Deportes populares
Todos los deportes
Mostrar todo

1954: No ganaron los 'magos'

Eurosport
PorEurosport

Publicado 01/06/2014 a las 17:39 GMT

Cuatro años después del frenesí vivido en el estadio de Maracaná, el trofeo Jules Rimet volvió a Europa. Aunque a priori la cita de Suiza se preveía como mucho más tranquila y relajada, sobre el terreno de juego se vivió un espectáculo apasionante.

1954 World Cup Austria celebrate 7-5 victory over Switzerland in quarter-final

Fuente de la imagen: Other Agency

Hungría era la gran favorita. En su alineación aparecían Puskas, Bozsik, Kocsis y Hidegkuti. Los magiares no conocían la derrota en los últimos 28 partidos que habían disputado y se habían colgado la medalla de oro en los Juegos Olímpicos. Sin embargo, después de la tristemente famosa 'Batalla de Berna' contra Brasil (que se saldó con tres jugadores expulsados y una auténtica pelea en los vestuarios entre los miembros de ambos equipos), los húngaros perdieron el norte.
En 1954, el Mundial que se celebró al pie de los Alpes suizos escaló nuevas cumbres. En la fase de clasificación participaron más países que en cualquier otro campeonato anterior. Con la fundación de la Confederación Asiática de Fútbol (AFC), el torneo también incluyó a las selecciones de Corea y Japón. Con ellas, y con la inclusión de Egipto, este evento deportivo asumió una auténtica representación mundial.
En la fase final participaron 16 selecciones, tres más de las que habían participado cuatro años antes en Brasil. Latinoamérica estuvo representado por Uruguay, Brasil y México. Por parte de Asia, se clasificó Corea (el primer equipo asiático clasificado para una fase final había sido el de las Indias Holandesas Orientales, en 1938). Las selecciones europeas que pasaron a la fase final fueron Alemania, Austria, Bélgica, Checoslovaquia, Escocia, Francia, Hungría, Inglaterra, Italia, Suiza, Turquía y Yugoslavia.
picture

Mundial de 1954

Fuente de la imagen: Imago

Un conjunto 'mágico'
La calidad del fútbol que se presenció en las cinco sedes (Basilea, Berna, Lausana, Zúrich y Ginebra) alcanzó cotas espectaculares. En los 26 partidos que se disputaron se marcaron un total de 140 goles, lo que arroja un promedio de 5,38 tantos por encuentro. Ni que decir tiene que esterécord se ha perpetuado hasta hoy en día.
La selección húngara, medalla de oro en los Juegos Olímpicos celebrados dos años antes, e imbatida desde mayo de 1950 (31 partidos: 27 victorias y 4 empates), era la indiscutible favorita. Los 'Magiares Mágicos', que contaba en sus filas con Ferenc Puskas, Jozsef Boszik y Sandor Kocsis, hicieron gala de su gran clase desde el comienzo de esta cita y aplastaron a Corea con un rotundo 9-0, justo antes de imponerse por 8-3 a una Alemania que a todas luces se encontraba muy por debajo de sus posibilidades.
Todavía en racha, Hungría venció a Brasil (4-2) en un electrizante choque de cuartos de final, que terminó a golpes en los vestuarios, con jugadores, entrenadores y representantes de las dos delegaciones enzarzados en una auténtica batalla campal.
Las sorpresas llegaron de la mano de otros dos equipos europeos. Suiza dio la primera al superar a Italia y convertirse en la artífice de su 'humillante' eliminación en la primera ronda de la competición. Por su parte, Alemania recorrió con aplomo el camino hasta la final, en la volvió a encontrarse con los húngaros.
picture

Fritz Walter and Ferenc Puskás, captains of Germany and Hungary, before 1954 World cup final

Fuente de la imagen: Imago

Los aficionados esperaban asistir a un nuevo espectáculo de magia húngara. De hecho, Hungría consiguió tomar una ventaja de dos goles en el marcador. Durante diez inolvidables minutos, los germanos lucharon hasta conseguir el empate pero, pese a ello, lo mejor del partido estaba todavía por llegar. Después de que un disparo húngaro se estrellara en el poste de la portería contraria, Helmut Rahn marcó para Alemania el gol de la victoria a tan sólo seis minutos del final. Lo consiguió en una jugada en la que Gyula Grosics, guardameta húngaro, resbaló en el césped mojado cuando se disponía a hacerse con el balón.
El estadio Wankdorf de Berna se convirtió así, el día 4 de julio de 1954, en el escenario de una de las mayores sorpresas que jamás haya deparado un Mundial. Como ya la historia se ha encargado de demostrar, esta Copa del Mundo fue la piedra angular sobre la que Alemania fundó sus futuros éxitos.
Únete a Más de 3 millones de usuarios en la app
Mantente al día con las últimas noticias, resultados y deportes en directo
Descargar
Compartir este artículo
Anuncio
Anuncio