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La opinión de Luis Jiménez: La lenta agonía del ciclismo español

Luis Jiménez

Publicado 18/03/2024 a las 08:55 GMT

Parece casi una norma no escrita: corredor español con talento que destaca, entra en la lista de rumores para salir de nuestro país y enrolarse en alguna de las potentes formaciones ciclistas del mundo. La posible salida de Oier Lazkano no es un síntoma: es una realidad.

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Esta semana, la Gazetta dello Sport publicaba que Bora se había interesado por el campeón de España de ciclismo, Oier Lazkano. Suponemos que a pocos sorprendió el rumor/noticia adelantado por el medio italiano. Lazkano lleva tiempo despuntando en el pelotón, el inicio de campaña 2024 es prometedor… y no ha renovado aún con el equipo Movistar. Juntamos los puntos y tenemos la cruda realidad del ciclismo en nuestro país: corredor joven que destaca es un fruto apetecible para las escuadras con músculo financiero. No hay nada que hacer.

¡Es el mercado, amigos!

El caso Lazkano no es un síntoma. La etapa sintomática ha quedado tiempo atrás superada para convertirse en una realidad con toda su carga de crudeza: España no puede competir en el mercado ciclista internacional. Matteo Jorgenson, Óscar Rodríguez, Marc Soler, Richard Carapaz, Nairo Quintana, Mikel Landa, Jesús Herrada…muchos nombres que en su momento decidieron apostar por la imbatible oferta económica de los Visma, Ineos o UAE de turno y dejar al único equipo español en la máxima categoría del ciclismo. Un baño de realidad que sitúa a Movistar en la cola de los presupuestos para 2024, con 20 millones de euros, solo por encima de Arkea e Intermarché e igualado con Cofidis. Los Emiratos son el nuevo Sky, con 60 millones de euros para mantener el equipo de Pogaçar, Ayuso, Sivakov, Almeida o Yates. Visma cuenta con 50 millones para arropar a Vingegaard, a Van Aert y a Kuss. También 50 millones es el presupuesto de los británicos del Ineos de Carlos Rodríguez. Remco Evenepoel y Alaphillippe corren en una estructura de 30 millones. El Bora de Roglic y, puede que en breve de Lazkano, maneja 25 millones de euros, con Red Bull entrando ya en la sala de mandos. Movistar se mueve en los 20 millones, cifra alejada, muy alejada de la aristocracia más rica y poderosa del pelotón… y gracias, que al menos puede presumir de contar con uno de los patrocinadores más longevos y fieles del pelotón, aunque insuficientes para poder competir en la misma liga.

A vueltas con el tope salarial

Alguien, no seré quien diga que sin razón, puede quedarse frío con estos números y añadir que la vida es así, injusta, con unos disfrutando de mucho y la mayoría haciendo lo que puede con las migas; que es lo mismo que sucede en otros deportes como fútbol (no se ve igual la vida deportiva desde el Bernabéu que desde Ponferrada), el baloncesto y, en general, toda aquella actividad deportiva profesional sujeta a la Ley de la Oferta y de la Demanda. Quizá la pregunta que se debería formular es otra: ¿qué se puede hacer para igualar un poco más las ligas profesionales, fomentar una mayor competencia, para que no ganen siempre los mismos y que la mayoría menos pudiente, solo pueda aspirar a los restos que van dejando los poderosos?
La UCI, preocupada en sus cosas de inclinación de manillares, altura de calcetines y demás asuntos transcendentes, vuelve a retomar el viejo debate del límite salarial para equilibrar la competición. Sin embargo, ¿es esa de verdad la solución para el ciclismo?

Cómo convencer a un deportista para que se convierta en profesional del ciclismo

En España vivimos 48 millones y medio de personas según el último dato ofrecido por el Instituto Nacional de Estadística. Ciudades llenas de bicicletas, carreteras con miles de aficionados practicando el ciclismo cada fin de semana. Tras Pandemia, llegó el Boom de este deporte. Sin embargo, de entre todos estos corredores solo 74.675 están federados para la práctica del ciclismo (el 14º deporte en número de licencias), con una desproporción llamativa entre hombres, 68 mil, y mujeres, casi 6 mil. Son datos del último Anuario de Estadísticas Deportivas del Ministerio de Cultura. Nuestro país cuenta con un solo equipo ciclista en la máxima categoría. Francia y Bélgica tienen 3. Países Bajos, 2. En la segunda categoría, España tiene 4 licencias. Bélgica e Italia cuentan con 3. Quizá ayude, quién sabe, pero supongo que el largo camino pasaría por cuidar de la cantera, aumentar las estructuras para la formación del ciclista, hacer atractivo este deporte a los niños y niñas que ven a sus ídolos en televisión y sueñan con dar el salto de la actividad lúdica a algo más serio, parecerse a Ayuso o a Pogaçar; ayudar a crear equipos para dar el salto al profesionalismo y, por qué no, aumentar el apoyo institucional, bien con subvenciones, bien con leyes que atraigan fiscalmente a los patrocinadores, para que el talento no termine huyendo por necesidad de nuestro país. Una hoja de ruta, eso sí, lenta para la cultura de la inmediatez en que vivimos, para intentar revertir la lenta agonía de nuestro ciclismo.
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