Blog Murciego: El reencuentro de Halep
Publicado 17/08/2022 a las 14:51 GMT+2
Su título en Toronto responde a la pregunta que nos hicimos todos a principio de temporada: ¿Le queda todavía cuerda a Simona Halep? La respuesta es afirmativa, aunque este regreso a la élite no hubiera sido posible sin la figura de Patrick Mouratoglou y su arte para la palabra.
El reencuentro de Halep
Fuente de la imagen: Getty Images
Por si el circuito femenino no estaba ya bastante travieso, por si el vestuario no tenía ya suficiente profundidad, ahora llega Simona Halep y dice que, con casi 31 años, todavía tiene apetito por ganar. La rumana ha firmado una remontada progresiva a lo largo de este 2022, empezando con una dosis justa de confianza pero con el impulso categórico de Patrick Mouratoglou a su lado, el hombre que la convenció para no colgar la raqueta. El francés tenía muy claro que a la rumana todavía le quedaba mucho por darnos y, visto lo visto en el pasado WTA 1000 de Toronto, no se equivocaba.
Claro, que para volver a la cima, antes hay que bajar a los infiernos, o algo parecido. Puede que quedarse colgando del top20 no suponga un drama para casi ninguna jugadora, al fin y al cabo, sigues siendo cabeza de serie en los grandes eventos y apenas tienes un grupo de chicas por delante. Sin embargo, si llevas siete calendarios consecutivos formando parte del top10, liderándolo durante 64 semanas y representado a la tenistas más constante de la década, ese descenso puede que signifique mucho más. Si además vienen las lesiones a visitarte y te obligan a perderte buena parte de la gira de arcilla –incluido Roland Garros–, lo normal es que a final de curso te pares a pensar sobre tu futuro.
Halep estuvo en ese rincón de pensar durante la pretemporada de 2022, dándole vueltas a todo lo que había logrado a lo largo de su carrera, toda una vida entregada a su profesión, hasta el punto de sacrificar su propio cuerpo con tal de aumentar su rendimiento sobre la pista. Ella siempre creyó que podría ser la mejor, por eso tocó el cielo tantas veces. Ahora, ya en la treintena y felizmente casada, lo que le faltaba era precisamente eso, la seguridad de que su tenis todavía tenía cabida en un vestuario descontrolado y repleto de múltiples campeones. Una llamada de Patrick Mouratoglou le abrió la puerta a la esperanza, técnico reconocido por su labor junto a Serena Williams, Stefanos Tsitsipas, Holger Rune o Cori Gauff, además de dirigir de su propia Academia en Biot. Un perfil comercial, amante de las entrevistas, pero comunicador como pocos. Su mensaje no tardaría en calar en la mente de la rumana.
No ha sido fácil, lo reconozco, soy una persona muy tímida, todos lo sabéis. En general soy muy introvertida, me cuesta confiar, necesito cierta comodidad, pero con él me sentí cómoda desde el primer momento. Veo que aprecia mi juego, tal como soy, así que fue fácil comunicarnos. Le expliqué lo que siento durante los partidos, antes de los partidos y después de los partidos. Todo fluye de manera natural y abierta, por eso ha podido ayudarme de inmediato”, reconocía Simona durante el pasado Mutua Madrid Open, donde llegó a los cuartos de final.
¿Solo cuartos de final? Suena a poco teniendo en cuenta el CV de nuestra protagonista, pero era mucho más de lo que ella pensaba hacer en pretemporada: colgar la raqueta. Curiosamente, las buenas noticias no abundaron durante esta gira de tierra batida; sería en la hierba donde el instinto de la jugadora de Constanza volvería a entrar en ebullición. Semifinales en Birmingham, semifinales en Bad Homburg y semifinales en Wimbledon. Hace tan solo tres días, campeona del WTA 1000 de Toronto, la tercer vez que conquista Canadá, la novena ocasión que levanta un título de esta categoría. Todo el impulso sobre césped terminó cogiendo forma en el cemento norteamericano, empujando a Halep de nuevo al Nº6 del ranking WTA. Las claves de esta evolución las dibujó la propia jugadora tras su triunfo.
Soy una persona diferente, he cambiado mucho desde entonces, pero la felicidad de ganar un título es la misma. Este torneo es muy importante, muy grande, aquí juegan las mejores jugadoras. Es una gran victoria, la abrazo totalmente y sé que me dará un extra de confianza para creer en que hay muchas cosas más. Cuando empecé el año no tenía mucha confianza y me marqué como objetivo ser top-10 a final de temporada... y aquí estamos. Es un momento muy especial, lo voy a disfrutar”, confesó con ese brillo en los ojos que por momentos había desaparecido.
No se enfaden si su filosofía choca con las artes y fantasía de Mouratoglou, porque aquí no queda otra que reconocer su labor. Por supuesto que el francés no es quien está en pista para meter ese revés paralelo, ni el que corre en la cinta dos horas al día, y por supuesto que no le ha enseñado a jugar al tenis. Pero sin Patrick sin su lenguaje motivacional y su buen trato diario, Halep llevaría ya unos meses disfrutando de la jubilación y pensando en ser mamá. “Pero aquí estamos”, como dice ella. Compitiendo en los grandes escenarios y volviendo al lugar que se merece. Su tenis nunca se fue, solo hacía falta una persona que se lo recordase, que cambiara su inseguridad por numerosas inyecciones de confianza. Ahora que ya lo tiene todo, que siga la fiesta.
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