Deportes populares
Todos los deportes
Mostrar todo

Billie Jean King y Serena Williams mezclan churras con merinas

Álvaro Ferreres

Actualizado 11/09/2018 a las 17:45 GMT

Posee ese aire de mito y leyenda de las viejas glorias. Es, sin duda, una de las mejores tenistas de la historia y un icono del feminismo de antes y de ahora.

Billie Jean King y Serena Williams

Fuente de la imagen: Eurosport

Abandera, como tantas otras mujeres deportistas, la lucha por la igualdad de género que ella conquistó y mostró al mundo en un partido memorable que tuvo lugar en 1973. Bobby Riggs, exnúmero uno del mundo, fue su víctima en un envite en el que la victoria de Billie Jean King reclamó, con un impacto mediático sin precedentes, la igualdad entre mujeres y hombres en el deporte. Ella fue la responsable de que en 1973, hace la friolera de 45 años, las mujeres recibieran el mismo premio en metálico que los hombres en el US Open. Su legado es de un valor incalculable para el mundo del deporte y para que la igualdad entre hombres y mujeres sea, algún día, una realidad y no un simple eslogan vacío. Sin embargo, que Billie Jean King defienda la actitud de Serena Williams en la final de este US Open por "denunciar el doble rasero" que sufren ellas en el mundo del deporte es incomprensible.
Una actitud que lamentablemente ha tomado gran parte de la opinión pública en los Estados Unidos, donde la menor de las Williams es venerada como lo que es, la mejor tenista de la historia. Pero una cosa no quita la otra. Su actitud es reprochable en forma y modo. Fue antideportiva, rompiendo el partido y convirtiendo en un circo un segundo set donde se jugó a cualquier cosa menos a tenis. Fue maleducada y mal encarada con el juez de silla Carlos Ramos, al que insultó y amenazó, y especialmente con su rival, a la que le robó todo el protagonismo en el momento más importante de su carrera deportiva. Fue injusta, dado que cada una de las decisiones del juez de silla estaban justificadas y respaldas por un código de conducta conocido por todos, tal y como ha reconocido la propia ITF. Y fue demagoga con un discurso esperpéntico tanto en la entrega de trofeos, pese al intento de ayudar a su abochornada rival, como en la rueda de prensa posterior. Serena Williams cometió un error muy grave. Sin más. Ahora bien, justificar su actitud por el supuesto comportamiento machista de Carlos Ramos es, hablando en plata, mezclar churras con merinas.
Únete a Más de 3 millones de usuarios en la app
Mantente al día con las últimas noticias, resultados y deportes en directo
Descargar
Temas relacionados
Compartir este artículo
Anuncio
Anuncio