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Manchester City-Chelsea: Los lobos de Tuchel devoran a Guardiola y la Champions se va a Londres

Fermín de la Calle

Actualizado 29/05/2021 a las 21:20 GMT

El Chelsea ganó la final (1-0) de la Champions League en Oporto al Manchester City con un solitario gol de Havertz. Tuchel se impuso a Guardiola en la pizarra. Los londinenses dispusieron de mejores ocasiones y el planteamiento de Pep, con un 4-2-4, no le sirvió para desequilibrar la defensa de 5 de los blues. Título para el Chelsea de Abramovich ante el equipo estado de Abu Dabi.

Chelsea

Fuente de la imagen: Eurosport

Ficha del partido

0 -Manchester City: Ederson; Walker, Stones, Rúben, Zinchenko; De Bruyne (Gabriel Jesús 57'), Gündogan, Bernardo (Fernandinho 63'); Mahrez, Sterling (Agüero 76') y Foden.
1 -Chelsea: Mendy; Azpilicueta, Silva (Christensen 37'), Rüdiger; James, Kanté, Jorginho, Chilwell; Mount (Kovacic 79'), Werner (Pulisic 65') y Havertz.
Goles: 0-1, Havertz (42')
Árbitro: Mateu Lahoz. Amonestó a Gundogan, Rudiger, Gabriel Jesús.
Incidencias: Final de la Champions League disputada en el estadio Dragao de Oporto con 17.000 espectadores en las gradas.

1ª parte

La calculada audacia de Pep Guardiola ante la manada de Lobos de Tuchel le llevó a apostar por un once sin especialistas defensivos. Venía de perder los dos últimos partidos ante el Chelsea de Tuchel y apostó por un 4-2-4 en el que Gundogan (12 goles esta temporada en Premier juganda 30 metros más arriba) era el ancla del City. Foden y Bernardo aparecían por los pasillos interiores y Mahrez y Sterling afilaban arriba la propuesta mancunian. Ante tal despliegue ofensivo, se resentían sus capacidades defensivas, lo que le obligaba a mantener la posesión para no asumir tantos riesgos. Pero los londinenses generaban peligro con muy poco. Un balón directo, una prolongación, una diagonal desde la banda... Werner desmostró en tres jugadas en los quince primeros minutos que es un delantero inusual de calidad desbordante e instinto asesino deficiente. Los tres chispazos inquietaron a un Guardiola que pidió más agresividad ofensiva a Foden y a un Bernardo gris. El ejército de espadachines que había alineado no inquietaba a la manada blue. Pudo marcar Foden, pero Rudiger demostró su enorme jerarquía defensiva cruzándose y tapando el disparo del canterano. La partida de ajedrez entre los peones de Tuchel y los alfiles de Guardila era de una igualdad tensa. Y solo cuando el Chelsea descuidaba su guardia al montar un ataque, cuando el City respondía contragolpeando rápido para aprovechar los espacios. Era un partido, por momentos, trepidante. En ese vértigo Werner arrastró a un inocente Stones a la banda con un movimiento de desmarque que descolocadó a la defensa celeste. Entonces se abrió una llanura a la espalda de Rubén Dias que Mount aprovechó para enviar una diagonal a Havertz, quien regateó a Emerson y castigo el grosero error defensivo celeste. Si alguien había rondado el gol habían sido los de Tuchel. Así que no se puede decir que el 0-1 al descanso fuese una sorpresa.

2ª parte

Advirtió antes del inicio de partido Guardiola que sospechaba que la primera parte sería muy distinta de la segunda. Y debía serlo para el City si quería ganar la final. Pero no hubo cambios ni matizaciones tácticas de importancia. El Chelsea cerraba todas las puertas y el City buscaba ventanas por las que entrar. La figura de Kanté se fue agigantando con el paso de los minutos en las segunda mitad. Casi a la misma velocidad que se fueron apagando Mahrez, Bernardo o el mismo Gundogan. El City no era un equipo reconocible. El Chelsea jugaba de memoria. Y entonces ocurrió algo que complicó más la partido al City. Un choque de cabezas entre De Bruyne y Rudiger sacaba del campo groggy al belga. Guardiola lo resolvía poniendo a Gabriel Jesús en punta y a Fernandinho de mediocentro. Dos especialistas en sus posiciones. Lo que desataba a Gundogan, que se desabrochaba para hacer de 'De Bruyne'. El partido era muy accidentado, pero el City ahora sí, era reconocible. Empezaban a llegar las oleadas celestes y Guardiola optó por echar mano de Agüero buscando el gol salvador. Picaba y picaba en la granítica defensa londinense, pero los de Tuchel no se inmutaban y seguían saliendo con alegría cuando tenían ocasión. La impotencia del City contrastaba con la suficiencia del Chelsea. Su frustración con la confianza blue. Y todo con un gran arbitraje de Mateu. Tuvo el empate Mahrez en el descuento, pero los de Tuchel son imbatibles, indestructibles. Y con ese hambre devoraron al Manchester City y a la pizarra de Guardiola. Justo ganador. Esfuerzo y éxito.

El VAR

En el minuto 60 ni Mateu ni el VAR entendieron que era penalti una pelota que terminaba tropezando en la mano de James.
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