Fracasar y levantarse: ecuación imposible para España

Los que pensasen que la Roja se iba a recomponer del día a la mañana, han de armarse de paciencia. El carácter cíclico del fútbol muestra patrones similares a lo largo de la historia. Igual que España está sufriendo para recuperar su nivel previo al Mundial de Brasil, otras selecciones pasaron por épocas grises antes de volver a la senda del éxito. Francia tardó en carburar tras su fracaso en Corea y Japón 2002, igual que Brasil tras su varapalo en Alemania 2006 e Italia en el Mundial 2010. Dos datos reveladores: ninguna ganó el partido posterior a una Copa del Mundo penosa y todas ellas cambiaron más jugadores que España.

Liderados por Zidane, Trezeguet, Thuram, Desailly y Pires, los campeones del Mundo en 1998 y de Europa en 2000 fracasaron estrepitosamente en Corea y Japón 2002. Igual que España, los galos cayeron en la primera fase. Senegal (0-1), Uruguay (0-0) y Dinamarca (1-0) derrotaron a la escuadra francesa, atónita ante un desenlace tan inesperado.

En el primer partido posterior al campeonato del Mundo, Francia empató a uno con Túnez. Se dio la curiosa circunstancia de que el seleccionador galo en la cita asiática, Roger Lemerre, conducía a los africanos. Jacques Santini modificó a nueve hombres conforme al equipo titular de Francia en el Mundial (tan solo mantuvo a Henry y Thuram). En España cambiaron siete jugadores y se mantienen cuatro conforme al equipo que perdió ante Holanda (continuaron Costa, Busquets, Azpilicueta y Ramos).

Tras el tropiezo ante Túnez, Francia se lució antes de la Eurocopa de Portugal. El equipo galo venció la mayoría de sus amistosos y partidos de clasficiación para el campeonato europeo, incluidas dos victorias por 0-3 ante Alemania y 0-2 ante Bélgica. Los ‘bleus’ lograron imponerse en la Copa Confederaciones en el verano del año 2003, pero, cuando llegó la cita en Portugal, fracasaron estrepitosamente. La victoria en la fase de grupos ante Inglaterra maquilló el campeonato, pero los griegos, a la postre campeones, eliminaron a Francia en cuartos gracias a un gol de Charisteas. Dos años después, se redimirían alcanzando la final del Mundial 2006.

El Mundial 2002 empieza a convertirse en un vago recuerdo. La Brasil de Ronaldo se impuso a todo y a todos para lograr el quinto entorchado mundialista. Cuatro años después, con Ronaldinho, Kaka y Juninho conduciendo la orquesta, el trompazo fue considerable. Los brasileños cayeron ante Francia, posterior campeona, en cuartos de final.

Igual que España, Brasil naufragó en su primer partido posterior al Mundial. La 'canarinha' empató a uno ante Noruega. Los sudamericanos solo mantuvieron a Juan, Lucio y Gilberto Silva conforme al once que cayó ante Francia. Posteriormente, en el año 2008, Brasil lograría imponerse en la Copa América, gracias, en gran parte, a un Julio Baptista estelar. Los brasileños vencieron 0-3 a Argentina en la final. Tras repetir éxito en la Copa Confederaciones, volvería a naufragar en el Mundial de Sudáfrica, al caer ante Holanda en cuartos de final.

La senda de Italia en los últimos años es un camino sinuoso que alterna rozar el éxito y zambullirse en el fracaso. En el Mundial 2010, tras ganar en Alemania 2006, cayeron en la primera fase, tras sus tropezones ante Paraguay (1-1), Nueva Zelanda (1-1) y Eslovaquia (3-2). Los transalpinos firmaron un ridículo muy parecido al de España en Brasil, justo después de haber firmado una Eurocopa potable, tras caer ante España en cuartos en el año 2008.

El primer choque posterior al fracaso de Sudáfrica mostró a un equipo débil. Los italianos cayeron ante Costa de Marfil por un gol a cero. Los italianos cambiaron de técnico (Prandelli por Lippi) y el once que alinearon ante los africanos fue radicalmente distinto: Tan solo se mantuvieron en el once tres jugadores de la escuadra titular de Sudáfrica (Chiellini, De Rossi y Pepe).

El equipo conducido por Prandelli firmó una Eurocopa fantástica dos años después, alcanzando la final en Polonia y Ucrania. La ‘azzurra’ pasó por encima de Alemania en semifinales pero no pudo hacer lo mismo ante España, que la arrolló en la final con cuatro goles. El fracaso ha vuelto ha convertirse en la bandera italiana en el Mundial de Brasil, tras caer en la primera fase ante Costa Rica y Uruguay.