Champions League 2022 | La opinión de Elías Israel: Un partido de los años 50

Sobre el campo había un belga mejor que Courtois, De Bruyne y un brasileño, que arrancaba mejor que Vinicius, Gabriel Jesus. En realidad, todo era mentira.

Benzema, el futbolista más determinante del mundo en la actualidad, marcó el primer gol de los blancos y, a partir de ese momento, ocurrió lo inexplicable. El equipo menos goleado de la Premier y el segundo menos goleado de la Liga desvelaron las transparencias de sus defensas y el partido pareció más propio de los años 50 que de los tacticismos propios de estos tiempos.

El que no tenía el balón sufría lo indecible. Como el City la tenía más, tomaba ventajas en el marcador y parecía decantar el peso de la eliminatoria porque Courtois tampoco tenía su noche milagrosa. El Madrid siempre vuelve y esta vez se agarró a sus delanteros para resucitar, que es su máxima en esta Champions. Vinicius marcó un gol al más puro estilo Bale y Benzema metió su sangre en el congelador y marcó el definitivo 4-3 con un penalti a lo Panenka. El Real Madrid, montado en su leyenda europea, volvía siempre al partido, haciendo la goma a un gol de distancia para desesperación de Guardiola, que no entendía tampoco el apagón defensivo de su equipo. Partido para la galería, por la variedad de goles y para la galería de los horrores por unas defensas inexistentes, las pocas faltas y la inexistente intensidad. Los entrenadores no dormirán demasiado bien esta noche.

El City jugará la vuelta con un gol de ventaja, pero sabe que al Santiago Bernabéu no hay nada que le ponga más que una remontada del tamaño que sea. No hay hábitat en el que el madridismo se sienta más cómodo que teniendo que jugar un partido de vuelta de la Copa de Europa desde la Plaza de los Sagrados Corazones...