US Open 2015, Kohlschreiber-Federer: Una semana de trámite (3-6, 4-6 y 4-6)

Roger Federer. El Expreso de Basilea sigue caminando con paso firme por Flushing Meadows. Derrotó a un rival al que conoce sobradamente y con el que comparte entrenamientos, confirmando una vez más que alcanza el último Grand Slam del año en una gran forma y dispuesto a rebatirle el favoritismo a Novak Djokovic.

Philipp Kohlschreiber. Su paso por la Arthur Ashe apenas fue el de un convidado de piedra. Federer lo superó en todo momento y tan sólo unos breaks puntuales recordaron que el partido era oficial y no un mero entrenamiento matinal.

No por ser una escena vista cientos de veces deja de sorprender. Lo que para otros son tareas inhumanas, para Roger Federer no pasa de rutinario. Su clasificación para los octavos de final del US Open ha sido una de las más plácidas de los últimos años, recalcando que a su elegancia innata ha unido un estado de forma excelso capaz de estar a la altura del de Novak Djokovic, el gran dominador del circuito en la actualidad.

En la Arthur Ashe no se vio ni un exceso de energía gratuito por parte del suizo. Asestó los breaks cuando convenía, bien para tomar una ventaja decisiva en el set o para corregir alguno de los escasos sustos de un Kohlschreiber incapaz de mantener la mirada al de Basilea. El calor y la humedad presentes en Nueva York durante todo el torneo no afectan en absoluto a la finura de Roger Federer, que descansa esperando su turno en octavos de final, una nueva cita para que la afición tenística estadounidense vuelva a deleitarse con el suizo.

Novak Djokovic y Roger Federer viven en una dimensión paralela dentro del circuito ATP. La superioridad con la que han afrontado la primera semana de competición en Nueva York hace que sea muy difícil imaginar una final en la que no se vayan a afrontar. La revancha del Masters 1000 de Cincinnati para el serbio parece servida, y Federer querrá prorrogar su estado de inspiración.