US Open 2016, octavos, Rafa Nadal-Lucas Pouille: Territorio (semi)desconocido (21:00)

Rafa Nadal tendrá una sensación extraña cuando atraviese el pasillo de vestuarios de la Arthur Ashe antes de comenzar su partido de octavos de final del US Open 2016. Ha pasado ya un año y dos meses desde que el hoy número cinco del mundo según la ATP no alcanza la segunda semana de competición -aunque el partido se disputa el domingo se entiende por segunda semana los octavos de final-. Los cuartos de final de Roland Garros 2015 parecen muy lejanos en el tiempo, toda vez que Nadal ha sufrido uno de sus bajones anímicos más grandes de su carrera deportiva desde que Djokovic lo eliminara en aquellos cuartos de final en la Philippe Chatrier y ahora está viviendo su enésima resurrección deportiva.

Ya en Roland Garros 2016 comenzó a adivinarse una nueva versión de Nadal, mucho más agresiva, buscando acortar los puntos y despachando rivales de forma contundente, pero su lesión de muñeca lo frenó en seco hasta los JJ. OO., en los que demostró que la confianza perdida ya no era un problema. En Nueva York, Nadal está volviendo a gozar sobre la pista de tenis, y la afición lo hace junto a él, jaleándolo en cada punto espectacular, sin piedad ante sus rivales.

Esa nueva redefinición de Nadal lo ha llevado de nuevo a unos octavos de final, superando ya su actuación del año pasado en territorio neoyorquino, cuando Fabio Fognini lo apeó del torneo en un partido eterno y desesperante en el que el español luchaba contra sus demonios internos sin éxito. Kuznetsov no se convirtió en una nueva pesadilla y ya le espera a la vuelta de la esquina el francés Lucas Pouille, 22 años de descaro y con un punto de garra extra respecto a lo que suelen ofrecer los tenistas de la escuela gala. Pouille apeó a Bautista en un partido bastante exigente que parecía que tenía dominado el tenista español, pero finalmente consiguió remontarlo y evitar un duelo fratricida en octavos.

Rafa Nadal intentará volver a llevar la iniciativa del partido, manteniendo su confianza y conectando rápido con una Arthur Ashe que lo tiene como su ojito derecho después de ver las dudas de Murray y la falta de competición propiamente dicha de Novak Djokovic. La única incógnita es ver si a Nadal le pesa la presión de pisar un territorio, si no desconocido, sí poco transitado por él en los últimos tiempos. Para que se pueda considerar que Nadal está de vuelta, con todas las de la ley, debe demostrar el mismo nivel ante Pouille que terminó llevando a Kuznetsov de vuelta a Rusia con una clara derrota en la mochila.