La Supercopa de los relatos extraordinarios: no se puede pedir más en solo dos ediciones
PorEurosport
Publicado 11/01/2022 a las 22:31 GMT
Las dos únicas ediciones de la Supercopa de España con formato de cuatro equipos han dejado momentos inolvidables y que trascendieron mucho más de lo que se vio sobre el campo. El detonante del despido de Ernesto Valverde, el único gol de Griezmann al Atlético, la patada de Valverde a Morata, la única expulsión de Messi o la trompeta de Asier Villalibre son algunos de esos hechos extraordinarios.
No han podido pasar más cosas en sólo dos Supercopas jugadas en formato ‘final four’. Más allá de dónde se juegue el torneo, si en Arabia Saudí o en la Cartuja de Sevilla debido a la pandemia, el aficionado al fútbol español recuerda lo mucho que pasó dentro y fuera del terreno de juego en las ediciones de 2020 y 2021.
La primera vez de esta Supercopa en Arabia Saudí vio proclamarse campeón a un Real Madrid que la temporada anterior no ganó ningún trofeo nacional y ni tan siquiera fue subcampeón de Liga ni Copa. Los criterios de por qué participó el club blanco nunca fueron del todo explicados por la Real Federación Española de Fútbol, pero lo más polémico no fue ese debate de por qué había participado el Real y no otro, sino la patada que cambió la final.
Álvaro Morata se iba solo contra Thibaut Courtois cuando la final agonizaba con empate sin goles e iba camino de la prórroga. Entonces, apareció el centrocapista uruguayo para derribarle por detrás sin contemplaciones y evitar ese más que presumible gol que hubiera hecho campeón al Atlético en el tiempo reglamentario.
Esa antirreglamentaria acción ganó la final y hasta Simeone lo vio tras caer derrotado en la tanda de penaltis después de que el Real Madrid resistiera toda la prórroga con un hombre menos: “Hizo lo que tenía que hacer, fue la jugada más importante del partido”.
El caso es que Zidane ganó una nueva final como entrenador del Real Madrid y ese título al que no acudían como favoritos les catapultó para retomar el liderato en Liga y ganar al Barça pocas semanas después, justo antes del confinamiento.
La Supercopa que finiquitó a Valverde
Aquella Supercopa fue el fin de ciclo de Ernesto Valverde. El Barça llegó a Arabia como líder de LaLiga y siendo el máximo favorito, pero en un partido completamente roto, fue incapaz de imponerse al Atlético de Madrid en su semifinal. Los azulgrana dieron la vuelta al gol inicial de Koke gracias a Messi y un Griezmann que marcó su primer, único y último gol al Atlético vestido de culé.
Tras hacer las maletas y poner rumbo de vuelta a Barcelona, Bartomeu sentenció a Valverde y apostó por Quique Setién, entrenador con el que el Barça perdió el Clásico de Liga, el liderato, la Liga post confinamiento y el 8-2 de Lisboa contra el Bayern. Esa derrota fue una causa-efecto catastrófico.
La trompeta de Villalibre nunca volvió a sonar
El corro de los jugadores del Athletic Club acompañando con su baile el son de la trompeta de Asier Villalibre sólo se ha visto una vez. Concretamente en la Cartuja de Sevilla cuando los Leones ganaron al Barça la final de la última Supercopa, con Marcelino García Toral recién llegado al banquillo.
El gesto de la trompeta dio origen a numerosos memes, igual que la única expulsión que ha sufrido Leo Messi en España. El argentino perdió los papeles en los últimos minutos de la prórroga, precisamente contra Asier Villalibre, y vio la tarjeta roja. Aquel fue su momento más bajo como jugador del FC Barcelona.
Aunque Leo podría resarcirse ante Villalibre y su trompeta, ya que semanas después y en ese mismo escenario, dio al Barça una Copa del Rey más y levantó su último título como azulgrana. A diferencia de la Supercopa, el Athletic ni compareció en esa final copera. Aunque no está de más recordar que rojiblancos y Real Sociedad acudieron como finalistas de Copa a ese trofeo. Es decir, su final no se jugó por el aplazamiento por el covid y ese torneo no tuvo a ningún vigente campeón presente. Cosas del formato y del fútbol que ha dejado la pandemia.
¿Qué pasará en esta tercera edición?
Riad verá tres partidos de Supercopa y, muy probablemente, hechos igual o más extraordinarios que estos. Un trofeo de verano ha sido capaz de convertirse en una competición que importa y que construye relatos maravillosos. Aunque Raúl García tenga razón.
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