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Una película emblemática, un Oscar y un sueño olímpico. La historia de Geena Davis y el tiro con arco.

Luis Jiménez

Actualizado 15/11/2022 a las 10:43 GMT

Geena Davis fue una especie de mito para una generación porque rompió la eterna cadena de la discriminación y el machismo con un viaje en coche hacia la libertad. Actriz oscarizada, mujer comprometida con los derechos de la mujer y obsesionada con un deporte, el tiro con arco, que la dejó muy cerca de cumplir un sueño: ser deportista olímpica.

Geena Davis

Fuente de la imagen: Getty Images

Thelma & Louise fue un icono para toda una generación de mujeres. Geena Davis y Susan Sarandon se convirtieron hace casi 40 años en las musas de un feminismo que daba sus primeros y muy tímidos pasos. Una road movie para reír, llorar, enrabietarte, un espejo de la sociedad machista de aquellos años -¿sigue existiendo en la actualidad?- y un final apoteósico con la firma de Ridley Scott, que se quiso acompañar por un elenco maravilloso de actores y actrices como un jovencísimo Brad Pitt, pillo que engatusa a Thelma, ávida de emociones que rompan la triste monotonía de su vida; o un Harvey Kittel en plena madurez interpretativa, en conflicto permanente entre hacer cumplir la ley y salvar a la pareja de fugitivas. No haremos spoilers, pero la escena final de la película es todo un emblema del cine contemporáneo.
Thelma & Louise y un Oscar por El Turista Accidental
Geena Davis, curiosamente, no ganó la estatuilla por esta emblemática película. Lo conquistó por el Turista Accidental, con William Hurt y Kathleen Turner, entrando así en la galaxia de superestrellas de Hollywood, efímera gloria que pronto se eclipsó cuando el reloj biológico de la actriz apuntaba a la cuarentena, esa barrera invisible que hace que deje de sonar el teléfono de los productores, convirtiéndote en una reliquia de glorioso pasado. Entre tanto, Virginia Elisabeth Davis, que así se llama nuestra estrella invitada, participó en 29 películas, la última, Tootsie, de Sidney Pollack, junto a Jessica Lange y el tan grandioso actor como tipo irascible y absolutamente inaguantable, Dustin Hoffman. Ojo, en 1982. La televisión fue el refugio de Davis, con varias series realmente magníficas, como Commander in Chief, Señora Presidenta, en español, en la que en 18 episodios interpreta a Mackenzie Allen la primera mujer presidenta de los Estados Unidos de América y con la que ganó el Globo de Oro en 2005.
Beisbol, Taekwondo, equitación y una obsesión: el Tiro con Arco
Geena Davis es una magnífica actriz y una mujer maravillosa pero, ¿qué tiene que ver con el deporte? En realidad, Thelma nunca tuvo grandes inquietudes deportivas, a excepción del colegio, donde practicó el salto de vallas, favorecido por su estatura, casi 1:83, o que se tuviese que empapar bien de un determinado deporte para una determinada película, como le sucediera en A League of Their Own, Ellas dan el golpe en España (los misterios al traducir el título original al español son inescrutables), en la que Geena, Madonna o Rossie O’Donnel forman parte de un equipo femenino de béisbol capaz de competir de tú a tú con uno de hombres. También practicó ocasionalmente Taekwondo, Equitación o Patinaje sobre hielo, pero siempre por exigencia del guión. Y le gustó. Años después, durante los Juegos Olímpicos de Atlanta, Davis quedó fascinada con la competición de Tiro con Arco con las dos medallas de oro del estadounidense, Justin Huish y se preguntó si podía hacer lo mismo, sin tener que interpretar a nadie más que a Geena Davis.
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Geena Davis

Fuente de la imagen: Getty Images

Quiero ser Arquera Olímpica
Ser una buena arquera se convirtió en obsesión. Se enganchó de tal manera al mundo del Tiro con Arco que durante dos años (ya tenía 41 años), se dedicó por completo a practicar, cinco horas al día, seis días por semana. Y se le daba bien, tanto que con solo seis meses de entrenamiento, Geena Davis ya ganaba torneos locales y alguna competencia internacional menor. El siguiente paso era lógico: ser elegida para representar a los Estados Unidos en los Juegos de Sidney del año 2000. Hasta Ohio marchó la actriz para competir con los 300 mejores arqueros del país, alcanzando las semifinales del torneo preolímpico, aunque se quedó fuera por muy pocos puestos. Davis nunca utilizó su fama para verse favorecida en la competición. Es más, reconoce que al tiro con arco era su pequeño secreto y que se divertía viendo las caras de sorpresa de sus rivales cuando descubrían que estaban peleando contra toda una estrella de Hollywood. No pudo cumplir con su sueño olímpico, pero se quedó cerca, muy cerca, tanto que viajó a Sidney con su arco, no a la Villa Olímpica, sino a la Golden Arrow, que se celebraba ese mismo año esta ciudad australiana.
Esta es la historia, amigos lectores, de una gran actriz, ganadora de una estatuilla, musa de una generación feminista, que sufrió en sus carnes la doble discriminación de la industria del cine, por la edad y por ser mujer, que combate activamente a través del Geena Davis Institute of Gender in Media, poniendo números a esta tozuda realidad: por cada 16 personajes masculinos en productos infantiles, solo uno es femenino; solo el 8% de los directores de cine son mujeres; un 13% de los guionistas o un 19% de los productores; por no hablar de desigualdad en salarios, conciliación y demás obstáculos que quedan aun por superar.
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