La sequía de un lustro del ciclismo español que Juan Ayuso y Carlos Rodríguez han roto: El relevo ya gana en grande

Desde que Ion Izagirre ganó la clasificación general de la Itzulia-Vuelta al País Vasco en 2019, ningún otro ciclista español se había llevado una de las llamadas vueltas por etapas históricas de máxima categoría World Tour. A saber, estas competiciones de más prestigio en el ciclismo son la París-Niza y Critérium Dauphiné francesas, la Tirreno-Adriático italiana, la Volta a Catalunya y la propia Itzulia y también la Vuelta a Suiza y el Tour de Romandía. Con menos tradición pero también dentro de esta máxima categorización está el Tour Down Under australiano, aunque no tiene esa tradición histórica.

Tras las retiradas de Alberto Contador, Joaquim Rodríguez, Samuel Sánchez o los últimos años de Alejandro Valverde, el ciclismo español -incluyendo al periodismo y también a todos los aficionados- ha vivido tal vez excesivamente preocupado por esa supuesta falta de relevo ganador y poderío en los mejores escenarios. Los resultados dentro de un deporte en el que cada vez es más complejo ganar por el control de las grandes estrellas y los principales equipos siempre han arrojado lo contrario. Es decir, los corredores nacionales han seguido levantando los brazos, decorando este buen hacer con los podios en grandes vueltas y otros resultados de Mikel Landa y Enric Mas, la París-Niza que ganó Marc Soler en 2018 o las sequías de victorias de etapa en el Tour de Francia que hace un año rompieron Ion Izagirre y Carlos Rodríguez.

Las caras visibles de ese relevo generacional ganador del ciclismo español son claramente las de Juan Ayuso y Carlos Rodríguez, de 21 y 23 años respectivamente y codeándose con los más grandes del pelotón actual. Si bien es cierto que la maldita caída en la cuarta etapa de la Itzulia que se saldó con las bajas de Vingegaard, Roglic y Evenepoel han podido allanar el camino a este dúo, las dudas pueden disiparse con el ataque conjunto en Éibar de ambos, dando una exhibición para desbancar al hasta entonces líder, un danés súper clase mundial como es Mattias Skjelmose.

En el lustro que ha pasado desde el triunfo de Izagirre en la Itzulia hasta que Juan Ayuso volvió a ponerse la txapela, hay muy poco, por no decir nada, que reprochar al papel de un ciclismo español o, mejor dicho, los ciclistas españoles. Sólo que los resultados y esas imágenes en el podio no habían existido, dejando esa sensación de vacío.

Juan Ayuso y Carlos Rodríguez ya deben dejar de ser considerados corredores ‘de futuro’, porque su presente demuestra su calidad con victorias y buenos resultados. Sin ir más lejos el alicantino fue segundo en su primera participación en La Vuelta, Rodríguez ha ganado una etapa de montaña del Tour a Vingegaard y Pogacar y en el caso del de UAE Team, hace un año se exhibía en Suiza ganando a Remco Evenepoel y hace sólo unas semanas fue el único en aguantar el pulso al doble campeón del Tour danés en Tirreno-Adriático, ganándole la primera etapa contrarreloj.

Su calidad, ambición, resultados y estatus dentro de lo más granado del pelotón mundial está ahí y es indiscutible. Ahora ya están plenamente consagrados tras esta esperada foto en lo más alto del podio de la Itzulia y tras romper este largo lustro de sequía en este tipo de carreras.