US Open 2016, semifinales: Stan Wawrinka-Kei Nishikori: Cuestión de gasolina (4-6, 7-5, 6-4 y 6-2)

Stan Wawrinka. Desde el principio del US Open 2016 el suizo ha asumido su responsabilidad como tercer cabeza de serie, superando a todos los rivales que se cruzaron en su camino con eficacia y un motor diésel que le ha permitido ir aumentando su rendimiento a medida que avanzaban los partidos. Tendrá mucho que decir en la final del domingo ante Novak Djokovic.

Kei Nishikori. El japonés consiguió la gran machada del torneo hasta el momento dejando en la cuneta a Andy Murray, pero terminó pagando todos los esfuerzos físicos del últimos mes, los acumulados en Río de Janeiro junto a los de estas dos semanas en Nueva York. Está en un gran momento de forma y será protagonista en la recta final de la temporada, ya sin partidos a cinco sets.

A Kei Nishikori le duró la gasolina una hora en la semifinal que lo cruzó con Stan Wawrinka. Eso sí, fueron 60 minutos de tenis puro, con una limpieza y una claridad de ideas que a más de uno le hicieron pensar en un desenlace rápido y negativo para Wawrinka. El suizo se rebeló contra estos pensamientos y demostró una vez más que no hay que darlo nunca por muerto, que a él le gustan más los partidos de largo recorrido, en los que tarda en entrar en calor, pero cuando lo hace consigue sacar del carril a todos sus oponentes.

Tras ceder el primer set, Wawrinka tuvo que remar contracorriente y levantar un break en contra en el segundo. Lo consiguió y a partir de ahí aprovechó que el físico comenzaba a abandonar a Nishikori, cada vez más sufridor al otro lado de la pista. En la tercera manga hubo una pequeña amenaza cuando hubo un breve parón de siete minutos para desplegar el techo retráctil, pero Wawrinka hizo gala de una psicología de hierro. No acusó el tiempo parado y siguió por los mismos derroteros, cerrando rápidamente el tercer set y pisando el acelerador de forma definitiva en el cuarto anulando cada conato de reacción de un Nishikori acalambrado. La actuación de Wawrinka, igual que la que firmó ante Juan Martín del Potro, fue sencillamente perfecta desde el punto de vista táctico.

Stan Wawrinka está ante una posibilidad muy factible de seguir engrosando su palmarés de Grand Slams -tiene un Open de Australia y un Roland Garros-, dados los problemas físicos y la falta de rodaje serio que ha tenido Novak Djokovic por el otro lado del cuadro. Wawrinka sí tiene ritmo competitivo real y demuestra que sabe madurar los partidos a su antojo para rematarlos cuando las fuerzas de su rival flaquean.