Los lunes de David Sánchez: Koeman, al ataque

Koeman aguantó estoicamente la humillación pública del pasado verano, aguantó escuchar a su presidente decir que seguiría en su cargo si no encontraba otro entrenador mejor. Ni una mala cara, ni un mal gesto, es más, Ronald Koeman siempre ha demostrado amor al club defendiendo como el que más a la institución, en el campo y también fuera de él. Y así se lo pagan, con puñalada tras puñalada.

Pero lo de la pasada semana ya no, ver cómo se filtra un borrador de contrato de renovación con cláusulas absurdas que no las aceptaría ni un técnico de benjamines es demasiado. Filtración que decía algo así como que, Koeman renovará su contrato si gana títulos, si juega con un 4-3-3, si tira de la cantera etc.

"Laporta habló demasiado" ha declarado Koeman a un medio holandés, por no decir que Laporta es un bocazas que larga más de la cuenta, y que deja en el aire la sensación de que aquí Koeman no pinta nada, y que le ordenan incluso la forma de jugar (4-3-3) y quién debe jugar (Riqui Puig). Koeman no es un recién llegado a los banquillos de fútbol, tiene más tiros pegados que Jonh Wayne, y no aceptará que nadie, aunque se llame Laporta, venga a decirle cómo tiene que hacer su trabajo. Si no lo querían que lo hubiesen finiquitado el pasado verano. Koeman se marchará a final de esta campaña, Laporta no cree en él, y el holandés está harto de ejercer más de bombero apagafuegos que de entrenador.

Pánico en la Champions, que viene el lobo. El lobo habla alemán, y hace no mucho te metió 8 "bocados" que dejaron tiritando a todo un Barcelona. Esta semana no llega un rival cualquiera, llega el "maldito" Bayern de Múnich, culpable de destrozar el proyecto Bartomeu y de meter al club en su mayor crisis deportiva de su historia. Firmo el empate, pacto de no agresión. Esta gente no hace prisioneros, mejor no cabrear es, un empate y tan amigos. El objetivo es claro, no hacer (una vez más) el ridículo en Europa.

El Barcelona no es candidato a ganar esta Champions, pero debe ser la de esta temporada, prioritario no marcarse un Roma, un Liverpool o un Munich. El Barcelona no puede ni debe ser el hazmerreír del planeta futbolístico. Koeman lo sabe, y debe evitarlo. Caer dignamente es cumplir con las expectativas reales de un club en ruinas y en proceso de reconstrucción.

Dani Olmo. En el próximo mercado de invierno si pueden, irán a por el jugador del Leipzig, que tiene encandilado a Joan Laporta. El club tiene previsto poder ir a ese mercado con dinero suficiente como para acometer una operación importante. No pagarán los 70 millones publicados, pero si están dispuestos a ofertar una cantidad importante para repatriar al de Terrassa. El presidente tiene muy claro que para salir de esta crisis es fundamental hacerlo con gente de la casa, comprometida, y que conozca el club. Dani Olmo podría ser el nuevo Gerard Pique de esta segunda etapa de Laporta.

Cantera al poder. De esta se sale, con paciencia, con la cabeza fría y cantera, con mucha cantera. Es el año perfecto para confiar a tope en los Mingueza, Riqui, Araujo, Collado y cía. No tienes ni un euro en la caja, con lo cual decir que puedes fichar a Haaland o Mbappé es una milonga que no lleva a ninguna parte. Aprovecha y confía en gente de la casa, que muere por esa camiseta, que conoce el club, a su gente y que lleva el ADN Barça en la sangre. A Collado nadie le tiene que contar lo que supone jugar en el Barcelona, a Trincao si, y encima se lo contaron mal, visto lo visto.