La verdad es que sentía muy bien la pelota en estas pistas, el bote se adaptaba a mi juego y todo iba un poco más rápido que en otros torneos. Especialmente, si eres feliz en la ciudad que juegas, siempre es más sencillo jugar y ganar partidos, por eso tengo tan buenos recuerdos de Roma”, valora la española años después. Pasen los años que pasen, la llegada a nuestras pantallas del Internazionali BNL d’Italia seguirá dibujándonos una sonrisa en la cara, recordando aquellos tiempos en los que una de las nuestras le enseñó al mundo entero lo que significa dominar un evento con mano de hierro.