Wimbledon 2016, Williams-Beck: Un domingo para despejar dudas (6-3 y 6-0)

Serena Williams. La estadounidense no quiere que haya más sorpresas ni sustos en su camino hacia el título de Wimbledon. Tras dudar mucho en su eliminatoria de segunda ronda frente a Christina McHale, la menor de las Williams volvió a mostrar una solidez constante de principio a fin del partido para asegurar su presencia en la segunda semana de competición por la vía rápida.

Annika Beck. La alemana pareció derrotada en el momento de quebrarle el primer servicio a Serena Williams. Su break no fue más que una bala de fogueo que despertó la competitividad de la estadounidense y fue el punto de inflexión para confirmar una eliminación tan rápida que apenas fue indolora.

No es frecuente jugar en el Middle Sunday en Wimbledon, pero todo lo sucedido en la última semana llevó a que Serena Williams se jugara su pase a octavos de final en un día programado para el descanso en Londres y con muchas dudas en torno a su tenis y su autoproclamada fortaleza mental. McHale, conocedora como pocas de las virtudes y defectos de Williams, la llevó hasta los límites de su paciencia y se vio a la número uno romper una raqueta, lo que le supuso una multa de 10 000 dólares. Serena aseguraba que aquello no era indicativo de nada, que la situación estaba bajo control.

No mintió la de Saginaw, que tampoco tuvo en Annika Beck una rival capaz de desquiciarla y buscar sus puntos débiles. La europea, situada en una discreta posición del top 50, llegó a romperle un servicio, pero no fue más que un brindis al sol que Williams rápidamente echó por tierra con su tenis contundente. Su principal seña de identidad volvió a brillar en la jornada de precios populares para la afición y, ahora sí, Serena vuelve a ser la absoluta favorita de un título que ya ha conquistado tantas veces -seis- que pocos contemplan un escenario diferente dentro de exactamente siete días.

Lo apabullante del palmarés de Serena Williams lleva a que la exigencia sobre la tenista originaria de Saginaw sea mucho mayor que para el resto de tenistas del circuito. Eso no impide destacar que, dentro de la habitual ciclotimia que representa Wimbledon, donde los dos últimos campeones de Roland Garros -Novak Djokovic y Garbiñe Muguruza- ya están de vuelta en sus domicilios, Williams ha sabido sobrevivir. Con sustos, sí; pero con convicción, Serena Williams sigue con su séptimo Wimbledon entre ceja y ceja.