Juegos Olímpicos de Tokio 2020 | Las claves de la debacle de Estados Unidos ¿Siguen siendo la favorita al oro?

En menos de dos semanas arranca el baloncesto en los Juegos Olímpicos y a día de hoy, la selección de Estados Unidos se encuentra en un mar de dudas con la sensación de no saber cómo de favoritos se sienten para revalidar un oro que lleva ganando consecutivamente desde 2008.

La pasada madrugada los estadounidenses cayeron ante Australia por 83-91 en Las Vegas. En su segundo partido de preparación para Tokio, el jugador de los San Antonio Spurs Patty Mills fue el verdugo de los locales anotando 22 puntos (10 de ellos en el último cuarto) para ganar un partido donde fueron superiores a sus rivales siendo claves los también NBA Joe Ingles (17 puntos) y Matisse Thybulle (12 puntos). Esta es por tanto la segunda derrota consecutiva tras tropezar contra Nigeria hace escasos dos días. Un hecho histórico que solo ha ocurrido tres veces en la historia desde que hay jugadores NBA en sus filas.

Pese a ser partidos preparatorios, el equipo de Gregg Popovich se encuentra con una sensación inédita de cara a las olimpiadas: La sensación de no ser invencibles. Este hecho unido al séptimo puesto conseguido en el Mundial de China ha provocado que salten todas las alarmas. Aunque los americanos cuentan con una plantilla de grandes nombres como Kevin Durant, Damian Lillard y Devin Booker entre otros, existen diversos factores que explican esta debacle.

Uno de los principales focos de las críticas van dirigidas al seleccionador. El mítico entrenador de los Spurs Gregg Popovich heredó de Mike Krzyzewski el testigo de entrenador jefe en 2019. Su mala temporada NBA, su peor actuación en el pasado mundial y su pésimo rendimiento hasta el momento hace entender que puede que no sea el candidato idóneo para dirigir este tipo de torneos, quedando totalmente señalado. Otra de las razones es el cansancio acumulado de los jugadores.Tras dos temporadas muy largas con pandémia incluida y poco descanso, los internacionales llegan al límite físicamente a este tipo de eventos, pudiendo no ser todo lo superiores que a priori se espera de ellos.

La juventud de la plantilla y la falta de centímetros son también determinantes. Acostumbrados a las apariciones de Lebron James, Kobe Bryant, Dwayne Wade y Carmelo Anthony, jugadores jóvenes como Jerami Grant, Zach LaVine o Bam Adebayo tienen un gran potencial pero carecen de experiencia, poniendo aún más responsabilidad en los hombros de veteranos como Kevin Durant y Draymond Green, ambos ya medallistas con su selección. Este último con su escasos dos metros apunta a liderar una pintura enfocada al small-ball. Se optó por no seleccionar a ningún “cinco puro” como DeAndre Jordan o Mason Plumlee y el rebote está siendo hasta el momento una de las lacras del equipo. Además, cabe destacar el mérito del baloncesto ejercido por el resto de selecciones que se enfrentan a Estados Unidos, con jugadores NBA en sus filas que desarrollan un juego similar al americano logrando una mayor paridad en resultados en los últimos años.

Estas razones explican que aunque sigan siendo uno de los principales favoritos, ya no son intocables y pueden caer eliminados antes de la final sin ser una gran sorpresa. En su hoja de ruta aún les quedan tres amistosos. El martes se medirán a Argentina, el jueves repetirán contra Australia y el domingo finalizarán su preparación jugando contra la selección española. Los estadounidenses nunca han perdido tres partidos de manera consecutiva con jugadores NBA. ¿Conseguirán retomar el vuelo o continuarán haciendo historia en lo negativo?