Real Madrid-Valladolid: Courtois y diez más (1-0)

En su particular política de activación del grupo y con el mercado de fichajes a días de cerrarse, Zidane volvió a sorprender en su once con la inclusión de Odriozola y Marcelo en los laterales. Dos carrileros largos y ofensivos para hacer el campo ancho lo que evidenciaba el planteamiento de Zizou, que además repetía con el rombo en el medio, dejando a Casemiro de factor corrector con Isco por detrás de Benzema y Jovic. Un once coherente para proponer ante un equipo rocoso como el Valladolid siempre replegado. Necesitaba presencia en el área, con el serbio, laterales que pisasen la línea de fondo para colgar centros, y a Benzema asociándosse con Modric e Isco. Un disparo de Valverde y una contra finalizada por Jovic únicos avisos de los blancos. Un remate aislado de Weismann y una contra en la que Óscar Plano eleigió mal, la respuesta de los pucelanos. Los blancos se fueron diluyendo como el azúcar y el Valladolid creciendo desde el trabajo y el equilibrio de su doble pivote. Un disparo de Waldo a los 41 cerraba una primera parte que se fue tiñendo de morado ante un Real Madrid indolente en la actitud y ofensivo en el dibujo. El balance para Zizou era descorazonador; Jovic desaparecido, Odriola distraido, Isco intrascendnte... Sergio, por contra, se marchaba contento al vestuario.

Jovic dejó otro brote verde con un remate en un córner que salvó Roberto y Casemiro mandó al larguero cuando era más difícil fallarla que meterla. Pero el Madrid se fue abandonando al ataque y el Valladolid montó varios contras, una de ellas con un paradón a Weismann abajo. Una de esas paradas que sostienen a un equipo en un partido. Zidane decidió mover ficha porque el partido estaba tomando un cariz preocupante. Odriozola se fue tocada, Isco desaparecido y Jovic frustrado por no marcar. Entraban Vinicius, Carvajal y Asensio. Pasaban lo sminutos y el Madrid no terminaba de imponer ni su juego ni su pegada. Y entonces llegó una jugada desgraciada de toda la zaga del Valladolid que regaló un balón a Vinicius, que cruzó a la red abriendo el marcador en el 65. Pese a ganar, el Real Madrid seguía siendo un equipo gris, denso, plomizo. Courtois volvió a salvar a los blancos con otra mano a disparo de Carnero y otra a un disparo lejano. Sergio fue acumulando atacantes y los morados fueron apretando el nudo de la corbata de Zidane. Pudo sentenciar primero Vinicius y luego Modric con un tiro al palo, pero la sensación agónica de los blancos en los últimos 25 minutos no es propio de un equipo que se anuncia candidato a todo.