Athletic-Oporto: Sin pena ni gloria (0-2)

0. Athletic: Iraizoz; De Marcos, Gurpegi, Laporte, Balenziaga; San José, Mikel Rico; Susaeta (Iraola 45), Beñat (Munian 45), Ibai Gómez (Viguera 73); y Fernández.

2. Oporto: Fabiano; Danilo, Martins Indi, Maicon, Alex Sandro; Casemiro, Herrera, Óliver Torres (Neves 82); Brahimi (Adrián 90+1), Martínez y Tello (Quaresma 60).

Goles: 0-1, Jackson Martínez, min.56; 0-2, Brahimi, min. 74.

Árbitro: Felix Brych, alemán, amonestó a Alex Sandro (17), Gurpegi (20).

La ilusión y las caras felices por saltar al campo y escuchar el himno de la Champions tornan en preocupación y responsabilidad cuando los equipos se juegan el pase a la siguiente fase o la eliminación.

Así debían de sentirse los jugadores en el campo, tanto los de un equipo como los del otro, que comenzaron el encuentro un tanto nerviosos y cometiendo muchas imprecisiones que llevaron a que las primeras ocasiones claras llegasen a balón parado.

El Athletic no sabía como sobrepasar la presión del Oporto en el centro del campo; insistían con balones largos por las bandas o buscando a Guillermo y cuando los portugueses estaban descolocados no tenían la suficiente precisión como para salir rápido con el balón controlado.

Por lo que mientras el canterano sustituto del lesionado Aduriz, que mojó en Portugal, se peleaba con Maicon y Martins Indi, Jackson hacía lo propio con los centrales rojiblancos pero con mucho más éxito, bajando balones y sacando faltas favorables en tres cuartos de campo.

La superioridad del Oporto no era suficiente para decantar el partido hacia su lado pero poco a poco se sentían más cómodos mientras que los leones no encontraban la forma de inquietar en la portería rival.

Casi al borde del entretiempo Jackson desaprovechó un penalti que había cometido Balenziaga sobre Danilo, que llegó al área como una moto incorporándose por la derecha, para adelantar a los suyos, tras lo cual San Mamés y el equipo se vinieron arriba.

Valverde, como en Portugal, hizo un doble cambio en el descanso, y la agresividad instaurada después de que el penalti se estrellase en el larguero continuó en el inicio de la segunda mitad. Pero el delantero colombiano acabó con ella a los 10 minutos.

Brahimi, sin duda el mejor de su equipo, se marcó un jugadón regateando a dos rivales en la banda izquierda e internándose en el área, su centro, que llegó a tocar Iraizoz, lo empujó a las redes Jackson casi debajo de los palos.

El argelino, ex del Granada, recibió un premio inesperado marcando el segundo gol que dejaba el partido sentenciado. Iraizoz fallaba en un control fácil en su área y el balón continuaba rodando solo para llegar a los pies del jugador de Oporto.

Lo había intentado hasta el segundo gol el Athletic pero de nuevo sin crear peligro en jugadas, solo Guillermo había metido miedo a los de Lopetegui con un remate al palo en una a balón parado. El segundo tanto mató a los de Bilbao, que se quedaron ya danzando sin alma por un San Mamés al que le habían afectado las lluvias de los últimos días en el País Vasco y lucía trozos algo embarrados.

No estaba el escenario a la altura de la competición, por culpa de la meteorología, y tampoco estuvieron a la altura del partido los jugadores, que deberían haber acabado con las caras embarradas como guerreros.