Real Madrid-Manchester United: Paradones y cabezazos (1-1)

Salió acelerado, imperial, en su competición el Real Madrid. Porque es el rey de la Champions como Elvis lo de es Memphis. Y así construyó las primeras llegadas, los albores de lo que tenía que ser gol. Hasta Coentrao disparó a los 6 minutos al palo, tras la vital aparición de De Gea, inmenso toda la noche al igual que Diego López, crecido y creciendo como símbolo para Alex Ferguson.

Esos primeros arrebatos del Madrid ya hacían presagiar el sufrimiento para el ex portero del Atlético en su regreso a Madrid, pero se diluyó, se perdió en su enroque por momentos. El Madrid fue de más a menos y el mazazo del gol de Welbeck, de cabeza a los 20 minutos tras un córner que no lo fue, pareció sacarlo de toda competitividad. Pero una de las virtudes del Madrid, ya sea con Mourinho, ya sea con Pellegrino, ya sea de este siglo, ya sea del anterior, es que no se rinde. Al menos en los momentos cumbre.

Es así como Di María, a los 23, volvió a probar que De Gea estaba de buenas, lo mismo que Cristiano acarició el palo a los 28 minutos de un soberbio zurdazo. Era el preludio del empate, también vía aérea, ahora de Cristiano Ronaldo, quien parece reservar para las grandes ocasiones sus testarazos ganadores. Welbeck, en cambio, falló un gol increíble a los 34 minutos, de aquellos a los que se acompaña el no-se-puede-creer por cantinela.

El efecto ida y vuelta (no por ser competición de ronda, sino por lo de ataque tras ataque) le dio hasta a Özil la ocasión de marcar, inmensa respuesta de De Gea no obstante. Se acababa, se acabó, un primer tiempo con la lengua fuera, con esa sensación de superioridad madridista no reflejada por el contrario en el marcador.

En el segundo tiempo, el miedo inicial por un doble error de Arbeloa que casi lo caza de cabeza Welbeck, dio paso al nuevo dominio, al nuevo embate sin prisa pero sin pausa del Madrid. Erre que erre, dale que dale, remando, empujando, trabajando. Y casi todos. Un esfuerzo denodado por ganar, por cobrar ventaja en la eliminatoria para ir con algo de abrigo a Old Trafford. La entrada de Higuaín a la hora de juego, por un descarrilado Benzema (esto es así), le dio argumentario para vencer en el acoso sin derribo. En cambio, De Gea, tremendo, se ganó un hueco en el corazón de Del Bosque para la Selección y dejó al Madrid sin el premio del 2-1 que mereció de sobras y no de restos.

A los 72 minutos, RVP (por dos veces, una al larguero y otra en la que Xabi Alonso sacó sobre la línea la segunda) casi noqueó la cuestión para certificar con el casi que no era la noche de los delanteros. Como Cristiano no atinó en el enjambre del área pequeña su segundo gol en el descuento.

Sergio Ramos y Xabi Alonso, advertidos, podrán estar en Old Trafford. Falta que harán. El Madrid necesita marcar. Y ese es el único objetivo para estar en cuartos de final.

1 - Real Madrid: Diego López; Arbeloa, Varane, Ramos, Coentrao; Xabi Alonso (Pepe, 83’), Khedira; Di María (Modric, 75’), Özil, Cristiano; y Benzema (Higuaín, 60’).

1-Manchester United: De Gea; Rafael, Ferdinand, Evans, Evra; Carrick, Jones; Rooney (Anderson, 84’), Kagawa (Giggs, 63’), Welbeck (Valencia, 73’); y Van Persie.

Goles: 0-1. M. 20: Welbeck. 1-1. M. 29: Cristiano Ronaldo.

Árbitro: Félix Brych (Alemania). Amarilla a Van Persie (5’), Rafael (40’) y Valencia (87’).

Incidencias: partido de ida de los octavos de final de la Liga de Campeones disputado en el estadio Santiago Bernabéu. Lleno.