Juegos Olímpicos Tokio 2020, balonmano | La despedida soñada de Raúl Entrerríos
Actualizado 07/08/2021 a las 17:44 GMT
El gran capitán de los Hispanos, Raúl Entrerríos, jugó su último partido como profesional en los Juegos Olímpicos de Tokio con un desenlace idílico. Marcando el último gol de su equipo y confirmando una merecida medalla de bronce para España. Ante Egipto, Raúl tuvo su particular despedida soñada tras posponer su retirada un año para acabar por todo lo alto en Tokio.
Era el final que había imaginado tantas veces el bueno de Raúl Entrerríos, o al menos uno de ellos. Sin opciones de pelear por el oro, volver a sumar un metal de bronce en unos Juegos trece años después era un guion excepcional para despedirse de las pistas. Y es que este asturiano de 40 años no tenía previsto alargar su carrera deportiva hasta el curso 2021. Una pandemia y la suspensión de Tokio 2020 trastocó la idea inicial de Entrerríos, que no tuvo dudas: seguiría un año más para llegar a la cita olímpica.
Una decisión arriesgada que se ha acabado convirtiendo en uno de los aciertos de su vida. Tras una temporada perfecta con el Barça, con la ansiada Liga de Campeones incluida, cerrar su periplo por el 40x20 en Tokio y con los Hispanos ya era un plan que por si mismo sonaba muy bien. Pero pelear por las medallas era el verdadero objetivo del gijonés en su último campeonato como profesional.
Al final de su carrera se iban a unir las ganas de revancha de un equipo que no podía olvidar la cruel ausencia de Río de Janeiro en 2016. Con un camino inmaculado desde entonces, dos europeos y un bronce mundial, la forma de levantarse de los contratiempos iba a ser un acompañante inevitable para Raúl y el combinado español. Lesiones de compañeros y momentos duros para plantarse en la fase final de Tokio 2020.
Un año más tarde pero con la misma convicción: despedirse de la mejor manera posible y siendo protagonista. Porque el pequeño de los Entrerríos ha sido determinante con los Hispanos, primero para superar la fase de grupos con solvencia y después para firmar una remontada para el recuerdo en cuartos de final ante Suecia. Hubiera sido demasiado perfecto poder jugar, por primera vez, una final olímpica, pero se volvió a topar en el camino una excepcional Dinamarca.
Otro palo del que supo recuperarse España de cara a la final por el bronce ante Egipto. Los Hispanos, con Raúl a la cabeza, firmaron uno de los mejores partidos del campeonato para, no sin el sufrimiento que precede a la gloria, alcanzar el metal ante los faraones. Un momento de película con Raúl Entrerríos marcando el definitivo gol que certificaba el triunfo español.
Desenlace perfecto a una generación de oro que le ha dado las mayores alegrías a España a nivel balonmanístico. Para Raúl ha sido el final a un camino de éxitos. Tres oros, una plata y cinco bronces con los Hispanos, además de multitud de títulos con FC Barcelona, Ademar León y el desaparecido Balonmano Valladolid.
Porque no solo en el plano deportivo España ha tenido una figura de leyenda, sino que ha demostrado ser el perfecto capitán, el más fiel compañero y ejemplo en el que todos los niños deben mirarse.
Raúl deja las pistas, pero su legado inconfundible perdurará en próximas generaciones. Agradecidos de verte, agradecidos de haber asistido a tu imborrable paso de leyenda por el balonmano mundial y agradecidos por los valores que has transmitido. De corazón, muchas gracias Raúl.
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