La decisión más dolorosa pero que mejor funciona a Zidane

Ese dilema será comunicar a algunos de sus jugadores que ni tan siquiera están convocados para la finalísima de Cardiff. Una tristeza anticipada que, en gran parte, define su forma de hacer las cosas en este exigente e implacable cargo.

El caso es que a Zinedine Zidane le han preguntado hasta diez veces por Isco o por Bale, y este mismo número de preguntas se repetirán el viernes en la rueda de prensa oficial en Cardiff previa a la final. El ‘tribunal de Bale’ como bautizó con acierto la periodista de El País, Eleonora Giovio, en esta misma rueda de prensa parece no preocupar nada al técnico galo. Quizá a día de hoy no sepa a quién poner, tal vez tenga claro quién lo merece y, por supuesto, aún tendrá más presente quien debe hacerlo. Que cada uno extraiga sus propias conclusiones.

A Zidane, en cambio, nadie le preguntó –como es obvio- por quién no va a jugar, ni tan siquiera a estar en el banquillo de Cardiff este sábado. Pero él se encargó de repetir que sus 23 jugadores disponibles merecen jugar esa final, y que lo más doloroso para él será decidir quiénes ni siquiera se despojan del traje de calle para ponerse al menos el chándal.

Un pequeño pero diferencial detalle en su gestión. El éxito del Zizou al margen de los títulos ganados tal vez no haya sido dotar de un estilo de juego definido al equipo o de al menos dotarlo de unos rasgos para comenzar a construir una seña de identidad capaz de perdurar. Su verdadero triunfo ha sido que le duela tomar ese tipo de decisiones.

A juzgar por su tono y su semblante a cuatro días de la final parecía decirlo en serio. Porque él fue una estrella absoluta en clubes tan grandes como el Real Madrid o la Juventus y también fue el dueño del vestuario de una Francia campeona y subcampeona del mundo y también de Europa y porque él mejor que nadie sabe medir y equilibrar esa distancia que separa un jugador que por talento debe jugar todo lo que esté a su alcance de ese otro compañero que entrena tanto o más que el virtuoso pero que no acaba de ver recompensado su esfuerzo saliendo al terreno de juego.

Los no convocados no serán noticia este sábado y Zidane será únicamete juzgado por la decisión que tome ese ‘tribunal de Bale’. El caso es que si dentro de un año vuelve a dolerle hacer descartes para una final, es que su triunfo habrá sido definitivo. Por mucho que le duela.