Barcelona y Cataluña, epicentros de la pasión náutica

Es el Santo Grial de todas las ciudades portuarias del mundo. Organizar la Copa América es una leyenda en la vela y el deporte en general. Esta competición es la más antigua de la historia: la edición inaugural data del 1851, anterior incluso a los primeros Juegos Olímpicos (1896). Pero esta "dama" de 174 años no envejece; es más, gracias a los desarrollos tecnológicos, parece rejuvenecer en cada nueva edición que se disputa. Y quien habla de una competición excepcional, habla también de un entorno extraordinario

La 37ª Copa América emplazará sus mástiles y foils, desde agosto de 2024 hasta la gran final de octubre, en el puerto de Barcelona. Mientras tanto, las pre-regatas tendrán lugar del 14 al 17 de septiembre de 2023 en la localidad de Vilanova i la Geltrú y marcarán el verdadero comienzo de la competición.

De hecho, será en este puerto donde el público disfrutará de las regatas preliminares de la Copa América, con los AC40 (el nombre de los veleros participantes) que competirán en la modalidad de match-racing, a pocos metros de la entrada del puerto. Los espectadores disfrutarán de la prueba desde las gradas de La Daurada, situadas tan cerca de las regatas que hasta permitirán distinguir los famosos foils (apéndices que permiten a los barcos flotar literalmente en el agua).

Nadie puede predecir aún si los actuales campeones, Emirates Team New Zealand, volverán a llevarse el Silver Ewer, el trofeo deportivo más antiguo del mundo. Pero lo que sí sabemos es que Barcelona -que ya ha sido sede de los Juegos Olímpicos de 1992 y fue también sede de partidos de la Copa Mundial de Fútbol- estará a la altura del evento. Y esto, gracias a infraestructuras ultramodernas combinadas con una ubicación geográfica y cultural sin parangón en el Mediterráneo.

Cataluña es uno de los enclaves estratégicos en el mundo de las competiciones naúticas, ya mucho antes de que se escogiera para disputar la Copa América. De hecho, no es casualidad que otros eventos de fama mundial se hayan celebrado también en sus aguas.

Hace muy poco que finalizó el Campeonato del Mundo de Optimist, celebrado en junio, y ya prepara, para el mes de septiembre, el Mundial ORC, una de las regatas de veleros más famosas del ámbito náutico. Durante siete días, los competidores participarán en regatas a lo largo de la costa catalana y en viajes de ida y vuelta a las Islas Baleares.

Otras zonas de Cataluña también acogerán importantes pruebas, como el Campeonato Mundial de Piragüismo que tendrá lugar en el año 2027. Superando la candidatura de París, las ciudades de La Seu d'Urgell y Sort han sido designadas por la Federación Internacional de Piragüismo para albergar el próximo Mundial.

Y es que, junto a la atracción de la propia Barcelona, detrás hay también toda una región que se esfuerza al máximo para satisfacer a los fans de la navegación, ya sean profesionales o simples aficionados. El turismo náutico, considerado una verdadera institución en España, atrae cada año a dos millones de visitantes, generando un impacto de 2000 millones de euros por temporada.

Es una realidad el hecho de que Cataluña juega un papel importante en este éxito español. Con sus 580 kilómetros de costa, desde Portbou (en el norte), hasta La Senià (que marca la frontera con la provincia de Castellón), cuenta con nada menos que 47 puertos. La atracción turística no se centra solo en sus costas, ya que los visitantes también pueden disfrutar de las muchas vías fluviales que atraviesan.

Los amantes del remo disfrutarán en el lago de Banyoles (Girona) y sus seis carriles; o el río Ebro (25 kilómetros navegables) en Amposta. Para los amantes del piragüismo y los rápidos, lo mejor es ir a los Pirineos, a los municipios de La Seu d'Urgell y Sort, que ofrecen, entre otras cosas, actividades de rafting e hidrospeed el primero, y 25 pistas permanentes de slalom para entrenamiento y competición, el segundo.

Además de abrirse al Mediterráneo, Cataluña tiene en su interior algunas joyas calificadas como "villas turísticas de deportes acuáticos". Este es el caso de Cambrils, Salou y Ametlla de Mar, nombres que los aficionados a las actividades acuáticas, y también los amantes de la cocina mediterránea, conocen de memoria. Un díptico que también se puede encontrar en Sitges, maravilloso pueblo turístico de la costa de Barcelona, encerrado entre mar, viñedos y montañas, o en Mataró, otro pueblo, de orígenes romanos.

Por último ¡cómo no hablar de la Costa Brava! situada más al norte de la provincia de Barcelona. Con Girona como capital, esta costa está llena de sitios históricos, con la huella de Salvador Dalí omnipresente, y, por supuesto, llena de actividades acuáticas que son tan numerosas como sus playas de aguas cristalinas.